No es ningún secreto que en Occidente las sociedades son más longevas y la pirámide poblacional hace tiempo que ha dejando de ser pirámide, con menos nacimientos y un considerable aumento de la edad media. Esta realidad obliga a adaptar la atención sanitaria a un nuevo tipo de paciente. Pero para conocer hasta qué punto y en qué aspectos es necesaria esa adaptación se necesitan estudios como el que se acaba de publicar en el último número de Gaceta Sanitaria, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), el correspondiente a los meses de enero y febrero de 2021.
Salud, sexo y comportamiento sexual: la esperanza de vida sexual activa es el título del estudio que ha tratado de medir la esperanza de vida sexual activa (EVSA) para estimar la edad promedio a la que finaliza la actividad sexual en la población española, prestando especial atención a la población mayor. El trabajo, firmado por Aina Faus-Bertomeu, del departamento de Sociología y Antropología Social, del Departamento de Sociología de la Universidad de Valencia, utiliza como fuente de análisis los datos de la Human Mortality Database y de la Encuesta Nacional de Salud Sexual para 2009, de donde se calcula la EVSA, mediante el método de Sullivan, clasificando a la población según si ha practicado o no sexo coital en el último año.
Las primeras conclusiones de este estudio pronostican la continuidad de la actividad coital en edades avanzadas. Para 55-59 años la EVSA es de 13,3 años en los hombres y 8 años en las mujeres, así como su asociación con la salud y la salud sexual, con divergencias en función del sexo y de la edad. Los hombres presentan una trayectoria sexual activa más extensa que las mujeres, pero también más influenciada por la buena salud (agrega 2,6 y 1 años, respectivamente hombres y mujeres) y la buena salud sexual (añade 5,2 y 4,3 años, respectivamente). La EVSA también varía al considerar una mala salud (resta 2,7 años y suma 2 años) y una mala salud sexual (resta 2,9 y 1,3 años).
De este modo, el estudio concluye que es necesario la extensión de los programas de salud sexual a edades longevas al confirmar la continuidad de las prácticas sexuales a estas edades.
Las tablas de vida calculadas para la EVSA evidencian lo que apunta ya el sentido común y es que la actividad sexual disminuye progresivamente en paralelo al incremento de la edad, tal como ocurre con la esperanza de vida, aunque los valores de esta son más elevados, especialmente en las mujeres.
"En las mujeres, el decrecimiento de la EVSA es más pausado que en los hombres"
Sugieren también que los varones disponen de un mayornúmero de años sexualmente activos en todas las edades, puesto que presentan una mayor EVSA. La distancia entre la esperanza de vida y la EVSA a los 30-34 años es de 19,1 años en los hombres y de 27,9 años en las mujeres. Estas diferencias se reducen al ritmo que avanza el ciclo vital: 12,9 años y 21,1 años para las edades entre 55 y 59 ,y 7,4 y 9,8 años para los que tienen entre 75 y 79 años, respectivamente.
La EVSA de los hombres disminuye alrededor de 1 año de grupo en grupo de edad hasta los 75-79 años, cuando desciende 7,1 años. En las mujeres, el decrecimiento de la EVSA es más pausado: desciende un año hasta los 55-59, dos, hasta los 65-69 y 3 años a partir de los 70-74.
De acuerdo con el informe este sería el primer estudio que aborda la esperanza de vida sexual activa en la población española y sus resultados confirman la presencia de actividad sexual a edades longevas, además de la asociación de la salud y de la salud sexual en el comportamiento sexual a estas edades.
Los datos señalan que los hombres viven una proporción significativamente mayor de su vida sexualmente activa y que tanto la salud como la salud sexual interfieren en su comportamiento sexual en mayor medida que en las mujeres. Con buena salud incorporan más años sexualmente activos y con mala salud restan más años de actividad coital que las mujeres.
"Mientras la esperanza de vida es mayor en las mujeres, la EVSA es mayor en los hombres"
La mayor esperanza de vida se traduce también en un aumentode la EVSA, a pesar de su disminución según avanza el ciclo vital y de las diferencias entre sexos. No obstante, la tendencia que presentan la esperanza de vida y la EVSA se invierte en función del sexo: mientras la esperanza de vida es mayor en las mujeres, la EVSA es mayor en los hombres.
De este modo, nos encontramos ante la paradoja de que la longevidad diferencial por sexo se invierte al abordar el comportamiento sexual, lo que se traduce en una trayectoria sexual más prolongada en los hombres y un periodo más extenso de vida en abstinencia sexual en las mujeres.
Conclusiones prácticas
Según apunta la autora, la dificultad que entraña cualquier estudio sobre el comportamiento sexual es la propia definición de sexualidad, es decir, cómo definir qué prácticas sexuales deben considerarse, puesto que tradicionalmente estas se reducen a la genitalidad y el coito. Con el objeto de superar dicha limitación, y como líneas de investigación futuras, sería necesario estimar la EVSA desde una visión más holística de la sexualidad, esto es, incluyendo besos, caricias y masturbación mutua, que son prácticas de mayor frecuencia y que se correlacionan con una mayor satisfacción sexual en las edades longevas.
Asimismo, puesto que en las mujeres mayores el mantenimiento de la actividad sexual se vincula a la disposición de una pareja, elemento no considerado aquí, lo propio sería observar también la variación en la EVSA que introduce esta variable. A pesar de ello, los datos revelan el mantenimiento de la actividad sexual hasta edades avanzadas y la consecuente obligatoria intervención en la salud sexual de las personas mayores paragarantizar su bienestar sexual.
"La EVSA se define como un nuevo indicador con aplicación clínica y de salud pública"
La gran influencia de la mala salud sobre la actividad sexual, en especial en los hombres, manifiesta la necesaria actuación en el campo de la salud y de la educación sexual, puesto que las expectativas sobre la duración de la vida sexual activa pueden influir en los comportamientos saludables de los individuos.
Las estimaciones de la actividad sexual en las personas mayores son una fuente de información para el diseño de políticas relativas a la expresión y a los derechos sexuales de este grupo de población, puesto que las expectativas sobre la duración de la vida sexual activa condicionan los comportamientos saludables de los individuos, pues la EVSA se define como un nuevo indicador con aplicación clínica y de salud pública.
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