El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la salud (OMS) declaró oficinalmente la pandemia por el SARS-CoV-2 y los farmacéuticos -de hospitalaria, primaria y comunitaria- observamos que la máxima ningún paciente sin su tratamiento podía verse comprometida por un posible aumento de medicamentos afectados por problemas de suministro.
Los farmacéuticos de atención primaria (AP), quizá los más desconocidos por la población, somos los de los centros de salud y responsables, entre otras funciones, del uso racional de los medicamentos prescritos. Realizamos revisiones de miles de prescripciones para minimizar los errores de medicación, los problemas relacionados con los medicamentos, las duplicidades o las interacciones. En nuestro ámbito de acción somos los garantes de la seguridad y el uso adecuado de los fármacos.
Una de nuestras competencias es informar a los médicos de AP y hospitalaria de los fármacos afectados por problemas de suministro. Durante la pandemia esta información adquirió mayor importancia si cabe. Si los médicos tenían información puntual de los que tenían problemas de suministro, podíamos facilitar su sustitución por otro con la misma indicación para que el paciente tuviera el tratamiento.
Los organismos oficiales de las autonomías implantaron medidas especiales de prescripción de medicamentos. Nosotros debimos informar a los médicos y mantenerles actualizados de todas las novedades, tanto legislativas como científicas, algunas de ellas modificadas en breve espacio de tiempo.
Los centros de salud estaban colapsados, las farmacias comunitarias nos llamaban para informarnos de problemas con los medicamentos que requerían una solución. Nuestra posición privilegiada y el acceso a los sistemas de información sanitarios nos permiten solucionar con diligencia cualquier problema de prescripción que se detecte. Nuestro papel como enlaces entre los centros sanitarios y las farmacias comunitarias adquirió, pues, mayor relevancia. También tenemos contacto directo con hospitalaria. Por tanto, suponemos un consolidado puente entre niveles asistenciales.
Otra de nuestras competencias es el suministro de medicamentos a los centros de salud. Estos deben estar almacenados en condiciones seguras de estabilidad y en cantidad suficiente para cubrir las necesidades de los pacientes. Como no conocíamos cómo se propagaba el virus, en qué materiales se depositaba y su tiempo de actividad y qué productos eran eficaces para la desinfección, tuvimos que adaptar en los centros los procedimientos de uso de fármacos.
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