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jueves, 21 de julio de 2022

"Un HispaNICE permitiría gestionar el SNS con evaluaciones basadas en datos y criterios de coste-efectividad"

Política y Normativa
manuelbustelo
Vie, 22/07/2022 - 07:00
Entrevista con Anna García-Altés
Anna García-Altes, nueva presidenta de la Asociación de Economía de la Salud (AES). Foto: SONIA TRONCOSO
Anna García-Altes, nueva presidenta de la Asociación de Economía de la Salud (AES). Foto: SONIA TRONCOSO

Hace apenas un mes que Anna García-Altés fue elegida nueva presidenta de la Asociación de Economía de la Salud (AES), relevando en el cargo a Carmen Pérez Romero. Llega al puesto conociendo bien el funcionamiento de la institución, ya que llevaba tres años formando parte de la Junta de la asociación, los dos últimos como vicepresidenta.

Además, está avalada por un amplísimo currículum, en el que destacan, entre otras credenciales, que es directora del Observatorio del Sistema de Salud de Cataluña en la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (Aquas), investigadora asociada del Centro de Investigación en Economía y Salud-Universidad Pompeu Fabra (UPF) y vicepresidenta del EC Expert Panel on effective ways of investing in health.

En una entrevista con este periódico, García-Altés explica los principales objetivos de AES en esta nueva legislatura, analiza los principales retos del Sistema Nacional de Salud (SNS) en materia económica y ahonda en las lecciones de futuro que deja la crisis sanitaria de la covid-19.

Pregunta.- Enhorabuena por el nombramiento, que creo que llega además en un momento importante para AES.

Respuesta. Muchas gracias. Así es, mi nombramiento ha coincidido con que estrenamos el plan estratégico 2022-2025 de AES. Llevamos elaborándolo durante todo un año, consultando con nuestros socios tanto a nivel institucional como individual. Es un plan muy trabajado que nos va a guiar en los próximos años.

P. ¿Cuáles son las líneas maestras de este plan?

R. Pues se centra mucho en reforzar el contacto con los socios, en poner en valor la asociación, y en hacer alianzas con entidades y organismos con los que podamos tener puntos en común.

P. Dentro de esa creación de alianzas y de destacar el valor de AES como asociación de referencia en el ámbito de la economía de la salud, ¿cuáles son los objetivos fijados en esta nueva etapa que ahora empieza?

R. Queremos que las entidades y administraciones nos tengan como referente y nos consulten. Por poner un ejemplo, imagina que el Ministerio de Sanidad quiere reformar el copago farmacéutico. Sobre esto hay muchísima literatura y nosotros seríamos el asesor ideal para que nos consultasen sobre cómo podría hacerse, qué impacto tendría, cuáles serían los grupos más o menos afectados, etc. Es una labor que podríamos desempeñar a la perfección: actuar de referente intelectual en reformas que se quieran hacer en el ámbito de la política sanitaria.

P. ¿Qué fotografía hace ahora mismo AES del escenario sanitario-económico que tiene España tras todo lo acontecido con la pandemia de la covid-19?

R. Estamos ante una situación delicada con un sistema sanitario muy tocado, ya que el impacto de la covid ha sido bestial a nivel de servicios, de personal, de población afectada... A esto se suma una crisis económica a la que vamos abocados por cuestiones como la guerra en Ucrania o el contar con una inflación por encima del 10%.

P. A pasar de la situación que deja la pandemia, las propuestas por parte de AES para mejorar la sostenibilidad en el SNS llevan tiempo realizándose, ¿verdad?

R. Sí, los economistas de la salud llevamos años insistiendo en que es importante revisar la cartera de servicios con criterios de coste-efectividad. La forma ideal de hacerlo sería a través de lo que denominamos el HispaNICE [término que hace referencia a lo que podría ser una versión española del Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido (NICE, por sus siglas en inglés)].

Esta idea es algo que no ha calado, que no ha tenido acogida, pero que supone un asunto de vital relevancia porque nos seguimos gastando millones y millones de euros en cuestiones que deberían analizarse detenidamente. Un ejemplo de ello es el gasto en medicación hospitalaria de dispensación ambulatoria, un gasto importante que no se evalúa con datos reales y del que tampoco se hacen análisis de efectividad.

P. ¿Considera que crear un HispaNICE contribuiría a mejorar en este terreno?

R. Sí. Sería la herramienta ideal y permitiría gestionar el SNS siguiendo evaluaciones basadas en datos y criterios de coste-efectividad. En las últimas jornadas de Economía de la Salud, que se celebraron a principios de junio en Zaragoza, trajimos al antiguo director del NICE, al que fue su fundador, Andrew Dillon, y narró todo lo que fueron capaces de hacer: partiendo de la nada han conseguido crear un organismo que aporta un valor excepcional al sistema sanitario. Fue muy enriquecedor, porque muestra el ejemplo de cómo si gastas mejor, tienes más para gastar en otras cosas.

García-Altés:
García-Altés: "La base no debe ser recortar ni limitar, sino gastar mejor en aquello que es efectivo y que nos dé mejores resultados en salud". Foto: SONIA TRONCOSO

P. Y esa es la idea que se persigue, ¿verdad?

R. Efectivamente. Y por eso defendemos que sería ideal contar con un HispaNICE que fije criterios coste-efectivos y evaluaciones basadas en la evidencia. Nosotros defendemos que la base no debe ser recortar ni limitar, sino gastar mejor en aquello que es efectivo y que nos dé  mejores resultados en salud.

P. ¿Cree entonces que los principales problemas que afectan al SNS en el ámbito de la sostenibilidad obedecen a la falta de evaluaciones basadas en la evidencia de lOS datos y a la carencia de revisiones en la prestación siguiendo criterios de coste-efectividad?

R. Sí, son aspectos que urge abordar y que deben corregirse si queremos optimizar la gestión económica de nuestro sistema sanitario.

P. ¿Cuáles son, a su juicio, las principales carencias estructuras que viene arrastrando en los últimos años el SNS, incluso desde antes de la llegada de la crisis sanitaria de la covid-19?

R. En primer lugar, quiero destacar que la crisis también ha puesto de manifiesto cosas importantes, como que si das más autonomía de gestión a los centros sanitarios, las decisiones se toman más rápido y mejor. Además, la pandemia ha revelado el valor de las tecnologías y de las herramientas digitales: su uso se ha disparado y se ha visto que son especialmente útiles.

Dicho esto, también se han evidenciado vergüenzas, como la mala planificación que tenemos de los profesionales actuales y de los que se van a necesitar en el futuro, algo que se une también a una mala planificación que existe de los recursos sanitarios físicos.

P. ¿Considera capital potenciar y optimizar la gestión en recursos tanto humanos como físicos?

R. Así es, y en todo esto la planificación es clave. En el ámbito de los recursos humanos, debemos mejorar esa planificación y poner el foco en la formación sanitaria especializada [MIR, FIR, EIR...]. Avanzamos hacia una sociedad cada vez más envejecida que demandará mayor presencia de determinados profesionales, como por ejemplo de Geriatría, de Cuidados Paliativos...

P. Y en lo que respecta al déficit estructural del SNS en materia económica, ¿dónde considera que hay que poner el foco?

R. Al igual que es importante hacer más cosas, es igual de importante entender que hay cosas que se han de dejar de hacer. Es un discurso muy interesante que cuesta mucho que cale tanto entre la población como entre los profesionales sanitarios. Se debería analizar la desprescripción de fármacos en pacientes hiperpolimedicados, la eliminación de pruebas diagnósticas que no añaden valor ni información relevantes para adecuar los tratamientos... Hablamos de prácticas de bajo valor que no son efectivas, que aportan escasos (o nulos) beneficios y que tienen un coste relevante para el sistema.

P. ¿Cómo se percibe, desde la perspectiva económica, el futuro del SNS a corto y medio plazo tras la pandemia del SARS-CoV-2?

R. Creo que continuaremos como hasta ahora. No creo ni que aumenten los copagos ni que se hagan recortes de prestaciones. No considero que vayamos a avanzar en ese sentido, pero lo que sí debemos hacer es analizar lo que hemos vivido en esta situación de crisis y aprender de ello. Hay que cosas que podemos hacer mejor, como es todo lo que hemos hablado anteriormente, y debemos aprender y ponerlas en práctica.

También es fundamental que aprendamos que no tan importante que tengamos más para gastar, sino que lo que tengamos lo gastemos bien.

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