Pocas evaluaciones, a un ritmo muy lento y con un porcentaje de suspensos muy superior al del resto de titulaciones. Los datos oficiales del organismo encargado de evaluar los expedientes para acceder a un puesto de profesor universitario, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), confirman que los médicos que quieren dar clase en la universidad no lo tienen nada fácil... o al menos lo tienen mucho más complicado que quienes aspiran a enseñar en otras titulaciones universitarias.
Por primera vez desde su puesta en marcha, la Aneca ha hecho públicos los datos pormenorizados de la actividad desarrollada por los comités encargados de evaluar a quienes aspiran a ocupar una plaza de profesor, concretamente los comités de los Programas Academia y PEP. El primero valora los expedientes de los aspirantes a funcionario (catedrático y profesor titular) y el segundo evalúa las solicitudes de acreditaciones a ayudante doctor, contratado doctor y profesor de universidad privada. Pues bien, en ambos comités los resultados del área de Ciencias de la Salud, y concretamente de Medicina, son los peores de todo el sistema universitario.
Entre enero y septiembre de 2020, la Aneca ha evaluado un total de 1.587 solicitudes para optar a una plaza de profesor titular o catedrático de universidad, con un porcentaje medio de aprobados (solicitudes positivas) del 84%. El número más bajo de solicitudes evaluadas se registra, precisamente, en las tres áreas en que la Aneca divide la rama de Ciencias de la Salud (Ciencias Biomédicas, Especialidades Sanitarias y Medicina Clínica): en seis meses, la agencia evaluadora sólo ha visto 55, 46 y 16 expedientes, respectivamente, y el porcentaje de aprobados está por debajo de la media en las dos ramas específicamente clínicas (Especialidades y Medicina Clínica), que es donde más déficit de docentes hay en Medicina: el porcentaje de aprobados en Especialidades se queda en el 80%, mientras que en Medicina Clínica se queda en un paupérrimo 56%, el dato más bajo de todas las titulaciones universitarias.
En definitiva, si el informe de la Aneca asegura que "cuatro de cada cinco solicitudes de acreditación a profesor titular y a catedrático evaluadas por el Programa Academia en los tres primeros trimestres de 2020 han obtenido un informe favorable de la agencia", en el caso de los médicos apenas llegan a tres de cada cinco solicitudes admitidas. En suma, el agravio comparativo y las dificultades añadidas de las que lleva años quejándose la Conferencia Nacional de Decanos de las Facultades Españolas de Medicina se confirma, una vez más, con los datos oficiales correspondientes al año en curso.
Pero es que, además, los comités encargados de evaluar las solicitudes sanitarias son bastante más lentos que los del resto de las titulaciones, porque -también por primera vez- la Aneca publica la fecha de recepción en la agencia del último expediente que ha sido evaluado por cada uno de los comités. Las últimas solicitudes evaluadas en Medicina Clínica y Especialidades Sanitarias se enviaron, respectivamente, en noviembre y diciembre de 2019, mientras que las del resto de los comités tienen todas fecha de entrada de 2020. Además de ser escasas y muy estrictas, las evaluaciones sanitarias son, pues, más lentas que el resto.
Si nos fijamos en los docentes que no aspiran a un puesto fijo, sino a un contrato laboral, los resultados de Ciencias de la Salud tampoco son especialmente halagüeños. En lo que llevamos de año, el Programa PEP ha evaluado un total de 9.321 expedientes, de los que un 62% ha obtenido informe positivo. Las 1.089 solicitudes de Salud es el número más bajo de las seis áreas en que la Aneca divide este programa, muy lejos de los 1.411 expedientes de Humanidades (que le sigue en número más bajo de solicitudes) y a años luz de las 2.259 solicitudes evaluadas del Área de Experimentales.
Y además, como en el caso del Programa Academia, el comité de Salud del Programa PEP es el más lento de todos: el último expediente evaluado se recibió en la Aneca en abril, mientras que los del resto de las áreas son posteriores (de mayo y junio).
La pandemia otra vez
Según fuentes de la agencia evaluadora, "los números de menor actividad de las comisiones de Ciencias de la Salud se justifican por la dificultad de reunirse durante el estado de alarma, en el que se hizo evidente la necesidad de priorizar toda la actividad del personal sanitario a luchar contra la pandemia".
La Aneca admite también que las comisiones que evalúan los expedientes sanitarios son las que presentan menores porcentajes de aprobados, pero matiza que esas comisiones "ya habían detectado el problema e introducido modificaciones en sus criterios de acreditación, que han entrado en vigor a principios de 2020". Lo que no dice la Agencia es que el nuevo baremo docente sigue sin convencer a los decanos de Medicina, cuyo presidente, Pablo Lara, ha llegado a pedir la "abolición o la reforma integral" del decreto que regula la acreditación del profesorado, porque, a su juicio, sigue sin valorar suficientemente la experiencia clínica de los aspirantes.
Entre otras cosas, los decanos reclaman que los criterios de acreditación de las distintas áreas sanitarias, que ahora son comunes, tengan en cuenta las características específicas y productividad investigadora de cada una de las especialidades.
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