Como recuerda la farmacéutica Amparo Moncholí Romeu, miembro del COF de Valencia y asesora de lactancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener la lactancia materna exclusiva durante un periodo mínimo de seis meses “por los beneficios para la salud de los bebés, ya que la lactancia es más que un alimento: es protección, contacto emocional y, además, favorece un planeta más saludable”.
Ante aquellos padres que, sin embargo y por el motivo que sea, deciden dar leche artificial a sus bebés, ya sea desde el nacimiento o a partir de una determinada edad, se presenta un abanico inagotable de biberones de todas las formas, colores y con todas las propiedades imaginables para alimentar a sus bebés.
“En la industria farmacéutica y de la puericultura hay bastantes ingenieros dedicados a investigar y promover avances en todos los dispositivos que se usan en la vida. Más aún en los destinados a la infancia, donde los niños, que actualmente en nuestro medio son un bien preciado y escaso, suponen un colectivo susceptible de invertir, dado que hay padres que gastan en ello”, afirma Cristóbal Coronel Rodríguez, secretario general de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap).
Demasiada información
La prueba de que “hay padres que gastan en ello” es el interés en estos productos que muestran los propios padres en las consultas de pediatría y en las oficinas de farmacia. “En las consultas de niño sano o del Programa de Salud Infantil se pregunta de todo lo relativo a puericultura y es una verdadera caja de sorpresas”, sostiene Coronel Rodríguez, para quien internet ha ayudado a los padres en muchos casos, pero también ha provocado que muchos progenitores “estén aún más perdidos en el bosque de la información y busquen la opinión de un profesional que le haga marcar las diferencias, pues no tienen un criterio de valoración claro y la publicidad o los influencers no ayudan en ese sentido”.
Su opinión la comparte Moncholí, que ha comprobado en su experiencia en farmacia comunitaria que los padres “cada vez tienen y reclaman más información” respecto al cuidado de sus hijos y que acuden a la farmacia “demandando las últimas innovaciones para sus bebés”.
Asemejarse al pecho
Para el secretario general de la Sepeap, las principales innovaciones que han tenido lugar en los últimos años en el ámbito de los biberones han pasado por el intento de adaptar estos recipientes “a la anatomía y a la fisiología del niño y, sobre todo, al pecho materno, evitando la ingesta de aire, el reflujo, la asepsia y el goteo”.
Esta percepción la corrobora la farmacéutica, para quien desde sus orígenes los biberones han ido sufriendo continuas innovaciones, “todas encaminadas a hacer que este tipo de productos se asemejen a la lactancia materna y al pecho”. Por un lado, según la asesora de lactancia materna, buscando sistemas que produzcan menos ingesta de aire durante la toma y, por otro, utilizando materiales cada vez más seguros para el niño.
Ciertas formas y texturas reducen el riesgo de confusión tetina-pezón propia de las lactancias mixtas
“Si nos remontamos a hace unos años y vemos cómo ha sido la evolución de los biberones –desde que se inventaron los primeros hasta la actualidad¬–, la mejora ha sido significativa y la mejora para el bebé ha ido en aumento de forma constante. Las innovaciones en este campo buscan que la lactancia artificial se parezca cada vez más a la lactancia materna y, de esta forma, conseguir que los cólicos del bebé sean cada vez menos frecuentes”, argumenta.
En relación a los materiales, la experta destaca la búsqueda de tetinas con texturas y formas que se asemejen de forma más precisa al pezón de la madre “para evitar la confusión tetina-pezón propia de las lactancias mixtas”; y el desarrollo y la utilización de nuevos materiales que tienen como eje principal de la innovación la seguridad del bebé: “Se busca que los materiales que están en contacto con la leche materna y con la leche artificial estén libres de bisfenoles o BPA y sean cada vez más seguros”.
Toda esta innovación, según Coronel Rodríguez, se debe en parte al cambio en las preocupaciones de los padres y madres. “Antes el principal problema eran las intolerancias, las alergias, el fallo de medro, la desnutrición, el déficit y las carencias vitamínicas, así que el envase o la forma del biberón era lo de menos y se daba importancia al contenido, es decir, a la fórmula láctea”, explica.
Hoy, sin embargo, vivimos en un mundo en el que, afortunadamente, muchos de esos problemas, como la desnutrición o el déficit de vitaminas, son raros y están prácticamente reducidos a enfermedades muy concretas o a colectivos muy bien definidos, por lo que la atención de los padres se ha centrado en otros aspectos, como el diseño o las características técnicas de los biberones: “Buscamos el plus de calidad que puede marcar la diferencia para comprar un producto y no otro: mayor desarrollo de encía, mejor parecido al pezón materno, estudios de eficacia con efecto anticólico, que, por otro lado, tienen muy dudosa evidencia en la mayoría de los casos, etc”.
Biberón personalizado
El último grito en cuanto a innovación en el mercado de biberones lo ha protagonizado un grupo de emprendedores de la Universidad de Jaén (UJA), que hizo público este verano la fundación de Happymami, una plataforma a través de la cual han desarrollado un biberón configurable y personalizable por partes que respeta la lactancia materna y refuerza el vínculo entre madres y recién nacidos.
El biberón, según explicaron en un comunicado sus creadores, se diseña “paso a paso y de forma completamente personalizada”. Así, las madres pueden elegir su tamaño pero, además, aspectos como la forma del pecho, el tipo de pezón o la velocidad de flujo. Esta personalización, según los emprendedores, convierte al innovador biberón en un instrumento especialmente pensado “para proteger la lactancia materna”, evitando el factor de confusión tetina-pezón, que se produce en las lactancias mixtas y que, en última instancia, “puede provocar que el recién nacido pierda con el tiempo su lactancia materna”.
Entre las características del biberón, además de la personalización, sus creadores destacan su diseño vanguardista, funcional y seguro para los más pequeños, ya que están hechos con materiales libres de BPA, BPS Y BPF, cuenta con doble sistema anticólicos y con un acabado de silicona suave similar a la piel, que imita la textura del pecho materno y consigue el efecto calmante. Además, informan de que, gracias a la abertura súper ancha del vaso, el biberón se puede limpiar con facilidad e, incluso, puede ser introducido en lavavajillas, microondas o esterilizadores por la resistencia al calor de sus materiales.
La tasa de lactancia materna en España está por debajo del 30% a los 6 meses de vida
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), las tasas de lactancia materna caen por debajo del 30% a los seis meses de vida de los bebés. En ese sentido, los creadores de Happymami consideran que la posibilidad de adaptar los biberones a la forma del pecho y del pezón de la madre “puede aumentar esta cifra” para acercarla a las recomendaciones de la OMS en materia de lactancia materna.
Elegir el mejor
En mitad de esta I+D y de esa gran oferta en el mercado, ¿qué aspectos se deben tener en cuenta a la hora de elegir uno? Tanto Moncholí como Coronel coinciden en que es fundamental prestar atención al tipo de material de la tetina y a su forma y apostar por el sistema más eficiente para evitar el cólico del bebé.
Coronel Rodríguez añade también otros aspectos, entre ellos, que sea fácil y cómodo de limpiar, que no presente riesgo de fugas, que pueda ser regulable y se adapte al ritmo de succión del bebé, que tenga una forma fácil de agarrar para los padres (y/o el bebé dependiendo de la edad), que se parezca o induzca lo más posible el proceso natural de succión y que sea resistente a caídas y no se rompa fácilmente.
Ante esta cascada continua de información Moncholí pone en valor las consultas de pediatría para que los padres se dejen aconsejar, pero también las farmacias comunitarias, por contar con profesionales “perfectamente formados y que pueden acompañar en todo el proceso de alimentación de los bebés al disponer de los últimos avances positivos que surgen y que pueden llegar a necesitar”.
Válvulas que evitan cólicos
Las válvulas anticólicos son una de las innovaciones experimentadas en los biberones. Moncholí explica que estos sistemas están diseñados para evitar que el bebé succione aire mientras se alimenta. “Tienen un mecanismo que se asemeja más a la lactancia materna, que es la ideal y la que menos problemas ocasiona al bebé”, afirma.
Gracias a esta innovación, en la que muchas marcas están invirtiendo para desarrollar “sistemas cada vez más eficientes”, se consigue que el bebé reciba exactamente el flujo de leche que succiona, “con lo que no traga aire y, por tanto, se reducen los riesgos de padecer los cólicos del lactante”.
Hay estudios que demuestran que los biberones con válvulas reducen los cólicos
Según la portavoz del COF de Valencia, “todos los fabricantes de este tipo de sistemas cuentan con estudios que constatan la reducción de los cólicos del lactante”, gracias al uso de este tipo de sistemas de alimentación.
Entre los beneficios de estos biberones, además de la ya citada reducción de cólicos, Moncholí cita los siguientes: permiten que el bebé pueda comer a su ritmo; mantienen las propiedades nutritivas de la leche, ya que minimizan el contacto de la leche con el aire, evitando así su oxidación; permiten la alimentación sin vacío, que es lo más parecido a la lactancia materna, y previenen la aparición de dolor en los oídos del bebé por no tener presión negativa en la succión de la leche.
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