Cuando un tumor maligno aparece como consecuencia del virus del papiloma humano (VPH), sus efectos suelen ser sangrado vaginal o dolor perineal.
La localización intrapélvica del cuello del útero y su relación estrecha con otras estructuras anatómicas próximas, como vejiga o tracto digestivo, hace que la intervención de las masas tumorales de cérvix uterino pueda ser muy compleja. En la década de los 2000, las autoridades sanitarias internacionales emitieron una alerta aconsejando que en casos de cáncer de cérvix localmente avanzado se recomendase el tratamiento con quimio-radioterapia, pero en pacientes con tumores más avanzados tiene un impacto discreto en el control de la enfermedad.
A la luz de resultados obtenidos en los estudios con la inmunoterapia en la enfermedad avanzada, el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Ovario (Geico) ha puesto en marcha un estudio multicéntrico cuyo objetivo es valorar si añadir inmunoterapia con dostarlimab -fármaco que se usa para el tratamiento de tumores sólidos en estadio avanzado o que reaparecen- tras quimio-radioterapia de intención radical, aumenta la supervivencia en el cáncer de cérvix localmente avanzado de alto riesgo.
El ensayo, denominado Atomicc, está liderado por Ana Oaknin, investigadora principal del estudio en Geico, y cuenta con la participación del Instituto de Investigación Incliva-Hospital Clínico de Valencia a través de José Alejandro Pérez Fidalgo, investigador del área de Oncología de Incliva, coordinador científico del grupo Geico y miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red en Cáncer (CIberonc), del Instituto de Salud Carlos III.
Respecto al punto de partida del estudio, apunta Oaknin, “la inmunoterapia es un tipo de fármacos que tiene por objeto el entorpecer los mecanismos que pone el tumor para evitar la acción de nuestras defensas. Nuestro sistema inmune se desencadena ante la identificación de una proteína anómala que no debería de estar en nuestras células. Por ejemplo, las proteínas de bacterias o virus son altamente inmunógenas. Dado que el cáncer de cérvix es ocasionado por un virus, existen proteínas de origen viral, lo que hace a este tumor altamente inmunogénico. ¿Por qué crece pues el tumor cuando su capacidad de estimular a nuestras defensas es tan alta? Pues porque ha desarrollado una vía llamada eje PD1-PDL1 capaz de inactivar la acción de los linfocitos más agresivos, los citotóxicos”.
Pero eso lo hace muy dependiente de ese eje y, de hecho, “es tan importante para el tumor que se ha convertido en su talón de Aquiles”, resalta Oaknin. Si se realiza una inhibición de esa vía PD1-PDL1 el sistema inmune será muy eficaz.
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