La carga viral en saliva parece correlacionarse con la gravedad, y por tanto con la mortalidad, de la covid-19, según sugiere un ‘preprint’ no revisado por pares, lo que indica que los resultados no pueden emplearse como guía clínica, realizado por el equipo de Akiko Iwasaki, del Departamento de Inmunobiología de la Escuela Universitaria de Yale, junto con el Instituto Médico Howard Hughes, de Chevy Chase, ambos en Estados Unidos, y de la Universidad de Toronto, en Canadá.
En el trabajo, que aparece en medRxiv, la carga viral en saliva se ha analizado y se ha asociado con conocidos factores inflamatorios, como las interleucinas 6, 8 y 10 (IL-6, IL-8 e IL-10), así como con CXCL. Otra de las novedades es que la carga viral de la saliva parece ser superior que la de la nasofaríngea como predictor de la mortalidad. De esta forma, sugieren que la que se detecta en saliva podrían ser un marcador predictivo de gravedad de la covid-19.
El equipo ha detectado que el nivel de las cargas virales de SARS-CoV-2 en saliva es más elevado en pacientes con factores de riesgo asociados que pueden conducir a enfermedad grave por covid-19, lo que eleva la mortalidad. Ya existen diversos parámetros clínicos e inmunológicos que se correlacionan con la gravedad y la mortalidad de la enfermedad en la infección por SARS-CoV-2, pero queda aún trabajo para identificar los correlatos unificadores de la enfermedad que se pueden utilizar para guiar la práctica clínica, señala el trabajo.
A mayor carga, mayor gravedad
Según Iwasaki, en este análisis se examinaron las cargas virales procedentes de saliva y de nasofaringe a lo largo del tiempo y se correlacionaron con el contexto externo del paciente, así como con su perfil celular e inmunológico.
“Encontramos que la carga viral en la saliva fue significativamente mayor en aquellos pacientes con factores de riesgo para covid-19, que se correlacionó con niveles crecientes de gravedad de la enfermedad y mostró una capacidad superior a la carga viral nasofaríngea como predictor de mortalidad a lo largo del tiempo”, explica la investigadora. Además, en los pacientes con mayor afectación por la infección se observaron cargas virales en saliva más elevadas, mientras que en personas menos afectadas se apreciaron niveles virales más bajos.
La investigación se llevó a cabo en 154 personas del Nuevo Hospital-Asilo de Yale entre los pasados meses de marzo y junio de 2020. Del total, 62 tenían enfermedad severa, 84 tenían síntomas moderados y 23 pacientes murieron. Se incluyeron, además, pacientes que resultaron positivos a la infección, pero que no precisaron hospitalización. En todos se analizaron las cargas virales, estableciéndose una posible relación con factores como la edad, el sexo y los estados cardiovascular e inmunológico.
Relación con indicadores de inflamación
Los investigadores también han detectado que la carga viral de la saliva parece ser más elevada en pacientes con enfermedades respiratorias crónicas cardiovasculares, renales y las que comprometen al sistema inmunológico, en comparación con los que no tenían morbilidades asociadas. La carga viral del tracto nasofaríngeo no se correlacionaba, sin embargo, con factores de riesgo.
La respuesta a este fenómeno podría encontrarse con la fuerte relación con marcadores inflamatorios conocidos para la covid-19, como IL-6, IL-18, IL-10 y CXCL10, así como con citocinas de respuesta inmune tipo 1.
“Las cargas virales de saliva más altas se correlacionaron fuertemente con el agotamiento progresivo de plaquetas, linfocitos y subconjuntos de células T efectoras, incluidas las células TCD4 foliculares circulantes (cTfh). Los niveles de IgG anti-pico (S) y anti-dominio de unión al receptor (RBD) se correlacionaron negativamente con la carga viral en saliva, lo que muestra una fuerte asociación temporal que podría ayudar a distinguir la gravedad y la mortalidad en COVID-19”, indica Iwasaki.
Señala además que los pacientes con covid-19 que fallecieron tenían cargas virales más altas, “lo que se correlacionó con el agotamiento de las células cTfh y una menor producción de niveles de IgG anti-RBD y anti-S. Estos resultados demostraron que la carga viral, medida por la saliva pero no nasofaríngea, es un correlato unificador dinámico de la presentación de la enfermedad, la gravedad y la mortalidad a lo largo del tiempo”.
Los resultados sugieren que existe un proceso distinto de la réplica del virus en la saliva frente a la del tracto nasofaríngeo y que el virus en la saliva puede también indicar la réplica viral en órganos vitales, lo que podría alertar para aplicar medidas precoces dirigidas a reducir la carga viral antes de que afecte a las células cTfh.
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