El estrés tiene un impacto directo en la salud y puede afectar a sistemas y aparatos muy diversos del organismo. No es de extrañar que también incida negativamente en el suelo pélvico. Igual que hay personas que aprietan los dientes por estrés, lo que se conoce como bruxismo, también las hay que contraen los músculos del glúteo por el mismo motivo. Aunque es una respuesta normal, cuando se produce por estrés crónico, puede provocar trastornos del suelo pélvico, como dolor durante las relaciones sexuales, prolapso de órganos pélvicos, dolor lumbar y disfunción de la vejiga y estreñimiento. Además, “hay factores de estrés físico, como el parto o las lesiones, que pueden debilitar el suelo pélvico y causar tejido cicatricial como parte del proceso de curación”, informan desde Intimina. “Esta acumulación excesiva de tejido puede provocar dificultades para quedarse embarazada, disminución del bienestar sexual y menos sensación de comodidad”.
Rachel Gelman, fisioterapéuta especializada en suelo pélvico y colaboradora de Intimina, afirma que "hay muchos datos que constantan que el estrés contribuye a la disfunción del suelo pélvico. En general, los niveles elevados de cortisol por estrés tienen un impacto negativo en el cuerpo y, como resultado, pueden afectar negativamente a los músculos del suelo pélvico".
La buena noticia es que el daño "se puede revertir, pero no hay una solución rápida", advierte. Y es que "el cuerpo humano tarda en curarse y, a veces, las personas necesitan trabajar con múltiples profesionales, incluyendo un terapeuta cognitivoconductual para tratar el componente psicológico, y un especialista en suelo pélvico para tratar el componente musculoesquelético. Los especialistas en el manejo del dolor o acupuntores también pueden ser útiles", dice Gelman.
Terapia individualizada
En el abordaje de los problemas de suelo pélvico, el mejor consejo que puede dar el farmacéutico es recomendar a quien lo sufre "que acuda a un profesional para obtener un plan de tratamiento individualizado", como subraya la fisioterapeuta. Y, si esos problemas están relacionados con el estrés, Gelman menciona practicar yoga y relajarse. Y añade: "Posturas como la del niño y la del bebé feliz ayudan a facilitar la relajación del suelo pélvico”.
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