Hablar del verano evoca, casi siempre, baños en la playa, tardes de lectura en la piscina, viajes de relax y reuniones con amigos. Sin embargo, también es la época en la que los aspirantes que se van a presentar a los exámenes MIR, FIR y EIR comienzan a estudiar más concienzudamente la prueba. Es el inicio de un proceso que implica ir adoptando hábitos de trabajo y descanso con el fin de adquirir una velocidad de crucero en el estudio y una rutina diaria que deberán mantenerse durante los próximos meses.
De cara a ofrecer recomendaciones y pistas sobre cómo empezar a estudiar el examen e ir adquiriendo esos hábitos, este periódico analiza con expertos algunas cuestiones clave, como la jerarquización de materias, la distribución de tiempos de estudio y el descanso.
En primer lugar, Jaime Campos Pavón, director de la Academia AMIR, hace una matización que considera relevante: "Es importante tener en cuenta que, en general, el perfil del aspirante MIR suele ser un poco diferente al del resto, ya que la mayoría de los opositores médicos dedican el 100% de su tiempo a la preparación del examen, mientras que, en el caso del resto de los profesionales sanitarios, suele ser mucho más habitual que el candidato compatibilice la preparación del examen con otro trabajo, ya sea en la sanidad pública o en ámbito privado. Es algo que, evidentemente, afecta a la programación del estudio y que debe tenerse en cuenta, ya que puede condicionar".
Dicho esto, pone el foco en que "es esencial que el aspirante aprenda a estudiar este tipo de exámenes para el que no hay un temario concreto", algo que no ocurre con otro tipo de oposiciones que cuentan con un listado cerrado de temas. "Esto es lo primero que hay que entender, ya que deriva en que uno no puede estudiarse toda la carrera en un número limitado de meses y en la necesidad de cambiar la forma de estudiar".
Rentabilizar las horas de estudio
Por ello, apunta que el candidato debe "rentabilizar sus horas de estudio" e intentar que sean eficientes y de calidad, clasificando las materias por importancia y centrándose en aquellas cuestiones que sean más importantes dentro de cada una de las disciplinas. "Esto es algo en lo que los centros preparadores podemos ayudar mucho", añade Campos Pavón.
Una vez se jerarquicen las materias y se sepa qué contenidos son los más relevantes en cada una de ellas, el siguiente paso es comenzar a calendarizar cómo debe llevarse a cabo el estudio. "Es importante ir intercalando las asignaturas que tengan mayor relevancia en el examen con otras que tengan menos. Eso ayuda a generar una memoria a largo plazo que el estudiante no suele estar acostumbrado a usar y que es muy necesaria en este tipo de exámenes, cuya preparación va a durar varios meses", afirma.
Repasos cada tres semanas
Además, y ya desde las primeras semanas en las que se empieza a preparar la prueba de manera concienzuda, considera que es importante fijar reiteraciones del estudio cada cierto tiempo. "Es recomendable hacer repasos de las materias que se han estudiado cada tres semanas, ya que hay evidencia que demuestra que a partir de la tercera semana la memoria decae".
Sin embargo, el responsable de la Academia AMIR también apunta que, a medida que se vaya avanzando en el estudio, el hecho de ir repasando determinadas materias de forma continua facilitará esas labores de repaso según se vaya acercando la fecha del examen y permitirá reducir tiempos.
Los simulacros, desde el 'minuto 1'
Junto a esto, asegura que también es importante, ya desde el inicio, comenzar a realizar simulacros. "La prueba tiene una parte de técnica de examen que debe conocerse y que lleva su tiempo aprenderla. Manejar un examen de 200 preguntas manteniendo siempre el mismo grado de concentración es difícil, y es algo definitorio en el resultado del mismo, así que hay que aprender a hacerlo con práctica. Cuanto más se ensaye, mejor; incluso al principio de la preparación, ya que el objetivo no es demostrar conocimientos, sino practicar habilidades en preguntas tipo test, conocer trucos a la hora de responder, saber qué son los distractores de primer orden y aprender a manejar las dudas".
En cuanto a las actividades de ocio, si bien es cierto que en los meses estivales suelen ser más comunes, el experto recomienda "concentrarlas todas en un mismo día de la semana", preferiblemente el domingo. "Debe ser una día de descanso obligatorio y de desconexión, algo que también es importante para mantener una buena forma intelectual de cara al trabajo que queda por delante".
Estudiar fijando objetivos
Una pregunta recurrente que suelen hacerse muchos aspirantes que comienzan la preparación del examen de formación sanitaria especializada es cuánto tiempo al día hay que estudiar cuando se empieza. Pues bien, sobre esta cuestión, Alfredo Carnicero, director docente de la Academia Oposalud, explica que es recomendable trabajar más por objetivos que por número de horas. "Igual fijarse un número fijo de horas de estudio al día no es lo más adecuado. Es mejor fijarse metas diarias".
Y añade: "Si aún así hubiese que dar una cifra, podríamos decir que lo recomendable podría ser empezar estudiando 3-4 horas al día aproximadamente y que ese tiempo vaya en aumento a medida que avancemos en el estudio, pero para mí no es lo ideal. Lo mejor es fijar objetivos de estudio cada día que nos permitan ir avanzando".
Junto a esto, Carnicero incide en que los exámenes de formación sanitaria especializada no cuentan con un temario concreto, por lo que recomienda que se consulten los exámenes de años anteriores para poder analizar qué contenidos puede ser relevantes. "Esto ayuda a acotar y a tomar referencias sobre qué materias suelen tener más peso en la prueba", remarca.
La importancia del descanso
El descanso también es una parte crucial en la preparación de las pruebas de formación sanitaria especializada y es algo que debe aprenderse e incluirse dentro de la rutina de estudio desde el primer momento. Según explica Héctor del Río, coordinador de las academias FarmaFIR y BioBIR, podríamos clasificar el descanso en tres tipos: físico, mental y emocional.
Sobre el primero de ellos, el descanso físico, explica: "Puede parecer que en una preparación como esta, en la que estás mucho tiempo sentado, el descanso físico puede no parecer relevante; pero lo es. Hay que dormir bien y por ello es recomendable realizar periódicamente ejercicio físico para cansar el cuerpo y conseguir que descanse por la noche".
En cuanto al mental, Del Río destaca que es aconsejable, además de dormir bien, "desconectar, parar y dar descanso a las neuronas" al final del día para así "poder rendir al 100% al día siguiente".
Por último, en lo relativo al descanso emocional, pone el foco en cómo, en un proceso largo como es el de estudiar una oposición, el estrés, la tensión y los momentos de decaimiento suelen aparecer. "Para combatir esto es bueno potenciar ese descanso emocional con elementos como reuniones con familia o amigos, hacer deporte, practicar alguna afición, etc".
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