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martes, 2 de noviembre de 2021

El estancamiento económico marca una mayor mortalidad por insuficiencia cardiaca

Cardiología
raquelserrano
Mar, 02/11/2021 - 16:08
Datos presentados en el Congreso de la Cardiología española
La insuficiencia cardiaca resta calidad y años de vida. FOTO: DM.
La insuficiencia cardiaca resta calidad y años de vida. FOTO: DM.

“En las épocas de recesión o de menor crecimiento económico no se deberían disminuir las inversiones en prevención ni en educación sanitaria ni en Salud Pública. Todo lo contrario, hay que priorizar y mantenerlas en esas parcelas”. Este es el mensaje científico de Jaime Fernández de Bobadilla, del Servicio de Cardiología del Hospital La Paz de Madrid, y que viene a colación a raíz de los datos de un estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología (SEC21), que se ha clausurado este fin de semana en Zaragoza.

En este, se pone de manifiesto que el envejecimiento y el estancamiento económico se asocian a una mayor mortalidad por insuficiencia cardiaca. 

“Existe una correlación significativa entre el incremento del producto interior bruto per cápita (PIBpc) y el descenso de la tasa de muerte por insuficiencia cardiaca en España. Asimismo, esta mortalidad está también vinculada al envejecimiento de la población”, señala a DM Fernández de Bobadilla, uno de los investigadores del análisis.

Incremento en la última década

En su desarrollo también han participado investigadores del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, y en el que han utilizado datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de registros de sociedades científicas y de bases de datos económicas sobre la década entre los años 2009 y 2018.

La investigación concluye que la tasa de muerte por insuficiencia cardiaca se ha incrementado en la última década, pasando de 37,94 por cada 100.000 habitantes en el año 2009 a 40,96 en el año 2018, lo que supone casi un 8% de incremento, tanto en mujeres como en hombres. La tasa fue un 60% mayor en mujeres, posiblemente debido a su mayor edad, pero su evolución fue paralela en ambos sexos.

Hasta el año 2010, aproximadamente, la mejora de los tratamientos, de la prevención y de otros factores no concretados, “consiguió, de alguna manera, superar el efecto del envejecimiento de la población. Hasta esa fecha, en España –y en otros países europeos-, ha habido una tendencia de descenso de la mortalidad por insuficiencia cardiaca. Sin embargo, no se puede pensar que, a partir de esa fecha, algo se está haciendo mal. También hay que tener en cuenta que llega un punto en el que la población es tan mayor que queda muy poco margen para conseguir más mejoras”

Según los datos del trabajo, los factores que más influyen en el aumento de la mortalidad por insuficiencia cardiaca en España, que se produce a partir de 2010, son el envejecimiento de la población y el estancamiento económico de diferentes comunidades autónomas: aquellas autonomías cuyo incremento del producto interior bruto per cápita ha sido más bajo en la última década, muestran una tendencia  de la tasa de muerte por IC mayor.

Sobre las razones –menor acceso a fármacos, menores posibilidades de acceder a un especialista, menor concienciación preventiva, por ejemplo-, por las que este marcador económico se relaciona con mayor mortalidad, Fernández de Bobadilla señala que no se ha analizado en el estudio. Pero, como este tipo de asociaciones también aparecen en otro tipo de enfermedades, como la cardiopatía isquémica, se tiende a pensar que el estancamiento económico se asocia también con mayores obstáculos socio-económicos, menos cultura de prevención o menores posibilidades de acceso a determinado tipo de conductas alimentarias o de actividad física.

"Asociarlo a peor asistencia o a un menor acceso a fármacos, por ejemplo, sería especulativo. Aunque, evidentemente, un menor desarrollo económico, con menores inversiones en sanidad y en otros sectores prioritarios e imprescindibles, también se acompaña de menos recursos”.

Análisis de variables 

Para razonar esta observación, los investigadores analizaron el  índice de envejecimiento, el producto interior bruto per cápita y la tasa de implante de desfibriladores automáticos implantables, de manera global y por comunidades autónomas.

Los datos apuntan a una “asociación entre la evolución de los dos primeros índices y la de la mortalidad por insuficiencia cardiaca”, explica Fernández de Bobadilla, quien incide en que así, “cuanto menos crece el producto interior bruto de una comunidad autónoma más envejece su población y más aumenta su mortalidad por insuficiencia cardiaca”. 

La insuficiencia cardiaca es una enfermedad crónica con un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes. Tiene una elevada y creciente prevalencia e incidencia, resultando una de las principales causas de morbimortalidad en el mundo occidental.

En España afecta al 2,7% de la población mayor de 45 años y al 8,8% de los mayores de 74.

Carga social y asistencial 

Además, es la primera causa de hospitalización por encima de los 65 años y representa entre el 2 y el 3% del gasto sanitario español, según el estudio ‘Real world heart failure epidemiology and outcome’, publicado en Plos One.

“Teniendo en cuenta la ingente carga sanitaria, económica y social de la insuficiencia cardiaca en España, consideramos prioritario el desarrollo de programas para mejorar la planificación y la asignación de recursos en este ámbito”, opina el cardiólogo.

Julián Pérez-Villacastín, nuevo presidente de los cardiólogos españoles

El cierre del Congreso Nacional de Cardiología se ha acompañado con el estreno de un nuevo Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), con Julián Pérez-Villacastín al frente como presidente para los próximos dos años.

Pérez-Villacastín en la actualidad es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, además de director del Instituto Cardiovascular del mismo centro y coordinador de CardioRed en la Comunidad de Madrid.

Julián Pérez-Villacastín, nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología. FOTO: DM.
Julián Pérez-Villacastín, nuevo presidente de la Sociedad Española de Cardiología. FOTO: DM.

Ejerce también como profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid e investigador principal del CIBER Cardiovascular. Es miembro del Grupo de Expertos para la elaboración de los estándares y recomendaciones de las unidades asistenciales del Área del Corazón del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Entre los principales objetivos de la junta entrante para el futuro próximo de la SEC están: ofrecer a los servicios de cardiología una herramienta de gestión que les ayude en la toma de decisiones, seguir promoviendo una investigación cardiovascular de máximo nivel o trabajar en equipo con Atención Primaria, entre otros. 

En España, las autonomías con menor avance económico presentan mayores tasas de muerte por insuficiencia cardiaca. La mortalidad también se vincula al envejecimiento. Off Raquel Serrano Medicina Preventiva y Salud Pública Política y Normativa Geriatría Off

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