La innovación no tiene un único rostro. Para el sector del Autocuidado las novedades vienen a través de nuevas presentaciones, nuevas indicaciones, envases más respetuosos con el medio ambiente y formas diferentes de comunicación entre empresas y consumidor. Así lo ve Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, Anefp, en esta entrevista, en la que reconoce el esfuerzo de las compañías del Consumer Health por buscar la innovación allá donde esté y estableciendo alianzas que den como resultado el lanzamiento de productos y medicamentos novedosos que tengan un impacto directo en el ciudadano y cubran nuevas necesidades.
PREGUNTA: ¿Se puede definir el Autocuidado como un sector innovador en España?
RESPUESTA: Es innovador tanto en productos como en actividades, en ideas, en formas de hacer llegar el producto a los consumidores, así como en la puesta en el mercado de nuevos medicamentos y productos de autocuidado que ayuden a mantener una calidad de vida óptima, tanto de los ciudadanos sanos como de los pacientes.
P. ¿Qué tipo de innovación llevan a cabo estas empresas?
R. Si hablamos de medicamentos, muchos de los que ahora son de autocuidado fueron durante muchos años de prescripción, pasando a su nueva situación por su uso bien establecido. En este paso de prescripción a no prescripción se llevan a cabo mejoras e innovaciones en la galénica y en el propio uso del medicamento, haciendo que sea más amigable en su uso por parte del ciudadano. Y si nos referimos a otras categorías más dinámicas, como los productos sanitarios o los complementos alimenticios, las innovaciones siempre van dirigidas a la mejora de la vida de los ciudadanos, por ejemplo, en probióticos, con nuevos posicionamientos relacionados con aplicaciones dermatológicas; nutricosmética para el pelo o la piel; desarrollo de una nueva categoría de complementos con perfil inmunomodulador, o nuevos productos focalizados en el cuidado de articulaciones, o el cuidado del estado psicológico. Tampoco podemos olvidar la innovación en materia de comunicación para que los ciudadanos tengan conocimiento de estos productos a través de una difusión de la información sobre sus medicamentos y productos, antes principalmente a través de la televisión y ahora con el foco en los soportes digitales, como las redes sociales, y de figuras, como los profesionales sanitarios influencers y divulgadores sanitarios.
P. ¿Tiene un impacto real en la vida de los ciudadanos?
R. Las compañías investigan para conocer las necesidades que tiene el consumidor e impacte en un mejor uso del producto, una mejor adherencia si la tiene que haber y eso incida en la mejora de calidad de vida. Innovaciones en el modo de aplicación, comprimidos blandos, pack adecuado, nuevas categorías, instrucciones de uso más sencillas o formas de aplicación más prácticas. En este sentido, podemos mencionar innovaciones que se han producido en los últimos meses derivadas de la pandemia, por ejemplo, en el ámbito de los biocidas, lo que ha llevado en muy poco tiempo a un cambio en la mentalidad del consumidor, convirtiendo los antisépticos de piel sana en un imprescindible en su día a día. Ante esto, la industria se ha adaptado rápidamente no solo con la puesta en el mercado de productos seguros y eficaces, sino también adaptados a las necesidades de los consumidores en cuanto a aspectos relacionados con las texturas, olor, hidratación, y en formatos diferentes, como crema, jabón, espray, e incluso algunos dispositivos, como la pulsera de gel hidroalcohólico. El sector Consumer Health busca que la innovación tenga una repercusión directa.
“En I+D habría que hacer mayores esfuerzos en el talento y en modelos más flexibles”
P. ¿Cuánto dedican los laboratorios de Autocuidado en I+D?
R. Desde Anefp estamos trabajando en un estudio sectorial que nos permitirá disponer de datos más concretos, pero podemos afirmar que el sector lanza más de 600 novedades relacionadas con medicamentos y productos de Autocuidado al mes, desde cambios menores a productos totalmente nuevos.
P. ¿Cómo se preparan las empresas para asumir esa innovación en cuanto a personal, tecnología, procesos?
R. Hoy en día las compañías van a buscar la innovación donde está y a partir de ahí se compra o se usa para el producto que se quiera, tanto en procesos como en búsqueda del talento, por lo que los procesos innovadores pueden ser tanto centralizados como internos y la búsqueda del talento se realiza en distintos centros en todo el mundo. Por ejemplo, si tengo que hacer una innovación galénica, me pondré en contacto con una universidad o centro especializado de desarrollo. La innovación es global y especializada. En este punto destacaría la importancia del modelo de colaboración con universidades o la creación de consorcios para innovar. Pueden ser innovaciones con fondos propios o también ajenos, o cooperando con otras compañías con un interés común, o empresas que producen para terceros y que son centros de innovación.
P. Dentro del Consumer Health, ¿que ámbitos toman la delantera en el lanzamiento de nuevos productos y procesos tecnológicos?
R. Puede parecer que, a priori, en cosmética y en complementos alimenticios o productos sanitarios hay más innovación que en medicamentos, ya que estos tienen, en su proceso de autorización, unos procesos reguladores más largos, pero también hay innovación, aunque en los primeros sea más rápido.
“La innovación en este sector quizá sea menos costosa que la de los fármacos de prescripción, pero no es más fácil”
En los medicamentos de Autocuidado también hay innovaciones importantes en relación con principios activos –como el aceite de romero tópico para el dolor muscular y piernas cansadas–, indicaciones, composición –ibuprofeno+paracetamol–, posología y duración de acción –tecnología de liberación inmediata y prolongada, por ejemplo una toma al día y 24 horas de alivio–, mejora en el modo de aplicación, evitando, por ejemplo, el manchado de manos... En este sentido, tampoco podemos olvidar la innovación derivada de la apuesta por la sostenibilidad con envases realizados con material reciclado, medicamentos a base de plantas de cultivos ecológicos, ausencia de determinados alérgenos o ingredientes como gluten, lactosa, azúcar, etc.
“El sector lanza más de 600 novedades de medicamentos y productos al mes, desde cambios menores a productos nuevos”
En la cosmética es muy reseñable, por ejemplo, el campo de los solares, las lociones corporales, productos para reducir las reacciones adversas, por ejemplo, para prevención de la covid-19, como mascarillas, guantes o geles, o la cosmética más individualizada.
El campo de los productos sanitarios cuenta con una gran dosis de innovación.
P. ¿Dónde habría que hacer un mayor esfuerzo en I+D?
R. En el talento y, sobre todo, en que los modelos de innovación sean muy flexibles. Hay que buscar redes de conocimiento en las que localizar el talento de la innovación que tú necesitas. En la actualidad, los modelos virtuales nos permiten compartir el conocimiento de una manera muy rápida y ágil, como estamos viendo con la vacuna de la covid, un gran ejemplo de colaboración mundial. Dónde esté físicamente el talento no importa, porque las TIC nos acercan a él.
“Los laboratorios necesitan certeza en el entorno legislativo y planes públicos en los que se reconozca la innovación”
P. ¿Qué necesitan los laboratorios para seguir este camino?
R. Certeza en el entorno legislativo, en el sentido de que la apuesta de las compañías por la innovación sea reconocida desde la parte reguladora, y unos planes públicos en los que la innovación sea cada vez más reconocida, sobre todo cuando ésta se hace en España, además de un cada vez más exhaustivo dominio de las TIC, retener el talento y continuar manteniendo una adecuada red sanitaria.
P. ¿Es más fácil innovar para los laboratorios de Autocuidado si se comparan con compañías de medicamentos de prescripción?
R. En prescripción, si hablamos de una molécula disruptiva innovadora estamos hablando de más de 1.000 millones de coste de I+D y más tiempo. Evidentemente, en medicamentos y productos de Autocuidado no es así, pero no es despreciable el coste de la innovación. Por tanto, diría que, quizá, sea menos costosa, pero no es más fácil, porque los ciclos de vida son más cortos y las necesidades de los ciudadanos son muy cambiantes.
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