El SARS-CoV-2 ha sumido al mundo en una pandemia calificada de absolutamente excepcional. Las sociedades occidentales y sus gobiernos enfrentan una situación sin precedentes, inédita, imprevisible... Pocos cuestionan estos adjetivos que acompañan el abordaje de la expansión de la covid-19. Diego Gracia, catedrático emérito de Historia de la Medicina y Bioética, se muestra crítico con los tópicos y reflexiona sobre las respuestas que se están dando, con una mirada en la experiencia acumulada que tenemos como especie que vive en sociedad. De algo tendrán que servir los millones de años que llevamos conviviendo entre nosotros y con otras especies en el planeta Tierra, ¿verdad?
"Las enfermedades epidémicas son fenómenos históricos y, por tanto, humanos"
"Es frecuente pensar que esto de las enfermedades epidémicas ha debido de existir siempre en la Humanidad. Y es falso. Las enfermedades epidémicas son fenómenos históricos y, por tanto, humanos. Es la manipulación que hace el ser humano sobre la naturaleza la que provoca las epidemias". Esta explicación de Gracia elimina la posibilidad de echar balones fuera como especie, culpando a otros de nuestras desgracias. Porque, como señala el profesor, ya ha habido antecedentes de otras epidemias.
Detrás de estas crisis sanitarias está la gran capacidad de adaptación del ser humano a diferentes medios y entornos naturales. Lo que puede considerarse, en principio, una virtud clave de nuestra evolución "nos lleva a creer que el medio es algo del que podemos disponer a capricho", advierte el padre de la Bioética en España. Y añade: "Cuando el ser humano invade los medios de los animales que hacen de reservorios de microorganismos es muy probable que se cierre el ciclo biológico y aparezca una pandemia".
"Una gran enseñanza de esta pandemia es que ha señalado los límites que tiene la Epidemiología como disciplina"
Por ejemplo, lo ocurrido con la peste bubónica en sus distintas apariciones a lo largo de la historia. "Los reservorios naturales del germen de esta peste eran las marmotas de China que empezaron a cazar los europeos para comercializar su piel. En Europa no hay marmotas, así que el germen encontró su reservorio en la rata negra o rata casera, que habitaba cerca de los humanos. La pulga de la rata terminó llevando el germen a nuestra especie. No fue un fenómeno natural, fue un fenómeno cultural", explica el catedrático.
Así, partiendo de un discurso ecologista, Diego Gracia se dirigió a los estudiantes de Medicina asistentes a la XV edición del curso Enseñanza e investigación en Bioética: Viviendo la pandemia covid-19 ¿qué hemos aprendido? ¿qué nos queda por aprender?, que se celebró el pasado 4 de septiembre, desde el Colegio Oficial de Médicos de Zaragoza y que organizó el médico paliativista Rogelio Altisent, vicepresidente del Comité de Bioética de España.
Antes de hablar de salud pública
Las enseñanzas de esta crisis sanitaria van más allá de revisar nuestra relación con la naturaleza y se adentra en la respuesta política y médica que estamos dando. En primer lugar, calificar esta situación como un problema de salud pública es algo nuevo, desde una perspectiva histórica. La salud pública nació en el siglo XVIII, según apunta el profesor, con un volumen sobre política médica. Entonces, ¿cómo se trataban las epidemias antes? "Los antiguos no sabían ni de salud pública ni de política sanitaria, pero sí de algo que hoy nos estamos olvidando, de la higiene privada y la educación sanitaria".
Gracia es contundente al afirmar que una gran enseñanza de esta pandemia "son los límites que tiene la Epidemiología como disciplina". Considera que en esta lucha contra el SARS-CoV-2, "la Epidemiología ya ha hecho lo que ha podido; lo que sabe hacer; no sabe hacer más. Y la epidemia sigue sin controlarse. ¿Por qué?, porque no depende solo de la política sanitaria o de la higiene pública o de lo que digan los entendidos, depende de la educación sanitaria".
El control del virus depende de la educación sanitaria
Una educación sanitaria que, en buena parte, era impartida por el médico, pero que ahora ha quedado ignorada. "Al final, lo que hay que hacer es lavarse las manos, tener una distancia de metro y medio, que son problemas de educación sanitaria. Es lo que hacían los médicos clásicos, que educaban a la gente, en lo que se llama la higiene privada. Esta ha sido la parte más importante del manejo de las enfermedades hasta el siglo XVIII. Tanta política sanitaria nos ha hecho perder lo anterior", dice.
Seis cosas que ordenan la vida
Consciente de que la política sanitaria puede hacer su labor, "pero no puede hacer todo". Responde a la pregunta de ¿en qué consistía la educación sanitaria? "En seis cosas que ordenaban la vida de las personas: medio ambiente, comida y bebida, movimiento y reposo, sueño y vigilia, las secreciones y no tener muchos berrinches".
"Los Estados no informan realmente de lo que ocurre en una pandemia"
También con la vista en la historia, Gracia afirma con aplomo que "los Estados no informan realmente de lo que ocurre en una pandemia". Tampoco ahora, "porque hay enormes intereses políticos y económicos, que hacen que la información llegue tarde y, a veces, llegue mal". Así, advierte que las personas "deben aprender a autocontrolares y autogestionarse".
"Vivimos en una cultura, desde el siglo XVIII, en la que todos estamos convencidos de que la Ciencia va a arreglar todo y conseguir el mundo ideal. Esto lo formuló de modo teórico el positivismo, pero esa idea de que solo hay hechos científicos y el resto es subjetivo es falso". En la base del problema vuelve a estar la falta de educación de la sociedad. "Estamos mal educados y esto nos lleva a considerar que la Ciencia debe arreglar todo y que todo lo que no es Ciencia pertenece al ámbito privado y allá cada uno".
"Esa idea de que solo hay hechos científicos y el resto es subjetivo es falso"
La pandemia ha dejado tantas enseñanzas como retos para la investigación. Desde el punto de vista de la Bioética, Gracia plantea la necesidad de seguir investigando sobre los criterios de triaje o selección de pacientes, "un tema que no está totalmente claro".
Por último, señala un reto para esta disciplina: "Hay que cambiar una cuestión que está en la base de la ética, que, como ética moderna está influenciada en la idea de Kant, de que el hombre tiene dignidad y no precio y los demás sujetos de la naturaleza tienen precio y no dignidad. Esto es una barbaridad que estamos pagando y esta pandemia es solo un aviso de dónde nos conduce esta idea. Si ese aviso no sirve para cambiar, vendrán pronto otros".
coronavirus Off Soledad Valle. Madrid Política y Normativa Off
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