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lunes, 26 de octubre de 2020

Fármacos supramoleculares contra bacterias resistentes

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
Josezarate
Lun, 26/10/2020 - 12:25
Un equipo del CiQUS de Santiago de Compostela fabrica nuevos compuestos a partir de péptidos cíclicos
Grupo de Juan Granja en el CiQUS
Equipo de investigadores que dirige Juan Granja en el CiQUS de la Universidad de Santiago de Compostela.

La combinación de lo natural y lo artificial con fines terapéuticos adquiere un nuevo estímulo con el último hallazgo del grupo que dirige Juan Granja, del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares (CiQUS) de la Universidad de Santiago de Compostela. Un estudio que acaban de publicar en Chemistry-A European Journal propone una novedosa estrategia sintética, de laboratorio, que confiere a los péptidos antimicrobianos la estabilidad, perdurabilidad y reducida toxicidad necesarias para actuar contra bacterias de alta agresividad y resistencia como el estafilococo, responsable de infecciones cutáneas, óseas o neumonía.

El avance, de gran relevancia en la investigación de los llamados fármacos supramoleculares, confirma la efectividad de estas terapias alternativas para combatir microorganismos resistentes a los tradicionales antibióticos. Esta situación de emergencia sanitaria se lleva anticipando desde hace muchos años sin que de momento se haya respondido adecuadamente ni por la industria farmacéutica ni por parte de las autoridades sanitarias.

Es por tanto muy necesario descubrir nuevas alternativas quimioterapéuticas cuyo mecanismo de acción sea diferente al de los fármacos ya existentes. La terapia química más habitual se basa en buscar fármacos que actúen sobre una diana terapéutica específica de las bacterias. “Esta estrategia tiene como principal ventaja que suele ser altamente selectiva, pero, por el contrario, permite a las bacterias combatirlos, ya que pequeños cambios estructurales en esa diana pueden desactivar al fármaco sin apenas interferir en la supervivencia de la bacteria. Por ello, en los últimos años han aparecido los fármacos supramoleculares, una alternativa en la que la especie activa es un agregado formado por varias moléculas ordenadas más pequeñas. Los objetivos de estos fármacos supramoleculares son superficies moleculares y no pequeños centros activos como los anteriores fármacos. Gracias a ello se reduce en gran medida la posibilidad de la aparición de resistencias”, según expone Juan Granja, investigador principal del CiQUS.

Primera barrera defensiva

En este sentido, los péptidos naturales antimicrobianos son un referente. Constituyen la primera barrera defensiva de muchos seres vivos. Estos péptidos suelen tener un pequeño número de aminoácidos y son activos contra una gran variedad de microorganismos (bacterias, hongos, virus, etc.). Forman parte del sistema inmune innato y llevan presentes en los seres vivos superiores durante millones de años, siendo poco conocidos los casos de resistencias bacterianas.

Sin embargo, su utilidad terapéutica es baja, ya que al ser pequeños péptidos son rápidamente degradados en el sistema circulatorio (proteasas), son poco selectivos y, además, tóxicos. “Nuestra propuesta se basa en péptidos cíclicos en los que se alternan aminoácidos naturales con otros no naturales que los hacen resistentes a las proteasas. Además, hemos diseñado una estrategia sintética en la que se pueden incorporar otros elementos al final de la síntesis para modular su actividad”, explica Granja.

“Para ello se emplean transformaciones tipo click ortogonales, reacciones selectivas compatibles entre ellas que transcurren con elevados rendimientos y que no generan otros subproductos o si lo hacen son pequeñas moléculas tan inocuas como el agua. Estas reacciones permiten incorporar una variedad de sustituyentes, en este caso, una de ellas se emplea para aumentar la potencia y selectividad de los péptidos cíclicos, mientras que la segunda transformación se utiliza para reducir su toxicidad mediante la incorporación de pequeños sacáridos”, añade.

Gracias a esta estrategia, que dota de la robustez y estabilidad que no poseen los péptidos naturales, el grupo del CiQUS ha podido preparar diferentes derivados que gozan de una magnifica actividad antimicrobiana con una reducida toxicidad, siendo destacable que presentan igual actividad frente a alguna de las cepas resistentes a otros agentes antimicrobianos como por ejemplo el temido Staphylococcus aureus resistente a la penicilina y causante de múltiples infecciones en la piel, huesos, intoxicación por alimentos o incluso neumonía.

La combinación de péptidos cíclicos con otros diseñados en laboratorio prepara el terreno para un nuevo tipo de fármacos contra bacterias multirresistentes. Off Redacción Farmacología Off

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