Waldo Belloso, farmacólogo e infectólogo del Hospital Italiano de Buenos Aires, es quien coordinará el estudio de RUTI, la primera vacuna española que llega a la clínica para sumarse a la lucha contra la pandemia de covid-19; en su caso, para potenciar el efecto de las vacunas especificas contra el SARS-CoV-2.
¿Qué situación epidemiológica y sanitaria (asistencial) hay en este momento en Argentina? ¿Tienen ya acceso generalizado a alguna de las vacunas para el SARS-CoV-2 (Pfizer-BioNTech, Moderna,…)?
En Argentina nunca llegamos a frenar la circulación del virus como sucedió después de la primera ola en muchos lugares de Europa. Pero el número de casos venía en franco descenso hacia la primera quincena de diciembre y desde allí se vio un clarísimo aumento, fundamentalmente a expensas de la ciudad de Buenos Aires y luego de localidades de la Provincia de Buenos Aires, que siempre han tenido un comportamiento epidemiológico un poco más precoz que el resto del país. Actualmente estamos claramente en una situación de ascenso de casos, con entre 8 y 10 mil nuevos casos diarios. Afortunadamente, el sistema de salud está más fortalecido que al principio de la pandemia, y no hemos asistido a la saturación de los sistemas de salud, al menos por el momento.
En Argentina se ha negociado con varios productores de vacunas. Sin embargo por el momento la única vacuna disponible es la Sputnik V rusa. Al país han llegado 300 mil dosis de los dos componentes de la vacuna Sputnik. Se ha anunciado un escalamiento de las dosis disponibles a partir de febrero pero no se tienen por el momento mayores precisiones sobre plazos. También Argentina será productor de la vacuna de AstraZeneca, supuestamente a partir de marzo. El Ministerio de Salud ha elaborado un Plan Nacional de Vacunación multietápico con prioridad en trabajadores de salud y luego mayores de 60 años con comorbilidades, personal esencial no ligado a la salud, docentes, etc. Por el momento en Argentina se han vacunado cerca de 200 mil personas.
¿Por qué motivo o motivos se decidió a probar, en ensayo clínico, la RUTI como complementaria a las vacunas específicas para covid-19?
Inicialmente planificamos el ensayo de la vacuna RUTI como un puente hasta la llegada de las vacunas específicas, como eventual protección de la infección por SARS-CoV-2 o de sus manifestaciones más graves. Pero al ver que la disponibilidad inicial de vacunas específicas se aceleraba, y que la primera línea de prioridad de vacunación se superponía con la población objetivo del estudio, decidimos complementar la estrategia con el análisis de la respuesta post vaccinal para aquellos participantes del estudio que recibieran la vacuna específica. El sustento es que ambas vacunas (RUTI y específicas) apuntan a diferentes mecanismos inmunitarios, y existe la posibilidad que la vacunación previa con RUTI pudiera potenciar la respuesta inmune humoral y celular a la vacuna específica. Esto haría al estudio más atractivo. Esperamos que las autoridades institucionales y regulatorias compartan esta visión y otorguen la autorización para la enmienda del protocolo lo antes posible.
¿Qué dimensiones y características tiene el proyecto (perfil de pacientes, tamaño de la muestra, número de centros implicados, seguimiento, calendario …)?
El estudio RUTICOVID19-ARG es un estudio exploratorio que pretende evaluar esta vacuna en 315 voluntarios. Actualmente llevamos 60 participantes incluidos. Con la enmienda antes mencionada las poblaciones objetivo del estudio son dos: a) trabajadores asociados al sistema de salud de al menos 18 años de edad con atención de pacientes con covid 19 que no hayan tenido la infección y que por cualquier razón no hayan recibido la vacuna específica ni lo vayan a hacer por los siguientes 3 meses; y b), personas de la comunidad general con riesgo de contraer covid-19 o bien de presentar enfermedad severa en caso de contraerla, de entre 18 y 59 años de edad. Actualmente el estudio está activo en 6 hospitales de la Argentina pero tenemos la expectativa que nuevos centros se sumen a la iniciativa a la brevedad.
¿Qué ventaja tiene el doble ciego, incluido en la aprobación oficial de este estudio clínico?
Cualquier ensayo clínico en el que se analizan efectos clínicos beneficiosos y efectos adversos se facilita con el uso del doble ciego porque de esa forma se puede reducir al mínimo la influencia de las expectativas personales de cada participante en los resultados finales. En el caso de las vacunas las expectativas y preconceptos están a la orden del día, de modo que no veo otra alternativa que realizar los ensayos clínicos de esta manera. Es una de las mejores formas de 'proteger' los datos.
¿Qué otros estudios ha podido realizar, y publicar, sobre covid-19?
Nosotros hemos investigado en el uso de plasma de convalecientes y fuimos los primeros en publicar un ensayo clínico doble ciego al respecto en el New England Journal of Medicine. También hemos investigado en otra forma de inmunoterapia pasiva, el suero equino hiperinmune, que es un desarrollo de un laboratorio argentino, y el estudio se completó y ya se envió el manuscrito para publicación. Y como estudios de prevención, además de RUTICOVID19-ARG, estamos conduciendo un estudio de profilaxis preexposición con medicamentos antirretrovirales, similar a un estudio que se llevó a cabo en España.
Desde su punto de vista, ¿cómo evolucionará esta pandemia?
La verdad es que esta pandemia si algo nos ha enseñado es a reconocer la falibilidad de nuestras predicciones. De modo que yo no creo que el futuro ya se encuentre escrito o definido. Claramente la situación es muy preocupante, y la vacunación presenta aún muchos interrogantes y, aún en el mejor de los escenarios, su utilidad como herramienta tangible de control epidemiológico no se vislumbra en el futuro cercano. Por ello, todo dependerá de cuanto se cumplan las medidas reconocidas como eficaces para el control de la difusión de la pandemia, y cuán creativas sean las autoridades para comprender cuáles son las medidas de control con mayor posibilidad de ser aceptadas y cumplidas por la población; y dónde están los límites de su tolerancia.
Una vacuna que suma 20 años de desarrollo
La vacuna RUTI, desarrollada desde 2001 para la tuberculosis, en su inicio por el equipo de Pere Joan Cardona, del Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona, y posteriormente por Archivel Farma, cuenta con una inversión acumulada de más de 25 millones de euros.
El laboratorio al que pertenece no logró la autorización para realizar su ensayo clínico en covid-19 en España pero sí en Argentina, y ahora produce en su planta de Badalona, en Barcelona, los lotes de vacuna necesarios para el estudio que lidera Belloso.
Archivel Farma estaría preparado para suministrar el principio activo de la vacuna para una demanda masiva en caso de que los resultados del ensayo fueran positivos, según ha explicado Luis Ruiz, CEO de Immuni Therapeutics, empresa creada por el laboratorio, del que es CEO Olga Rué, para desarrollar la vacuna RUTI como agente contra la covid-19.
Concepto de respuesta inmune entrenada
¿En qué se basan al proponerla contra el SARS-CoV-2? En el concepto de respuesta inmune entrenada, que es la primera línea de respuesta del sistema immune a patógenos desconocidos, es inespecífica y no genera anticuerpos.
La RUTI, siguiendo la estela de la BCG de Pfizer, que es la más conocida y la única aprobada hasta ahora para tuberculosis, es en estos momentos candidata a complementar con su acción el efecto de vacunas específicas contra el SARS-CoV-2 dirigidas a la generación de anticuerpos, como son la de Oxford, desarrollada por AstraZeneca, y la de Moderna.
Hay varios ensayos clínicos en curso intentando averiguar si la BCG permite disminuir el impacto de la covid-19 en individuos con elevado riesgo de infección. Y de ahí, explica Ruiz, salió la idea de, con los datos preclínicos y clínicos ya disponibles, llevar también la RUTI a la lucha contra la pandemia. Fue concebida como vacuna contra la tuberculosis, al igual que la BCG, pero, al parecer, tiene mejor perfil de eficacia y seguridad y genera también una estimulación de la respuesta inmune entrenada. Se probó en África, en tuberculosis latente, y “fue bien: generaba inmunidad específica y era segura”.
Luego, relata Ruiz, hubo un parón en su desarrollo, a causa de la crisis del 2008 y un cambio de accionistas en Archivel Farma, y se reactivó en 2016, pero como agente terapéutico en tuberculosis resistente.
RUTI está también ahora en fase clínica avanzada en Ucrania y a punto de iniciar estudios clínicos en la India para el tratamiento de la tuberculosis y la tuberculosis resistente a antibióticos. También se está probando como potenciador de la respuesta anticancerosa en pacientes de cáncer de vejiga.
Cepa de tuberculosis
La RUTI, explica Ruiz, se genera a través de una cepa de la tuberculosis humana en condiciones de estrés (como en el pulmón). “Se cultiva, se cosecha, se fragmenta, se filtra y se liofiliza en la fábrica de Badalona, que ya está preparada para crecer. Es un proceso de produccion ya listo para las fases 3 y comercial”.
En Argentina, la Administración sanitaria fue muy rápida en dar la aprobación a un estudio contra placebo que actualmente está siendo readaptado para evaluar su mecanismo de acción complementario al de las vacunas específicas contra el SARS-CoV-2 disponibles. “El contexto ha cambiado respecto a cuando planteamos el proyecto”, recuerda Ruiz.
El laboratorio anunciará en breve que, a través de Capital Cell, ha logrado 1.611.060 euros para financiar el ensayo argentino y otro en población con el sistema inmune alterado.
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