La tricodinia o dolor en el cuero cabelludo se describe como una sensación desagradable de dolor, escozor, tirantez o ardor en el cuero cabelludo. Las personas con este problema suelen quejarse de que les molesta cambiarse la raya de sitio, peinarse e incluso tocarse el cuero cabelludo. Pese a las apariencias es un problema más frecuente de lo que parece y es el dermatólogo el especialista encargado de su diagnóstico y tratamiento.
Más allá del dolor que pueden sentir, la tricodinia también suele ocasionar una gran ansiedad y estrés que, al final, repercute en el propio problema y suele retroalimentar los síntomas.
El cuero cabelludo es parte de la piel, el órgano más grande del cuerpo, con una extensión aproximada de unos dos metros cuadrados y un peso de unos cuatro kilos. Pese a su extensión, se trata de un órgano dinámico y cambiante. Por su parte, el pelo es una estructura queratinizada que asienta desde una invaginación epidérmica hasta su profundidad donde recibe la nutrición celular. Se calcula que en el cuero cabelludo de una persona (que no tenga problemas de alopecia) existen entre 100.000 y 150.000 pelos.
La sensibilidad de la piel de la cabeza
Científicos estadounidenses demostraron en un estudio realizado en ratones y publicado en la revista científica Cell, que cada folículo piloso que contiene cada cabello actúa como un sensor del tacto independiente que registra ciertos detalles. Cada folículo, a su vez, está conectado al sistema sensorial donde se une la información de todos los folículos, se organiza en impulsos en la médula espinal y van directos al cerebro. Por tanto, cada folículo piloso incluye una combinación específica de terminaciones mecanosensoriales, tal como recuerda la investigación.
Por otro lado, a lo largo de todo el cuero cabelludo tenemos diversas terminaciones nerviosas, tanto en la dermis como en la epidermis, que reciben toda la información sensorial específica que proviene de un estímulo exterior: temperatura, movimiento, presión, extensión, dolor, tacto… Estos estímulos son recogidos y enviados al cerebro. De ese modo, tenemos diversas sensaciones en el cuero cabelludo.
Cuando las sensaciones de picor, hormigueo, irritación, enrojecimiento, ardor o tirantez en el cuero cabelludo son frecuentes, se considera un cuero cabelludo sensible, ya que esos síntomas producen, a su vez, microinflamaciones del cuero cabelludo cuyos síntomas se pueden paliar para mejorar la calidad de vida de la persona que lo sufre. Según los expertos, se trata de un problema que sucede con más frecuencia a las mujeres y en personas jóvenes, ya que se va perdiendo sensibilidad a medida que el organismo envejece.
Qué irrita el cuero cabelludo
La causa exacta de esa irritación en el cuero cabelludo se desconoce. En palabras de Gloria M. Garnacho, dermatóloga miembro del Grupo Español de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), “parece que se trata de una estimulación de nociceptores localizados en el cuero cabelludo a través de diferentes neuropéptidos que se desencadenan en situaciones variables y diversas”.
Uno de los principales factores causantes de esta sensibilidad extrema es el estrés. Al igual que la piel se estresa, el cuero cabelludo puede sufrir estrés. Al cepillar el pelo de forma reiterada y brusca se puede someter al cabello a estrés mecánico, mientras que utilizar secadores o planchas con excesiva frecuencia puede generar estrés térmico, o bien la exposición a tintes u otros productos químicos como alisantes desencadenan un estrés químico.
Por otro lado, Ángel Marcos, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla, recuerda que la sensibilidad del cuero cabelludo puede estar relacionada con una afección cutánea específica, como la dermatitis seborreica, la psoriasis o la foliculitis, entre otras, o bien ser debida a reacciones de hipersensibilidad o irritación hacia algunos ingredientes de las formulaciones de los propios champús u otros cosméticos. Los cambios hormonales y otras causas externas, como los cambios bruscos de temperatura, pueden generarlo.
En general, señala el especialista, cuando no se descubre una causa concreta, la sensibilidad del cuero cabelludo se ha relacionado con diferentes factores como la atopia, la pérdida de cabellos y el cuero cabelludo seco o graso. “En estos casos los pacientes suelen mencionar como factores desencadenantes de las sensaciones de picor, escozor o dolor, la temperatura alta o baja, la contaminación, las emociones, el aire seco, el aire húmedo y, sobre todo, el uso de algún champú”. Para estas personas el tratamiento es más complejo debido al posible origen multifactorial, señala.
Activos para su tratamiento
Garmacho destaca que es esencial una valoración por parte del dermatológo para establecer el diagnóstico exacto, ya que el tratamiento puede ser diferente en cada caso. “La exploración física y la tricoscopia suelen ser suficientes en la mayoría de los casos, pero en otras ocasiones necesitaremos realizar una biopsia del cuero cabelludo, cultivos o realizar pruebas de contacto alérgico”, indica.
A su juicio, en un primer momento y en los casos leves se puede tratar directamente en la farmacia, donde podrán aconsejar productos calmantes con anestésicos tópicos, corticoides suaves antinflamatorios, y champús respetuosos con escasos surfactantes irritantes. “Sin embargo, cada patología precisará un tratamiento específico; si tenemos una dermatitis seborreica severa será necesario utilizar antifúngicos orales; en psoriasis graves y liquen plano pilar, inmunosupresores; ante una foliculitis crónica se precisará antibióticos orales, y fármacos antiandrógenos y minoxidil en el caso de estar ante una alopecia androgenética, por ejemplo”, ejemplifica la dermatóloga.
Marcos añade que es aconsejable adaptar la frecuencia de los lavados del cabello a las condiciones del paciente, pudiendo hacerse más frecuentes o incluso a diario en aquellos con cabello graso y reduciendo el número en las personas con cabello seco. “Escoger un champú suave que no contenga ingredientes con alto potencial de irritación o sustancias que produzcan con frecuencia reacciones alérgicas tales como la cocamidopropil betaína y los parabenos, es otro de los pilares del tratamiento”, indica.
También comenta que puede ser de utilidad emplear ingredientes herbales de la fitomedicina tradicional, con un efecto antirritación, como la camomila (Marticaria chamomilla), la semilla del corazón (Cardiospermum halicacabum), la peonía (Paeonia lactiflora), y la Hamamelis virginiana.
Terapias adicionales
Garnacho explica que existen también técnicas que ayudan en el control de la inflamación como es el caso de determinados láseres y, sobre todo, la mesoterapia con plasma enriquecido en plaquetas. En el primer caso, menciona el láser capilar de baja potencia LLLT (Low-Level Light Therapy) pues es uno de los tratamientos capilares preventivos para fortalecer el cabello y prevenir su caída.
En cuanto al tratamiento con plasma rico en plaquetas, “se está imponiendo cada vez más en diferentes tipos de patologías por su poder antinflamatorio y regenerador, reduciendo la clínica de dolor, la foliculitis, la descamación y el eritema, y ayudando a que el pelo crezca con fuerza y densidad”, asegura la especialista.
En esta terapia, también conocida como plasma rico en factores de crecimiento, se utiliza un extracto de plasma con una concentración de plaquetas cinco veces mayor que la sangre para provocar una estimulación biológica que regenera los tejidos de la piel encargados de su firmeza, de modo que estimula de forma progresiva la producción de colágeno, además de inducir la remodelación celular del tejido epidérmico. Se realiza con la propia sangre del paciente que, tras ser procesada, se aplica a través de microinyecciones.
Sea como fuere, es esencial instaurar el tratamiento adecuado a cada persona, ya que, aunque en la mayoría de los casos esta situación es reversible y no tiene por qué causar alopecia definitiva, si la inflamación es muy intensa y se mantiene en el tiempo sin tomar las soluciones pertinentes podría acabar en una forma de alopecia cicatricial irreversible.
Elegir el champú adecuado a cada uno
Si se sabe que el uso de ciertos productos de higiene puede ser uno de los desencadenantes de tener cuero cabelludo sensible, se hace necesario conocer las claves para elegir bien el champú adecuado para cada persona. En lo que los dermatólogos coinciden es en que la farmacia es el lugar idóneo para su adquisición, ya que las gamas de venta en estos establecimientos están más enfocadas a pieles especialmente sensibles o con problemas cutáneos específicos, como dermatitis o alergias, y utilizan ingredientes y concentraciones pensando en estas pieles con afecciones. Por otro lado, los farmacéuticos, como profesionales sanitarios, son los más indicados para hacer una recomendación personalizada a cada problema, con productos adecuados para cada afección de la piel, con alta eficacia y con alta tolerabilidad sobre la piel, dicen los expertos consulados por CF.
En líneas generales, la elección del champú debe basarse en elegir productos con ausencia de limpiadores o detergentes agresivos; de hecho, los hay específicos para cuero cabelludo sensible que contienen pocos tensioactivos, sin colorantes o perfumes y, si los llevan, son hipoalergénicos.
Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) consideran que escoger un champú con criterio científico es un problema difícil para la población dada la gran cantidad de opciones que se suelen encontrar en los puntos de venta, por lo que coinciden en buscar consejo profesional. Como recomendaciones básicas para la elección de este cosmético de higiene destacan las siguientes pautas: cuando no existe ninguna alteración del cuero cabelludo, se debe usar un champú que limpie, sin aditivos farmacológicos; el champú de tratamiento se debe comprar siempre en la farmacia, ya que asegura la calidad de los ingredientes; el cuero cabelludo sensible requiere un champú extragraso, con ingredientes sin riesgo de sensibilización y con adición de sustancias antinflamatorias, e insisten en queel champú para cuero cabelludo sensible debe ser específico. La AEDV también aconseja que cualquier champú debe usarse de forma constante mientras existe el problema y, cuando se produce mejoría, se debe continuar el tratamiento un día sí y otro no, alternando con un champú suave sin aditamentos específicos. Finalmente, indica que los champús de tratamiento requieren, después de la primera aplicación, una segunda en la que se deje actuar el producto de 5 a 7 minutos.
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