La fiebre amarilla es una fiebre hemorrágica viral aguda, actualmente sin cura, transmitida por un mosquito que causa 30.000 muertes al año. Nueve de cada diez fallecimientos ocurren en África subsahariana –es endémica en 34 países africanos-, aunque la prevalencia de la enfermedad está aumentando en Centroamérica y Sudamérica.
El brote de fiebre amarilla en 2016 en Angola y la República Democrática del Congo puso de manfiesto los problemas en el suministro de vacunas, ya que la vacunación de rutina se tuvo que suspender en algunos países africanos para garantizar que hubiera suficientes vacunas contra la fiebre amarilla para combatir los dos brotes citados.
Menos fracción en tiempos de escasez
Ahora, un nuevo ensayo clínico dirigido por Epicentre, el Centro de Investigación Epidemiológica de Médicos Sin Fronteras (MSF), publicado en The Lancet, concluye que proporcionar una fracción de la vacuna contra la fiebre amarilla resulta eficaz y podría ayudar a inmunizar a millones de personas más durante los brotes.
Los resultados de estos estudios, que detectaron que administrar a una persona una quinta parte de la dosis estándar de la vacuna contra la fiebre amarilla es eficaz y seguro, facilitarán que gobiernos y organizaciones internacionales eviten nuevas infecciones durante los brotes en tiempos de escasez de vacunas. “Cuando se desatan las grandes epidemias de fiebre amarilla, los países y MSF deben acceder a las vacunas con urgencia”, explica Myriam Henkens, coordinadora médica internacional de MSF, quien señala que con este estudio, los proveedores de tratamiento pueden estar seguros de que administrar a las personas dosis más pequeñas de cualquiera de las vacunas contra la fiebre amarilla precalificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) brindará protección.
El Epicentre, llevado a cabo en colaboración con el Instituto de Investigación Médica de Kenia, el Instituto Pasteur de Dakar y la OMS, se realizó mediante un ensayo aleatorio y doble ciego en Mbarara (Uganda) y Kilifi (Kenia) entre el 6 de noviembre de 2017 y el 21 de febrero de 2018. En el mismo participaron 960 adultos de entre 18 y 59 años. Durante este período, los investigadores administraron a algunas personas una quinta parte de la vacuna contra la fiebre amarilla y a otras una dosis estándar.
El estudio halló que quienes recibieron una quinta parte de la dosis tenían una respuesta inmunológica no inferior a la proporcionada por una dosis estándar. Este es un paso importante hacia un futuro protocolo actualizado sobre dosis fraccionadas. Gracias a estos resultados, la política actual de la OMS sobre dosis fraccionadas de vacunas contra la fiebre amarilla en momentos de escasez durante brotes se puede ampliar a todas las vacunas precalificadas.
Evaluación global de la inmunización disponible
Se trata de la primera vez que las cuatro vacunas contra la fiebre amarilla precalificadas por la OMS se evalúan en el mismo estudio. El ensayo empleó las únicas cuatro vacunas aprobadas por la OMS, que se derivan de múltiples cepas del virus: 17DD (de Bio-Manguinhos / Fiocruz, en Brasil), 17D-213 (Empresa Unitaria Estatal Federal del Instituyo Chumakov del Instituto de Poliomielitis y Encefalitis Virales, en Rusia) 17D-204 (del Instituto Pasteur de Dakar, Senegal) y 17D-204 (de Sanofi Pasteur, en Francia).
"Esta investigación es importante porque muestra que es posible realizar ensayos que involucren a diferentes fabricantes evaluando sus productos de forma independiente", expone Rebecca Grais, directora de investigación de Epicentre. "El estudio prueba que investigadores médicos de todo el mundo pueden unirse para realizar un ensayo independiente y objetivo que dé como resultado productos y recomendaciones que realmente cubran las necesidades de las personas y garanticen medicamentos y vacunas eficaces y seguros".
Otra buena noticia con respecto a las vacunas es la que acaban de anunciar las cuatro principales organizaciones internacionales de salud y humanitaria –El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional y Médicos Sin Fronteras (MSF) sobre el establecimiento de una reserva mundial de vacunas contra el Ébola para garantizar la respuesta a los brotes en poblaciones de riesgo.
El esfuerzo para establecer el arsenal ha sido coordinado por el Grupo Internacional de Coordinación (ICG) sobre el suministro de vacunas, que incluye a la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) y Médicos Sin Fronteras (MSF), con el apoyo financiero de Gavi, la Alianza de Vacunas.
La vacuna inyectable para Ébola en una sola dosis (rVSV∆G-ZEBOV-GP, en directo) es fabricada por Merck, Sharp & Dohme (MSD) y desarrollada con el apoyo financiero del gobierno de los Estados Unidos. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) autorizó la vacuna contra el ébola en noviembre de 2019, y la vacuna está ahora precalificada por la OMS y autorizada por la FDA estadounidense, así como en ocho países africanos.
Antes de lograr la licencia, la vacuna se administró a más de 350.000 personas en Guinea y en los brotes de ébola 2018-2020 en la República Democrática del Congo bajo un protocolo para el "uso compasivo". La vacuna, recomendada por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos (SAGE) sobre inmunización para su uso en brotes de Ébola como parte de un conjunto más amplio de herramientas de respuesta al brote esta enfermedad, protege contra las especies de ebolavirus del Zaire, que se sabe con mayor frecuencia que causan brotes.
Reservada para brotes epidémicos
"La pandemia covid-19 nos recuerda el increíble poder de las vacunas para salvar vidas de virus mortales", ha manifestado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. "Las vacunas contra el Ébola han hecho prevenible una de las enfermedades más temidas del planeta. Este nuevo arsenal es un excelente ejemplo de solidaridad, ciencia y cooperación entre las organizaciones internacionales y el sector privado para salvar vidas".
Dado que los brotes de Ébola son relativamente raros e impredecibles, no existe un mercado natural para la vacuna. Las vacunas sólo se aseguran mediante el establecimiento de la reserva y están disponibles en cantidades limitadas. La vacuna está reservada a la respuesta a los brotes epidémicos para proteger a las personas con mayor riesgo de contraer el Ébola, incluidos los trabajadores sanitarios y de primera línea.
Ya se dispone de 6.890 dosis iniciales para la respuesta al brote con cantidades adicionales que se entregarán en la reserva este mes y a lo largo de 2021 y más allá. Dependiendo de la tasa de despliegue de la vacuna, podría tardar de 2 a 3 años en alcanzar el nivel recomendado por la SAGE de 500.000 dosis para la reserva de emergencia de vacunas contra el Ébola. La OMS, UNICEF, Gavi y los fabricantes de vacunas están evaluando continuamente las opciones para aumentar la oferta de vacunas en caso de que aumente la demanda mundial.
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