Farmacéuticos de Atención Primaria (AP) del Distrito Aljarafe y Sevilla Norte participan en un estudio para evaluar la seguridad del uso de medicamentos anticoagulantes en base a datos de la práctica clínica real.
Este trabajo se va a desarrollar durante los próximos tres años y cuenta con financiación de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía y del Instituto Carlos III.
Como explica a Correo Farmacéutico Mary Carmen Montero, farmacéutica de AP del Distrito Aljarafe y Sevilla Norte y miembro de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), el objetivo es evaluar el riesgo de eventos (ictus cerebral, accidente isquémico transitorio, embolismo sistémico y mortalidad) así como de hemorragias, en los pacientes con fibrilación auricular en tratamiento con anticoagulantes orales y en condiciones de práctica clínica real (real world data).
Montero afirma que en pacientes con fibrilación auricular se usa tratamiento anticoagulante para prevención de eventos trombóticos, y tanto los fármacos clásicos como los nuevos presentan ventajas e inconvenientes: "Muchos pacientes emplean anticoagulantes antivitamina K (más conocido como Sintron) pero tienen su limitaciones, entre ellas, la necesidad de tener que efectuar controles regulares para determinar el INR y esto es incómodo para el paciente. En cambio, los nuevos anticoagulantes directos (ACOD) tienen la ventaja de que se administran en un comprimido oral y no hace falta ajustar la dosis y no hay controles, eso sí, la desventaja es que no tiene un antídoto en caso de hemorragia y dependen de la función renal del paciente para ajstar la dosis. Lo bueno de los anticoagulantes clásicos es que, al tener que hacer un control, nos permite saber si el paciente está tomando la medicación y está en rango, es decir, con una coagulación adecuada, algo que no se sabe con los nuevos tratamientos, con los que el profesional sanitario solo puede recomendar que se tome la medicación, pero no hay un control para saber si lo hace o no. Es más, la vida media de estos fármacos es de 12 horas y si no se toman la medicación no están protegidos".
Por todo ello, la investigación pretende dar luz a los niveles de incertidumbre actual en relación a la efectividad y seguridad de los anticoagulantes orales directos (dabigatrán, rivaroxabán, apixabán y edoxabán), en comparación con los fármacos antivitamina K (acenocumarol y warfarina), en pacientes con fibrilación auricular.
La importancia de esta investigación, según Montero, radica en que los resultados se obtendrán de la práctica clínica real, no de ensayos clínicos. "Se va a estudiar qué pasa con estos dos tipos de fármacos en condiciones reales, donde los pacientes tienen más de una patología -no como en los ensayos, donde solo tienen una- y pueden llegar a tomar hasta quince medicamentos". En este sentido, la muestra con la que contarán será muy amplia, de hecho, calcula que llegará a unos 200.000 pacientes, "lo que es una muestra muy importante", asegura.
A todos se les hará un seguimiento retrospectivo a ocho años, desde 2012 a 2020. "Veremos qué ha pasado con estas personas que están tomando unos y otros fármacos, qué eventos han sufrido, recursos sanitarios utilizados, ingresos, consultas de AP y otra atención recibida y ver si hay ictus, infartos o reducción o no de la mortalidad y evolución de ambos grupos de paciente y en condiciones de la vida real", detalla.
Esa información será obtenida de la Base de Datos Poblacional de Andalucía, que recopila todo los datos de cada usuario.
Revisión bibliográfica, en manos del farmacéutico
¿Y cuál es la labor del farmacéutico de AP en este estudio? Montero explica que en sus manos está realizar la revisión de bibliografía, "ver de pros y contras de estos medicamentos y ver cuáles tienen problemas de eficacia y seguridad y estudiar su lugar en la terapéutica". Y añade: "Hemos estudiado la bibliografía y hemos seleccionado las variables que queremos analizar de estos pacientes y vamos hacer revisiones periódicas cada dos o tres meses y sopesar si se incluyen nuevas variables o no".
Los farmacéuticos no son los únicos profesionales involucrados en esta investigación. De hecho, forma parte del trabajo un nutrido grupo de profesionales de distintas disciplinas, entre ellos, médicos y enfermeros de AP, hematólogos, epidemiólogos y estadísticos.
Premiado
Este estudio ha recibido el segundo premio al mejor proyecto de investigación presentado en las I Jornadas de investigación del grupo ChronicPharma de Sevilla, que han contado con el aval de las sociedades científicas españolas de farmacéuticos de atención primaria, farmacéuticos de hospital y médicos de medicina interna (SEFAP, SEFH y SEMI).
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