El uso de documentos de voluntades anticipadas (DVA, también conocidos como testamentos vitales) sí impacta en el uso de procedimientos sanitarios al final de la vida.
En el caso de las mujeres, los procedimientos con reducciones estadísticamente significativas son las cirugías, la nutrición artificial, las endoscopias, las transfusiones de sangre, la toracocentesis, los traslados a otros centros y las visitas a urgencias. La toracocentesis, en concreto, es el procedimiento con una mayor reducción entre las mujeres con DVA.
En cuanto a los hombres con DVA, los procedimientos con reducciones estadísticamente significativas son más bajos que en las mujeres, y estos son: la ventilación mecánica, las visitas a urgencias y las intubaciones. Las intubaciones son, en hombres, las que presentan mayor reducción.
Estas conclusiones forman parte de un estudio de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS) que confirma que los DVA son una herramienta efectiva para ajustar algunos procedimientos al final de la vida, que protegen al paciente de intervenciones sanitarias no deseadas, y a menudo fútiles, que alargan innecesariamente el proceso de la muerte, y ayudan a evitar la ansiedad de las personas que los cuidan.
El informe Las voluntades anticipadas influyen en la práctica clínica durante el final de la vida (en catalán), publicado por el Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña de la AQuAS y que forma parte de la colección de monográficos de la Central de Resultados, ha comparado el uso de procedimientos médicos entre los pacientes que habían firmado voluntades anticipadas y quienes no lo habían hecho.
Para realizar este estudio, se diseñó un estudio de casos y controles retrospectivo, en el que se asignaron dos controles por cada caso. Los casos incluían a aquellas personas que habían completado un DVA y habían muerto en Cataluña durante 2014 y 2015. Las fuentes de información han sido el registro de voluntades anticipadas, el registro central de personas aseguradas, las bases de datos de facturación, farmacia y alta hospitalaria, y el registro de mortalidad.
En Cataluña, entre 2014 y 2015, murieron 125.185 personas, 1.723 (1,4%) de las cuales tenían un DVA, que suponen todos los casos analizados en este estudio.
Según la causa de muerte, el cáncer representa el porcentaje más alto de DVA (42,7% entre las mujeres y 48,1% entre los hombres), seguido por el sistema circulatorio como causa de muerte (30,0% y 27,7% entre mujeres y hombres, respectivamente).
Teniendo en cuenta el nivel socioeconómico, hubo diferencias estadísticamente significativas entre las personas que tenían DVA y las que no; las primeras, tenían un nivel socioeconómico más elevado.
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