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domingo, 6 de junio de 2021

Combatir las resistencias microbianas requiere trabajo multidisciplinar e incentivos a la I+D

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
cristinareal
Dom, 06/06/2021 - 08:00
Innovación
Las bacterias desarrollan continuamente resistencia a los antibióticos, por lo que siempre se necesitará una sólida cartera de nuevos antibióticos y, en consecuencia, una inversión sostenida en I+D en esta área.
Las bacterias desarrollan continuamente resistencia a los antibióticos, por lo que siempre se necesitará una sólida cartera de nuevos antibióticos y, en consecuencia, una inversión sostenida en I+D en esta área.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Cada vez es mayor el número de infecciones -por ejemplo, de neumonía, tuberculosis, gonorrea y salmonelosis- cuyo tratamiento se vuelve más difícil por la pérdida de eficacia de los antibióticos. Y eso prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costes y aumenta la mortalidad.

Para Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustria, una de las claves para minimizar este problema es “sin duda, y en primer lugar, fomentar el incremento de la investigación con nuevos antibióticos. Según datos de la Federación Mundial de la Industria Farmacéutica (Ifpma), en la actualidad hay aproximadamente 40 antibióticos en desarrollo clínico, de los cuales sólo unos pocos se consideran novedosos. Además, y debido a que las bacterias desarrollan continuamente resistencia a los antibióticos existentes, siempre se necesitará una sólida cartera de nuevos antibióticos, por lo que es fundamental tener una inversión sostenida en I+D en esta área para mantener el ritmo de la creciente resistencia”.

En segundo lugar, hay que hacer un mejor uso de los antibióticos existentes: “Los antibióticos pueden tener una subvaloración en la sociedad que difiere mucho del papel sanitario que desempeñan. Por lo tanto, es vital que exista una concienciación del buen uso que debe hacerse con ellos”, comenta Esteve.

Entre 2015 y 2019 ha bajado un 11,8% el consumo de antibióticos en medicina humana

Entre las dos medidas destaca el fomento de la investigación de nuevos antibióticos, “con dos consideraciones”. La primera es que hay que poner sobre la mesa nuevos incentivos económicos que generen confianza en el sector privado para invertir en I+D el nivel necesario y crear una cartera antibiótica robusta. La segunda, que el fomento de la I+D debe venir acompañado de una modificación de las políticas de reembolso para mantener la disponibilidad de antibióticos que permitan el acceso de los pacientes al tratamiento más adecuado para tratar o prevenir su infección. “Es imprescindible encontrar fórmulas para que sea atractivo desarrollar estos medicamentos, aunque su consumo sea mínimo”, subraya Esteve.

El PRAN

Antonio López Navas, miembro de la Agencia Española de Medicamentos (Aemps) y coordinador del Plan Nacional de Resistencia a Antibióticos (PRAN), destaca el papel del citado plan a la hora de afrontar el reto. “Tiene como objetivo impulsar estrategias para la prevención de infecciones (programa de higiene de manos, buenas prácticas ganaderas y formación de profesionales sanitarios); implantar de manera generalizada programas para la optimización del uso de los antibióticos, tanto en el ámbito de la salud humana (programas PROA en hospitales, Atención Primaria y centros sociosanitarios) como en el de la sanidad animal (programas Reduce en todos los sectores ganaderos), y apoyar iniciativas para la investigación de nuevos antimicrobianos y alternativas terapéuticas”.

El compromiso y esfuerzo de la industria son necesarios para la I+D de nuevos antibióticos

El plan engloba a profesionales de la salud humana, la sanidad animal y el medio ambiente, un enfoque integrador que se refleja en las cifras de participación del plan, en el que trabajan en permanente colaboración todas las comunidades autónomas; ocho ministerios; alrededor de 70 sociedades científicas, colegios profesionales y universidades, y más de 300 expertos. “Esta colaboración intersectorial es la base del éxito de esta estrategia nacional, que desde su lanzamiento en 2014 hasta hoy ha alcanzado notables logros, entre los que destaca la significativa reducción del consumo de antibióticos registrada en los últimos años en nuestro país: una bajada del 11,8 % en medicina humana (2015-2019) y del 58,8 % en medicina veterinaria (2014-2019)”, señala López Navas. En el caso de la salud humana, es importante destacar que, de acuerdo con los datos que estamos analizando, la tendencia decreciente “se mantiene a pesar del incremento del consumo registrado en 2020 como consecuencia de la pandemia de la covid-19”.

En cualquier caso, como se ha visto con la vacuna de la covid-19, la verdadera solución pasa por disponer de productos idóneos en tiempo y forma. “La industria farmacéutica innovadora es la que debe proporcionar más antibióticos o modificar los existentes para minimizar las resistencias, de manera que su papel no puede ser más clave. Para ello, hay que insistir y promover nuevas políticas de reembolso, para que esta industria tenga incentivos para invertir en la I+D de nuevos antibióticos pese a que, si finalmente son aprobados, tengan un uso muy limitado”, destaca Esteve.

Disponer de más y mejores antibióticos es una acción imprescindible para los próximos años

Este sector tiene un papel protagonista en una de las líneas de acción prioritarias del PRAN: el impulso de iniciativas para la investigación de nuevos antimicrobianos y alternativas terapéuticas a éstos. En ese proceso, las agencias reguladoras pueden ayudar a través de plataformas como la Oficina de Apoyo a la Innovación y Conocimiento sobre Medicamentos de la Aemps, que presta asesoría científica y reguladora a todo tipo de grupos de investigación”, apunta López Navas. Este punto es especialmente relevante si tenemos en cuenta la advertencia reciente de la OMS, que en su último informe sobre el pipeline actual de antimicrobianos alertó de que los antibióticos en desarrollo clínico (en total, 43), “no son suficientes para abordar el reto de la creciente resistencia bacteriana”.

Crecen las infecciones difíciles de tratar por su resistencia a antibióticos. Hay unos 40 en desarrollo, pero solo algunos se consideran novedosos. Off Enrique Mezquita. Investigación Off

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