Desde hoy, día en el que la Comunidad de Madrid estrena el Centro Integral de Prevención, Investigación y Tratamiento de Adicciones Comportamentales, el AdCom Madrid, ubicado en el Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, las personas que sospechen padecer una adicción a las nuevas tecnologías y otras como las dependencias al juego, sexo o compras compulsivas; las consideradas adicciones sin consumo de sustancias pueden citarse en esta unidad especializada gracias a su carácter digital y telemático.
Adcom es un recurso pionero en el abordaje de este tipo de adicciones que tendrá un carácter multidisciplinar y que atenderá, desde una perspectiva sanitaria y psicosocial, a dos grupos de población de forma diferenciada: los menores de 12 a 17 años de edad, acompañados de padres o tutores, y a adultos mayores de 18 años. “La persona esclavizada por una adicción, sabe que las consecuencias son muy negativas, pero no puede pararlo”, ha explicado Francisco Ferre, del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y coordinador de este nuevo centro, quien ha subrayado además de “detrás de un comportamiento adictivo suele haber un trastorno de salud mental subyacente –depresión, ansiedad o TDAH, entre otros-, lo que se conoce como patología dual", que también será abordado en esta nuevo centro.
Este nuevo servicio, está formado por profesionales del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del citado hospital y lo integran un psiquiatra de adultos, uno de niños y adolescentes, un psicólogo experto en adicciones, una enfermera especialista en salud mental y un trabajador social que atenderán, simultáneamente, la adicción y el trastorno mental subyacente.
Se trata de la primera vez que el usuario puede entrar directamente a una asistencia especializada, de forma que el afectado puede acceder al programa sin necesidad de recurrir previamente a su médico de Atención Primaria ni a su especialista de centro de Salud Mental.
Una vez citados, el proceso de cribado se realizará en el Gregorio Marañón, cumplimentando cuestionarios para delimitar el grado de adicción y afectación psicológica o psiquiátrica. Se calcula que por dispositivo pasarán unas 100 personas a la semana, según Ferre.
Ignacio Figueira, del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del mismo hospital, y otro de los coordinadores de esta asistencia, “el cribado permitirá la recogida de datos a través de los cuales se determinará cuáles son las necesidades asistenciales de cada persona que se ha pedido cita. Estos datos también serán decisivos para conocer más en profundidad el origen de las adicciones y su relación con ciertos trastornos mentales, dentro del ámbito de la investigación”, con posibilidad de iniciar ensayos clínicos tanto con intervención grupal psicoterapéutica como con otras estrategias farmacológicas en estos casos concretos.
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