"Mucha gente sigue teniendo muchísimo miedo a tener vida social y a salir de casa, sobre todo los mayores, y eso no está haciendo que las cosas vayan bien para su dolor", explica a Diario Médico Víctor Mayoral, presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), además de jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Bellvitge, en Barcelona.
Según un sondeo que presentó recientemente la sociedad, con 277 participantes, la percepción de un 57,4% es que su dolor era peor que antes del estado de alarma (un 17,1% decía que mucho peor). Aunque un 82,2% tomaba medicación para el dolor crónico. Un 49% afirmaba que tomaba la misma medicación y un 36% decía que debía tomar más dosis.
Un 54% mantenía una rutina en sus actividades, aunque un 63,3% tenía un patrón de sueño peor. Además, un 51,2% reconocía que había muy poco o nada de ejercicio, mientras que un 24,4% afirmaba que hacía todos los ejercicios propuestos por el médico o bien, en el mismo porcentaje, algunos. Un 43% se sentía bastante o muy perturbado emocionalmente durante el confinamiento.
"Hemos perdido de manera total o parcial, unos cuatro meses sobre todo en lo que respecta a las técnicas intervencionistas"
"Lo vemos continuamente, sobre todo en pacientes mayores con dolor musco-esquelético, que necesita movimiento, no le va bien el reposo. Estos han empeorado clarísimamente".
Aún así, Mayoral apunta que "muy al principio de la pandemia, la sociedad publicó unas recomendaciones graduales en función de cómo estuviesen los diferentes escenarios, y en eso nos adelantamos a muchos". En dichas recomendaciones ya se hablaba de pasar lo que se pudiera a teleconsulta.
Al final los hospitales se colapsaron y "hemos perdido de manera total o parcial, unos cuatro meses sobre todo en lo que respecta a las técnicas intervencionistas. Los quirófanos eran unidades de intensivos o reanimación y punto", rememora, si bien en los últimos meses hay hospitales que han hecho un esfuerzo en recuperar dicha actividad en función de la situación del paciente.
En cuanto a los casos que sí han pasado la covid-19 (sólo un 4,1% de los encuestados tenía diagnóstico confirmado), "todos tenemos algún paciente en el que hemos encontrado síntomas de mucha fatiga, cuadros de pérdida muscular como el síndrome post-UCI, pacientes cuyo síntoma principal es el agotamiento extremo, junto a una una polineuropatía. Pero no es una cosa frecuente, al menos en las unidades del dolor de Cataluña".
La importancia del enfoque multidisciplinar
Mayoral recuerda que alrededor 20% de la población española sufre dolor crónico, pero hay un 6-8% de pacientes complejos y requieren un abordaje multidisciplinar, no sólo farmacológico. El desarrollo de esas unidades multidisciplinares es uno de los caballos de batalla de la sociedad, a nivel español y europeo.
El presidente de la SED apunta que hace 10 años se firmó con el Ministerio de Sanidad de estándares y recomendaciones de las unidades del dolor. "Lo que se pide es que esta prestación sea factible en todos los centros de una cierta entidad en España. Igual que tenemos una consulta de Cirugía General o de Interna, ¿por qué no damos respuesta a estos pacientes? Con sus agendas diarias, con las mínimas listas de espera..."
Este tipo de unidades suele dependen del servicio de Anestesiología. En los hospitales de nivel 3 debería ser multidisciplinar, incluyendo expertos en psicología: "Cualquiera que se dedique al dolor sabe que o tratas bien el componente emocional o psicológico o no va a funcionar el abordaje terapéutico".
- "No es concebible que el farmacéutico no participe en la atención y seguimiento del paciente con dolor"
- El cannabidiol se abre paso en la terapia no farmacológica del dolor
- Cómo detectar y frenar un posible abuso de opioides para el control del dolor
- La mitad de los españoles con dolor muscular toma analgésicos frente a otras posibles soluciones
Esa dependencia de Anestesia, a pesar de ser el dolor un tema tan transversal ("Sabemos que el 50% de las consultas el síntoma guía por el que acude el paciente es el dolor") tiene su cara buena pero también mala, reconoce. "Es bueno porque hay un peso detrás de un servicio importante hospitalario. Cuando se dan unos factores adecuados, un compromiso de las gerencias y del servicio, esa va a estar bien cuidada. En momentos de crisis, si los criterios de ese hospital son de que el anestesiólogo dedicado al dolor tiene que pasar a otras áreas asistenciales por prioridades, pues deja al descubierto la asistencia al dolor".
En momentos de apuros (mismamente, por la falta de médicos), "las soluciones pasan por cuidar a la gente que tiene esta especial dedicación, la estructura, el savoir-faire de estas unidades, protegerlas... Creo que la mayoría de los servicios de Anestesiología, Rehabilitación, Reumatología, los que más tienen que ver con el dolor, lo saben y lo intentan hacer... yo les pediría un esfuerzo más".
En cuanto a formación, Mayoral apunta que la UEMS recomienda que dolor sea una superespecialidad, o sea, "que puedas acceder desde diferentes especialidades madre con una formación posterior y reconocida, que es lo que siempre hemos defendido. Por favor, no hay que ir en contra de Europa".
En ese sentido, Mayoral recuerda que, en el último borrador que había trascendido del decreto de nuevas especialidades y áreas de capacitación específica (ACE), "las ACE eran una formación a la que se accede antes de terminar la residencia; nosotros somos partidarios de que se termine esa formación...es mejor tener a gente superespecializada que gente subespecializada. Primero piloto de avión y luego piloto de caza".
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2LCqvwO
No hay comentarios:
Publicar un comentario