El Gobierno está celebrando un Consejo de Ministros extraordinario este viernes por la mañana en el estudia declarar el estado de alarma en la Comunidad de Madrid si no llega antes a un entendimiento con la autonomía para que se restablezcan las restricciones covid impuestas por el ministro Salvador Illa en una orden ministerial que el jueves tumbó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
En paralelo, la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de la capital José Luis Martínez-Almeida y el vicepresidente autonómico Ignacio Aguado, están reunidos buscando una alternativa que evite la declación del estado de alarma.
La disputa está entre mantener las restricciones covid madrileñas, basadas en el confinamiento perimetral de determinadas zonas básicas de salud, o reestablecer la orden ministerial de Illa sobre grandes municipios que establece, entre otras medidas, confinamiento perimetral de todos los municipios de más de 100.000 habitantes que presenten incidencias acumuladas de más de 500 casos por 100.000 habitantes, además de una tasa de positividad en las pruebas diagnósticas superior al 10% y una ocupación de las UCI por pacientes covid superior al 35%.
A medianoche de ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid hacía una declaración oficial afirmando que “esta noche he quedado con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en hablar mañana (en referencia a este viernes por la mañana). A primera hora nos reuniremos para ver alternativas. Nuestras zonas básicas estaban funcionando y pueden ser lo mejor. Esperamos pactar una solución que beneficie a los ciudadanos y dé claridad”, afirman la presidenta tras el caos generado por la posible salida de madrileños a toda España a las puertas de un puente festivo y con la incidencia de casos por coronavirus en la autonomía por encima de los 500 por 100.000 habitantes.
En paralelo a la declaración de Ayuso Moncloa avisaba también a media noche de la celebración este viernes del Consejo de Ministros extraordinario y aclaraba que tras la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid sólo cabían tres opciones.
La primera, que la Comunidad de Madrid como autoridad competente en materia sanitaria dicte una orden al amparo de lo establecido en el artículo 3 de la Ley Orgánica 3/1986 de 14 de abril de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública.
La segunda, que “solicite la declaración del estado de alarma para que sea el Gobierno de España conjuntamente con la Comunidad de Madrid quien lo declare y ratifique las medidas en cuestión”.
Y la tercera opción es “que sea el Gobierno de España quien declare el estado de alarma sin necesidad de que se formule previamente una solicitud”.
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Sea cual sea la decisión que finalmente se adopte en la negociación contrarreloj, Moncloa insiste en que “en cualquiera de los tres casos, las medidas serían exactamente las mismas que ya se venían aplicando, pues lo único que cambiaría sería el instrumento legal por las que se adoptan, es decir la cobertura legal”.
Dicho en plata, por una vía por otra Madrid quedaría cerrado para evitar la dispersión de madrileños durante este puente festivo ante la situación de la epidemia… claro está, siempre y cuando la indicedencia acumulada de casos se mantenga por encima de los 500 casos por cada 100.000 habitantes, el límite que fijó Illa en su orden para decretar restricciones covid a los grandes municipios.
Ese límite de 500 casos por 100.000 habitantes de incidencia acumulada en los últimos 14 días no es baladí si se tiene en cuenta la propia disputa sobre la veracidad de los datos de la autonomía que se ha vivido en los últimos días y, aún más, el vertiginosos descenso presentado por la Consejería, que el martes presentaba 710 casos por 100.000 habitantes en la autonomía, el miércoles en 591 y ayer jueves rozaba la el límite, con 507 casos por cada 100.000 habitantes.
Esto es, aun cuando se decretara el cierre, a las puertas del puente festivo, podrían decaer las condiciones en que fuerzan a restricciones a la capital si descendieran los datos por debajo de esos 500 casos que se establecen como límite.
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