La oferta MIR para 2023 que el Ministerio de Sanidad y las comunidades consensuaron en la última Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud (SNS) deja a la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria al borde de su capacidad docente actual, pero aún le queda un cierto margen de maniobra, aunque sea mínimo. De las 2.509 plazas que la especialidad tiene actualmente acreditadas en todo el SNS para formar a los futuros especialistas, ministerio y comunidades han sacado a concurso para la próxima convocatoria 2.455, exactamente el 97,84% del total.
No es el cien por cien que pedía recientemente la Comisión Nacional de Medicina de Familia, pero su presidenta, Ana Arbaizar, valora "positivamente" el anuncio de que el SNS ha exprimido casi al máximo su capacidad formativa en la especialidad para la convocatoria de 2023. Ahora, puestos a hacer caso a la recomendación que también hacía la presidenta de la comisión a este periódico la semana pasada, ese porcentaje debería mantenerse durante las próximas cinco convocatorias.
Para llegar al 100% que pide la comisión, la próxima convocatoria faltan, pues, 54 plazas de formación. 54 plazas que, pese a estar acreditadas, se quedarán en 2023 sin presupuesto, sin tutores... y sin residentes. La mala noticia para los MIR que el año que viene quieran cursar la especialidad en Madrid o en Baleares es que estas dos comunidades concentran nada menos que 46 de esas 54 plazas que se quedarán cerradas. Concretamente, Madrid solo ofertará 217 de las 254 plazas que tiene acreditadas para Familia (un 85,4%); es decir deja a oscuras nada menos que 37 puestos docentes de la especialidad más deficitaria del SNS. Las 9 plazas que deja vacantes Baleares (ofrece 64 de las 73 que tiene acreditadas) son, porcentualmente, más altas que las de Madrid (87,6%), porque la oferta docente de las islas es menor.
Cataluña, La Rioja y la Comunidad Valenciana suman las 8 vacantes restantes
Al margen de la sangría de puestos docentes que se registra en ambas comunidades, las otras 8 plazas de Familia que no tendrán residentes en 2023 (pese a estar acreditadas para recibirlos), hasta completar los 54 huecos del SNS, se concentran en tres comunidades: Cataluña, con 6 plazas MIR (ofrece 373 de las 379 que podría), La Rioja y la Comunidad Valenciana, con una sola vacante en cada comunidad. En el caso valenciano, esta vacante es, de hecho, casi anecdótica, dado su volumen total de plazas formativas de Familia (234), similar al de Madrid.
En la rueda de prensa posterior al Consejo Interterritorial sobre recursos humanos que el Ministerio de Sanidad convocó la semana pasada, la propia ministra Carolina Darias afirmó expresamente que había comunidades que "por diferentes razones" no ofertaban la totalidad de las plazas que tenían acreditadas para Medicina de Familia. La ministra habló, concretamente, de 93 plazas vacías en el SNS durante la convocatoria de 2022, aunque no concreto en qué comunidades ni cuál era la distribución. En 2023 no serán 93, pero sí más de medio centenar.
"Es incomprensible que en esas 5 comunidades no se hayan convocado todas las plazas acreditadas, sobre todo teniendo en cuenta los problemas que está teniendo la atención primaria en toda España, y que ya está afectando a todo el SNS, a través de las urgencias, tanto de primaria como del hospital", afirma un indignado Vicente Matas, médico de Familia y coordinador del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (Simeg). "Es muy conveniente que los ciudadanos de las autonomías que no han convocado todas las acreditadas, conozcan parte de las razones por las que sus médicos no les pueden atender en un tiempo razonable, a pesar de estar con cargas de trabajo insoportables, para que sepan dónde tienen que protestar, que no es precisamente a los facultativos de sus centros de salud", añade Matas.
Madrid y Baleares son dos de las comunidades que menos invierten actualmente en primaria, y donde más soliviantados están sus respectivos sindicatos y sociedades de primaria ante el déficit estructural de médicos de Familia. Según la última Estadística de Gasto Público Sanitario del Ministerio de Sanidad, ambas autonomías son, de hecho, la primera y la tercera, respectivamente, que menos porcentaje de su PIB sanitario dedicaron a su atención primaria en 2020 (10,7% Madrid y 12% Baleares). En medio de ambas, está Galicia, que, esta sí, ha convocado el cien por cien de sus plazas de Familia para 2023 (las 207 que tiene acreditadas).
Madrid y Baleares son dos de las tres CCAA que menos invierten en su primaria
Además, Madrid es una de las siete comunidades que firmó en su día el manifiesto que encabezaron Galicia y el País Vasco para pedirle al Ministerio de Sanidad que adoptara una serie de medidas para atajar el déficit de médicos de Familia. En ese manifiesto, se pedía expresamente al departamento de Carolina Darias la convocatoria de un MIR extraordinario de Familia (con 1.000 plazas anuales más que las actualmente convocadas) y que la acreditación de las unidades docentes de la especialidad fuera "abierta y permanente". Parece, no obstante, que una cosa es predicar y otra dar trigo, sobre todo cuando el trigo sale de los presupuestos de las comunidades, que son las que dotan económicamente a esas unidades docentes.
"Es vital priorizar los recursos en los centros y unidades docentes acreditados si queremos mantener unos estándares mínimos en la calidad de la formación de los futuros profesionales de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria", recuerda la presidenta de la comisión. "Interpreto que las comunidades que han tomado la decisión de dejar plazas sin ocupar lo han hecho teniendo en cuenta la situación en su servicio de salud respecto a los tutores (previsión de jubilaciones o posibilidad de acreditación de nuevos tutores) y los recursos disponibles en la actualidad, especialmente en el primer nivel asistencial", añade Arbaizar.
Y no es que esas plazas no se ocupen si se ofrecen. La experiencia más reciente atestigua que tanto Madrid como Baleares cubren su oferta formativa de Familia cuando sacan a concurso todas las plazas que tienen acreditadas. De hecho, según el estudio elaborado por Jorge Lema, jefe de estudios de la Unidad Docente de Atención Familiar y Comunitaria de Cuenca y coordinador de la cuenta de Twitter @de_mirilla, en la convocatoria de este año solo siete comunidades cubrieron la totalidad de las plazas de la especialidad en la fase ordinaria de adjudicación (ver mapa), y entre ellas estaban Madrid (que copó las 240 plazas que ofreció en 2022) y la comunidad balear, que cubrió los 66 puestos formativos que había ofertado.
A diferencia de las cinco comunidades más conservadoras con su oferta de Familia, las 12 restantes ofrecen la totalidad de sus plazas acreditadas, y predican así con el ejemplo de sus recursos (y de sus respectivos presupuestos). Entre las autonomías que sí han hecho los deberes, hay comunidades con una oferta docente de Familia incluso superior a las de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana (que dejan puestos vacíos), como Andalucía, que ofrecerá en 2023 los 430 puestos de formación que tiene acreditados para la especialidad. Castilla y León, una de las comunidades que más renuncias de plazas de Familia acumula tras la fase de adjudicación, saca a concurso, sin embargo, las 190 que tiene acreditadas, y Galicia y País Vasco (las dos comunidades que lideraron el manifiesto que siete servicios de salud remitieron a Darias) también ponen toda su pasta en el asador y abren el cien por cien de sus plazas a los residentes de 2023: 207 en el caso de Galicia y 109 de 109 en País Vasco.
La razón que está detrás de esta mayoritaria apuesta de las comunidades por exprimir su capacidad docente está muy clara para Matas. "Las plantillas de primaria de todas las autonomías son insuficientes y, a pesar de las extenuantes cargas de trabajo que padecen muchos centros de salud -con 40, 50, 60 o incluso más pacientes al día-, hay demoras de más de 11 días, como revela el último barómetro del CIS. Sin una primaria fuerte, bien financiada y con plantillas suficientes, las urgencias estarán saturadas, los hospitales con problemas y todo el SNS en peligro".
Más acreditaciones y más rápido
Con el SNS al límite de su capacidad docente en Medicina de Familia, la única vía para incrementar el número total de plazas en próximas convocatorias es agilizar la acreditación de nuevas unidades formativas y/o aumentar la capacidad de las ya existentes, como pedían las siete comunidades que firmaron ese manifiesto, y como también recuerda la presidenta de la comisión nacional: "Me parece muy coherente que la acreditación mejore en accesibilidad y pueda realizarse durante todo el año", afirma Arbaizar, en referencia al hecho de que las peticiones de acreditación para nuevas unidades docentes se pueden solicitar actualmente durante un periodo de tiempo concreto y muy limitado (un mes en la última convocatoria).
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