Un innovador proyecto, desarrollado conjuntamente por investigadores de los Servicios de Microbiología y Enfermedades Infecciosas y de Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT) del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, busca demostrar si un nuevo antibiótico, dabalvancina, es más eficaz en cemento óseo que los que hasta ahora se utilizan en el tratamiento de las infecciones osteoarticulares.
Estas infecciones, que con frecuencia suelen ser secundarias a fracturas abiertas o a la implantación de prótesis articulares, suponen un importante reto socio-sanitario debido a su complejidad terapéutica, ya que suelen precisar de múltiples cirugías traumatológicas o coberturas cutáneas, entre otros abordajes.
Además, estos aspectos clínicos, se acompañan de un gasto médico que se multiplica hasta seis veces más del coste habitual para este tipo de intervenciones”, señala Pablo Sanz-Ruíz, del Servicio de COT y uno de los firmantes del proyecto denominado “Dabalvancina como tratamiento local para las complicaciones infecciosas tras fracturas ¿fake o esperanza?”.
Elevar la vida de liberación
La utilización del cemento óseo (PMMA), amalgama que sirve para fijar las prótesis al hueso y que se carga con un antibiótico que se va liberando en el lugar de la fractura, es una de las estrategias que se llevan a cabo en el citado centro para prevenir estas infecciones por su perfil de seguridad y por la amplia experiencia, más de 20 años, en su uso. Pero, los antibióticos que se emplean tradicionalmente presentan características poco favorables para su uso local en el PMMA como es una baja liberación o una vida media corta con altas concentraciones sólo en dos o tres días.
De esta forma, y según explica a DM María Guembe, del Servicio de Microbiología e investigadora principal del proyecto, la idea consiste en, de forma experimental, estudiar 'in vitro' la capacidad que tiene la dabalvancina para erradicar los patógenos que colonizan la prótesis.
“Lo primero es demostrar su capacidad de elución en el cemento porque, aunque entendemos que sí, nadie lo ha probado hasta el momento. Por ello, hay que comprobar que se va liberando y que conforme pasa el tiempo sigue estando presente en una concentración suficiente para tener eficacia”.
La comprobación se llevará a cabo ‘in vitro’ mediante cromatografía líquida (HPLC) para posteriormente crear microcementos impregnados con la dabalvancina y testarlos, también ‘in vitro’, frente a bacterias y la comprobar la efectividad del biofilm, la biopelícula, que forma.
Muy activo durante siete días
Tradicionalmente se emplean otros antibióticos, frente a Grampositivos normalmente, pero dabalvancina tiene la característica de, además de ser muy activo frente a bacterias Grampositivas, ofrecer una vida media muy larga.
“Su mecanismo de acción es de larga duración: cuando se administra a un paciente, en vez de hacerlo cada 8 horas o cada 24 horas, su proceso de reabsorción mantiene dosis muy elevadas de hasta 7 días. Permanece durante mucho tiempo activo en el organismo, lo que supondría un gran beneficio para los pacientes al aumentar la tasa de curación de la infección protésica, disminuyendo los efectos secundarios”, señala la investigadora.
Estas ventajas son muy relevantes en la práctica clínica diaria, aunque la profesional insiste en que es necesario recabar toda la información con respecto a las prótesis: si su capacidad de elución va a ser más durarera con respecto a la vancomicina, antibiótico que se emplea normalmente y frente al cual compararán la actividad de la dabalvancina.
Guembe señala que, en el caso de que la capacidad de eludir se demuestre en el cemento –que sea capaz de liberarse y mantener una concentración adecuada-, las ventajas para distintas patologías traumatológicas serían muy importantes.
Por ejemplo, cuando existe una fractura abierta y es necesario poner este tipo de cementos –para los que se suele emplear vancomicina y rifampicina-, "estaríamos ante una nueva alternativa. Al compararlo con vancomicina, veremos si tiene igual o mayor eficacia. En caso afirmativo evitará que haya infección de una manera más eficaz y potente que la de los otros antibióticos empleados. Sabiendo que funciona se podría emplear, de inicio, para una infección inicial o para prevenir, por ejemplo”.
Posible cambio en guías terapéuticas
A su juicio, lo relevante es que si los ensayos son completamente positivos, “podría suponer un cambio en las guías terapéuticas de traumatología, sobre todo, si se demuestra que es más eficaz que lo que disponemos en estos momentos, ya que el objetivo final es intentar conseguir una disminución de la infección y un aumento de la calidad de vida de los pacientes”.
En el desarrollo del proyecto, que será financiado por la Fundación Mutua Madrileña, también participan Mar Sánchez-Somolinos, Marta Díaz, Pablo Sanz-Ruíz, Patricia Muñoz, José Mata, Antonio Benjumea y Javier Vaquero. Esta ayuda ha sido concedida en el marco de la XVIII Convocatoria Anual a la Investigación en Salud que concede la Fundación dirigida a la mejora de los tratamientos médicos que se desarrollan en diferentes centros de toda España
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