La comunicación terapéutica como aquella en la que el paciente es el protagonista, el que habla, y el profesional es el que escucha y lo acompaña. Así lo defiende La Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña (Aificc), que ha elaborado una guía que ayude a los enfermero de Primaria a potenciar saber escuchar al paciente, como eje principal de su intervención asistencial.
La guía da herramientas de cómo potenciar la escucha, aunque se disponga de poco tiempo, por eso dice: tres minutos de escucha tranquila, parecen diez. Y recuerda que lo más importante no es la cantidad de tiempo, sino las ganas que se tiene de escuchar.
Así, da una serie de consejos sobre por qué hay que escuchar al paciente y, entre otras cosas, dice que para "establecer una relación de confianza y respeto, para conocer al paciente, para entender cómo ve él su problema de salud y para que el paciente se desahogue".
La guía también describe unas ideas generales sobre cómo debe ser esta escucha, y señala que a pesar de sólo disponer, tal vez, de tres minutos, es necesario que se escuche con atención e interés, con empatía, sin interrumpir al paciente, sin escribir mientras se escucha, sin jugar con el bolígrafo, y sentado/a apoyando la espalda en la silla, entre otras consideraciones.
Un punto interesante del documento es que presenta seis situaciones concretas que se pueden dar en las consultas y ante cada una de ellas se explica qué hay que pensar y qué intervenciones hay que hacer para escuchar activamente.
Paciente negacionista
Uno de ellos puede ser cuando una persona niega su problema de salud. En este caso se propone hacerle preguntas abiertas y neutras del tipo ¿cómo lleva su situación? ¿Cómo se siente? y escucharle sin decirle qué debe hacer.
Paciente deprimido
Si el paciente se muestra desanimando, triste o deprimido, los autores proponen escucharle en silencio y con empatía, dejar que llore y se exprese, mostrar actitud de acompañamiento sin prisas, y no decirle anímate, o es para tanto, tranquilo o tenga una actitud más positiva.
Paciente incumplidor de la terapia
Ante una persona que sigue el tratamiento, lo indicado es no regañar, no sermonear, pero sí pedirle opinión sobre el tratamiento, preguntarle cómo le afecta el problema de salud en su vida cotidiana y si tiene otras preocupaciones. La clave está en escucharle sin juzgarlo ni opinar.
Paciente con ansiedad o miedo
En el caso de un paciente que tiene ansiedad o miedo se recomiendan hacer preguntas abiertas y neutras como ¿qué es lo que más le preocupa de todo esto? o ¿Cuándo está más preocupado?. Es bueno ofrecerle la oportunidad de obtener más información, no dar falsas esperanzas, no intentar cambiar sus emociones.
Paciente que se queja
Si se el enfermero está con alguien que se queja, lo mejor es escuchar la queja con tranquilidad, con actitud comprensiva y empática, según la guía, y darle las gracias por lo que está contando. Si se puede hacer algo para ayudarle, hacerlo, y si no derivarlo o animarle a buscar sus ideas y sus estrategias.
Paciente enfadado
Si hubiera que atender a una persona que está enfadada hay que escuchar con tranquilidad, asentir, no ponerse a la defensiva, no discutir, y decirle que tiene derecho a sentir rabia.
Finalmente, la guía aporta tres intervenciones en caso de que se acabe el tiempo de visita, expone que hay que decirle suavemente: Le agradezco que haya compartido conmigo su situación; siento no tener más tiempo, pero espero que en otro momento me pueda explicar más cosas", y podemos seguir hablando otro día.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3skxdbV
No hay comentarios:
Publicar un comentario