Aprovechando que el 8 de octubre es el Día Mundial de la Visión, Clínica Baviera ha presentado este miércoles un estudio sobre la salud visual de los españoles, que concluye que un 35% de los 2.000 participantes no se revisa la vista de forma habitual. Así, según las recomendaciones de los expertos, se aconseja hacerlo, al menos, 1 vez cada dos años si son personas jóvenes y sin patología previa, o una vez al año si se trata de personas mayores y con enfermedad ocular o antecedentes, como ha detallado Clara Martín, oftalmóloga y especialista en cirugía refractiva de la clínica.
Llama la atención que un 9% acude a revisión cada tres años; un 11%, más de tres años, y un 14% no se revisa nunca la visión. Como ha destacado Nuria de Miguel, responsable de Comunicación de Clínica Baviera, esa preocupación por las revisiones aumenta a medida que aumenta la edad de los encuestados.
Si se analiza a qué profesional acuden para hacer estos chequeos, un 47% se decanta por el óptico-optometrista y un 44,5% por el oftalmólogo. Según Martín, ambos son profesionales cualificados, pero recuerda que los primeros se centran en la graduación de los defectos de la visión y en la adaptación de gafas o lentes de contacto y pueden detectar ciertas patologías mientras que los oftalmólogos llevan a cabo revisiones más exhaustivas y se centran en patologías.
Según el trabajo, los jóvenes son los que más visitan al óptico, mientras que la gente de más edad van al oftalmólogo.
Analizando los tipos de problemas visuales, el 80% afirma tener uno, siendo la presbicia el mayoritario, sobre todo en población a partir de los 45 años. Así, la presbicia afecta al 41,9% de la población; la miopía, al 39,1%; el astigmatismo, al 38,9%; la hipermetropía, al 18,4%; las cataratas, al 4,9%, y los problemas de la retina o la mácula, al 3,8%.
Como han detallado la oftalmóloga en la presentación, la presbicia es un problema visual estrechamente relacionado con la edad y junto con las cataratas son fruto del envejecimiento de la lente interna del ojo. En cuanto a la miopía, los que la sufren suelen tener de media 2 dioptrías, y más del 15% dice que se ha operado para solucionarla, mientras que en el astigmatismo, solo un 9% ha pasado por el quirófano.
Respecto a la hipermetropía, que afecta sobre todo a personas más mayores, un 10% se ha sometido a cirugía para corregirla. Martín ha detallado que este trastorno se produce porque el ojo es más corto y suele suceder que cuando se es joven no se detecta problemas en la visión porque enfocan bien y eso compensa los defectos de visión de la hipermetropía. En cambio, a partir de los 45 años, cuando, además aparece la presbicia, entonces surgen los problemas. "Cuando se llega a los 45 y el paciente tiene presbicia, lo más seguro que antes ya fuera hipermétrope, pero no se daba cuenta. En estos casos, los problemas de visión con 45 años se llevan peor porque suelen ser personas que nunca han llevado gafas y siempre han visto bien y ahora les cuesta", ha remarcado.
Las cataratas son otro problema asociado a la edad y que se produce por una pérdida de transparencia del cristalino. La única solución es la cirugía. "No existen gotas, ni gafas ni suplemento nutricional", ha advertido Martín.
El estudio también menciona los problemas de retina y de la mácula, que aunque afecta a un porcentaje reducido, hay que estar atentos a las señales de alarma, como aumento de las moscas flotantes, aparición de destellos o cortinas en una parte del ojo. Los signos de alarma de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) son otros, como ver deformes las imágenes centrales, "aunque si afecta solo a un ojo, como el otro ve bien lo compensa y puede pasar desapercibida, de ahí la importancia de las revisiones".
Gafas, lentillas o cirugía
Preguntados por el tipo de solución que usan para corregir sus problemas de visión, el 60% señala que las gafas, seguidas de las lentillas, con un 14%, y la cirugía, con un 13%. La cirugía está indicada en miopía, cataratas, astigmatismo, hipermetropía y problemas de retina y presbicia. Sin embargo, a los autores les ha llamado la atención que, en el caso de la presbicia, que es tan prevalente, son muy pocas las personas que recurren a ella para corregirla. "Esto delata una falta de información sobre cómo solucionar la presbicia".
Martín ha aclarado que el tiempo de recuperación tras someterse a una intervención quirúrgica varía en función de la persona y del tipo de técnica empleada, pero ha insistido que suelen ser cortas. En el caso del láser corneal, la recuperación suele ser muy rápida, de unos dos o tres días; en cambio, cuando se usan otro tipo de láseres puede prolongarse a una semana o diez días. Cuando se trata de una lente intraocular, la persona suele pedirse una baja laboral de no más de tres días.
Lo bueno de estas intervenciones, ha defendido la experta, es que no necesita anestesia general, sólo se administran unas gotas, y la técnica es indolora para el paciente.
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