La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic) ha realizado una encuesta a más de 1.000 médicos de familia, con el objetivo de identificar los puntos claves para la necesaria transformación de la Atención Primaria post-Covid-19.
El 67% considera que el equipo de trabajo le ha transmitido la fuerza necesaria para seguir adelante. Un 58% de dice que ha sufrido angustia; y sólo un 23% dice que no. Un 58% considera que ha sentido falta de organización y coordinación.
Pero al mismo tiempo, un 60% se ha sentido profesionalmente fuerte pese a la adversidad. Un 83% cree que ha derrochado su tiempo en bajas laborales y otras tareas burocráticas.
La encuesta se ha hecho sobre una muestra de 1.051 médicos de Familia que actualmente pasan consulta o dirigen equipos del primer nivel asistencial sobre cómo debe ser la Atención Primaria. Ha consistido en un total de 22 preguntas de respuesta múltiple y una única pregunta de texto libre.
El 26% de los participantes han sido hombres y un 74%, mujeres. La franja de edad con más participantes ha sido la de edades comprendidas entre los 36 a los 55 años, con un 64%. Respecto a los años que hace que ejercen de médico, un 37.6% hace entre 16 y 25 años y un 23.8% hace más de 25 años. El ámbito de trabajo es principalmente el urbano con un 66%, mientras que un 18% trabaja en el semi-urbano y un 15%, en el rural.
Sobre quienes consideran que sería más conveniente que efectuara la citación presencial de los pacientes en la agenda, un 64% se muestra partidario de que sea cada médico de Familia, por delante de otras opciones como personal de gestión y servicios, o especialmente un call center (el 92% están en desacuerdo). Igualmente, sobre el diseño de sus agendas, el 85% de los médicos consideran que deben hacerlo ellos mismos en un marco común de mínimos con la dirección de los EAP. En cambio, el 89% se muestra en desacuerdo con que lo haga la dirección de AP y un 97%, con que lo haga el Departamento de Salud de la Generalitat.
Respecto a qué proporción de visitas presencial o no presencial deberían tener sus agendas, un 42% considera que al menos la mitad de las visitas deberían ser presenciales.
Los médicos, según sus respuestas a esta encuesta, consideran que todos están haciendo tareas administrativas y burocráticas (están de acuerdo un 75%); pero al mismo tiempo, un 68% sienten que son la puerta de entrada al sistema y sólo un 47% que se siente como eje vertebrador del sistema.
Respecto a la atención domiciliaria, un 66% cree que es competencia propia de cada médico de Familia y del EAP por extensión. Mientras que un 90% se muestra contrario a que la gestión la haga una entidad ajena a la AP.
El 68% es partidario de reforzar la estuctura básica integrando otros profesionales dentro del equipo. Así, un 56% considera que habría que añadir nutricionistas; un 73% que debería incorporarse fisioterapeutas, y un 75%, que hay que contar en los EAP con psicólogos.
Respecto a la organización de los EAP, un 78% se muestra a favor de mantener como referente para cada paciente un médico /a y una enfermera. Un 66% cree que habría que añadir también la figura de un administrativo. Pero otros modelos también tienen una mayoritaria aceptación: como un modelo mixto con un equipo referente y pericias dentro del equipo que apoyen (56%) o un modelo con la figura de los TCAE (técnico cuidados auxiliar enfermería) en la atención directa a pacientes tanto en el CAP como en el domicilio (50%).
Sobre cómo perciben la coordinación con otros servicios, en general, la percepción es que no es buena con ningún servicio, especialmente, con los servicios de Salud Pública (68%), consultas externas hospitalarias (66%) y urgencias hospitalarias (62%).
Preguntados sobre si creen que a 10 años vista la AP estará mejor que ahora, son poco optimistas: un 52% cree que no estará mejor que ahora. Y en esta misma línea, un 56% cree que seguirán como hasta ahora, sobreviviendo.
Sobre cómo debería evolucionar el sistema sanitario, un 65% cree que habría que reforzar la atención a las personas con necesidades complejas con la creación de unidades coordinadas y gestionadas por la Atención Primaria. En cambio, la mayoría (58%) no están de acuerdo en un modelo que apueste por reforzar los servicios hospitalarios especializados con la integración progresiva de la Medicina de Familia.
Los médicos de la encuesta están en un 80% de acuerdo con que hay que impulsar la telemedicina y la telemonitorización. Un 92% cree que se deben establecer mecanismos para posibilitar la contratación por parte de AP de pruebas complementarias y primeras visitas de atención hospitalaria.
Un 69% está a favor de implementar un modelo de pago de la AP vinculado al número de ciudadanos asignados. El 78% está a favor de que se integren los equipos sanitarios de los centros residenciales con los Equipos de AP acompañándolo de los recursos necesarios. Igualmente, un 86% cree que hay que descentralizar procedimientos de la atención sanitaria hospitalaria hacia los centros de atención primaria. Unos centros de AP que los médicos y médicas consideran, en un 78%, que deberían tener autonomía de gestión económica y de recursos humanos.
15 puntos para la transformación de la AP
Los resultados de la encuesta han sido evaluados y analizados por la Junta de la sociedad científica autonómica y se han traducido en 15 puntos que definen la revolución que ha de transformar la Atención Primaria:
1.-Comunicación con la población. Es imprescindible un plan de comunicación con la población, centrado en el impacto de la prevención, y en evitar la medicalización.
2.-Administrativo Sanitario. Creación de la figura del Gestor de Salud ofreciendo una respuesta al usuario y descongestionar al profesional sanitario de tareas burocráticas que ocupan el 30% de su tiempo.
3.-Sistemas de Conexión con usuarios y con compañeros de hospital. Sistemas de conexión incorporando la atención no presencial y asincrónica, y manteniendo las visitas presenciales cuando aporten valor.
4.-Tecnificación de la AP. Hay que dotar a la Atención Primaria de tecnología diagnóstica y de seguimiento, y conseguir mayor capacidad resolutiva.
5.-Gestión de la propia agenda. Dotando las visitas presenciales del máximo valor añadido. Tener el control de la agenda para responder a las necesidades de los pacientes de la manera más oportuna.
6.-Autonomía organizativa. Para aumentar al máximo el rendimiento de cada equipo y de cada profesional. Trasladar a la AP el poder de compra en base territorial la convierte en actor central, y puede estimular el sector hacia la integración, la eficiencia y eliminación de duplicidades.
7.-Revisión del modelo arquitectónico y funcional de los centros. Generar centros integrados en la comunidad, polivalentes y comunitarios.
8.-Longitudinalidad. Principio de calidad asistencial y de seguridad del paciente, conjugándola con la experiencia clínica.
9.-Principio de subsidiaridad. Toda demanda o necesidad debe ser resuelta por aquel más cercano al usuario que sea capaz de hacerlo.
10.-Equipos multidisciplinares. Una Atención Primaria con nuevos perfiles profesionales integrados dentro del mismo equipo.
11.-Reconocimiento docente e investigador. Mayor presencia de la Medicina Familiar y Comunitaria en el grado y convertir la investigación e innovación en motores de la AP.
12.-Reconocimiento de la resolución de cada centro. Hay que traspasar presupuesto al Equipo de Atención Primaria cuando asume actividades atendidas antes en otros ámbitos. Hay que huir del actual sistema de cartera de servicios, indefinida y perpetuamente ampliable, sin una compensación directa por las innovaciones que comporta la evolución sanitaria: espirometrías, controles de anticoagulantes, cribado ocular en los diabéticos (CROC) , etc .
13.-Mejoras en las condiciones laborales. Para evitar la fuga de profesionales y la pérdida de talento necesario un plan de fidelización, con medidas, por ejemplo, como: contratos anuales, prestigio, regulación de la carga de trabajo, conciliación, teletrabajo, formación e investigación dentro de la jornada laboral.
14.-Revisión del modelo de Salud. Que los hechos acompañen a las palabras: Atención Primaria-eje del sistema por su posición privilegiada en la acogida, prevención, acompañamiento y resolución de un elevado porcentaje de las necesidades de los usuarios.
15.-Presupuesto. El descenso persistente del presupuesto para la AP y las condiciones laborales han dejado unos equipos muy mermados en personal. La relevancia del trabajo realizado se ha evidenciado cuando se ha dejado de hacer durante la pandemia.
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