La miastenia gravis (MG) es una enfermedad neuromuscular, rara, crónica y autoinmune que se produce cuando se interrumpe la comunicación en la unión neuromuscular entre los nervios y los músculos, provocando debilidad1-4.
En España, se estima que unas 15.000 personas sufren MG, con prevalencias que oscilan entre 150-200 casos por 1 millón de personas5,6. Comúnmente, afecta a mujeres en edad fértil, entre 20 y 40 años y a hombres de mayor edad, en torno a 50-70 años7.
De los pacientes diagnosticados con MG, aproximadamente el 80% presentan miastenia gravis generalizada (MGg)8-13, viéndose afectados los músculos oculares, del cuello y/o las extremidades, así como la musculatura facial y bulbar4.
El impacto de la miastenia en la vida de los pacientes
La MG puede resultar altamente incapacitante para los pacientes debido a sus múltiples manifestaciones. La afectación de extremidades (superiores e inferiores) puede ir desde una debilidad que no le permita abrir una lata hasta la imposibilidad de andar.
A nivel ocular, es característica la ptosis y la diplopía que produce una visión doble de forma constante lo que imposibilita actividades básicas como levantarse de una silla. Otro síntoma muy habitual es la disfagia, estos pacientes pueden experimentar síntomas de mayor gravedad como la disnea, precisando intubación e ingreso en la UCI. Toda esta sintomatología es fluctuante, empeorando en mayor medida a lo largo del día, lo que implica que las personas con miastenia vivan en un estado constante de adaptación14.
El impacto de los síntomas persistentes permanece al frente de la vida de los pacientes. Esto explica que 1 de cada 2 pacientes con MGg afirme experimentar ansiedad15. Raquel Pardo, presidenta de la Asociación Miastenia de España (AMES), explica que “una persona afectada de miastenia necesita conocer muy bien su enfermedad para poder abordarla lo mejor posible, tanto a nivel físico como psicológico. Es fundamental compartir experiencias con otros pacientes y trabajar juntos para reconocer la sintomatología y adaptar su día a día con el fin de conseguir la mejor calidad de vida posible. Desde AMES, ofrecemos apoyo y asesoramiento a las personas afectadas tanto de miastenia autoinmune como congénita, y a sus familiares. También abogamos por reducir el tiempo de espera hasta conseguir un diagnóstico certero para empezar a abordarla lo antes posible y reducir el sufrimiento y los síntomas asociados a esta enfermedad tan incapacitante”.
La activación del complemento, causa subyacente de los síntomas en pacientes con MGg
Tras todos estos síntomas incapacitantes, subyace la activación del sistema del complemento, parte vital del sistema inmune, con un papel crítico en pacientes con MGg positiva para anti-AChR16-18.
Normalmente, la contracción muscular se produce por la liberación de acetilcolina en las sinapsis neuromusculares1, pero en el 85% de las personas con MGg, los autoanticuerpos contra el receptor de acetilcolina provocan la activación crónica e incontrolada de una cascada molecular19.
En personas sanas, a medida que la acetilcolina liberada se une al AChR desencadena un potencial eléctrico en la placa terminal (EPP) de las células musculares. Cuando alcanza el umbral, se genera un potencial de acción que produce la contracción muscular20. Sin embargo, en la MGg positiva para anticuerpos anti-AChR, la destrucción de la unión neuromuscular mediada por el complemento provoca la alteración de la contracción muscular, desembocando en los síntomas mencionados21,22.
El papel de la investigación en el manejo de la enfermedad
Hasta ahora, el tratamiento en la MG tiene como objetivo lograr que el paciente se mantenga asintomático o con mínimos síntomas, permitiéndole realizar una vida normal23. Sin embargo, hasta un 20% de los pacientes con MGg no logran controlar adecuadamente los síntomas o son intolerantes al tratamiento convencional24.
Por su parte, el Dr. Carlos Macedo, Director Médico en Alexion para España y Portugal, explica que “desde Alexion, trabajamos desde hace más de tres décadas para transformar la vida de las personas afectadas por enfermedades raras y sus familiares mediante el desarrollo y suministro de medicamentos innovadores, así como tecnologías de apoyo y servicios sanitarios que mejoren la calidad de vida de los pacientes con enfermedades raras como la MG. En Alexion, fieles a nuestro compromiso, seguimos avanzando en la investigación de esta patología y contamos con nuevas moléculas en distintas fases de desarrollo”.
Referencias:
1. Conti-Fine, B. M., Milani, M., & Kaminski, H. J. (2006). Myasthenia gravis: past, present, and future. The Journal of clinical investigation, 116(11), 2843–2854. https://doi.org/10.1172/JCI29894
2. Drachman D. B. (1994). Myasthenia gravis. The New England journal of medicine, 330(25), 1797–1810. https://doi.org/10.1056/NEJM199406233302507
3. Gilhus, N. E., & Verschuuren, J. J. (2015). Myasthenia gravis: subgroup classification and therapeutic strategies. The Lancet. Neurology, 14(10), 1023–1036. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(15)00145-3
4. Meriggioli, M. N., & Sanders, D. B. (2009). Autoimmune myasthenia gravis: emerging clinical and biological heterogeneity. The Lancet. Neurology, 8(5), 475–490. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(09)70063-8
5. Sociedad Española de Neurología. SEN. 2 de junio: Día Nacional contra la Miastenia Gravis. Disponible en https://www.sen.es/saladeprensa/pdf/Link343.pdf;
6. Dresser, L.; Wlodarski, R.;Rezania, K.; Soliven, B. MyastheniaGravis: Epidemiology,Pathophysiology and Clinical Manifestations. https://doi.org/10.3390/jcm10112235
7. Grob, D., Brunner, N., Namba, T., & Pagala, M. (2008). Lifetime course of myasthenia gravis. Muscle & nerve, 37(2), 141–149. https://doi.org/10.1002/mus.20950
8. Santos, E., Coutinho, E., Moreira, I., Silva, A. M., Lopes, D., Costa, H., Silveira, F., Nadais, G., Morais, H., Martins, J., Branco, M. C., Veiga, A., Silva, R. S., Ferreira, A., Sousa, F., Freijo, M., Matos, I., André, R., Negrão, L., Fraga, C., … Gonçalves, G. (2016). Epidemiology of myasthenia gravis in Northern Portugal: Frequency estimates and clinical epidemiological distribution of cases. Muscle & nerve, 54(3), 413–421. https://doi.org/10.1002/mus.25068
9. Anil, R., Kumar, A., Alaparthi, S., Sharma, A., Nye, J. L., Roy, B., O'Connor, K. C., & Nowak, R. J. (2020). Exploring outcomes and characteristics of myasthenia gravis: Rationale, aims and design of registry - The EXPLORE-MG registry. Journal of the neurological sciences, 414, 116830. https://doi.org/10.1016/j.jns.2020.116830
10. Lefter, S., Hardiman, O., & Ryan, A. M. (2017). A population-based epidemiologic study of adult neuromuscular disease in the Republic of Ireland. Neurology, 88(3), 304–313. https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000003504
11. Pallaver, F., Riviera, A. P., Piffer, S., Ricciardi, R., Roni, R., Orrico, D., & Bonifati, D. M. (2011). Change in myasthenia gravis epidemiology in Trento, Italy, after twenty years. Neuroepidemiology, 36(4), 282–287. https://doi.org/10.1159/000328863
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14. Law, N., Davio, K., Blunck, M., Lobban, D., & Seddik, K. (2021). The Lived Experience of Myasthenia Gravis: A Patient-Led Analysis. Neurology and therapy, 10(2), 1103–1125. https://doi.org/10.1007/s40120-021-00285-w
15. Braz, N. F. T., Rocha, N. P., Vieira, É. L. M., Barbosa, I. G., Gomez, R. S., Kakehasi, A. M., & Teixeira, A. L. (2018). Muscle strength and psychiatric symptoms influence health-related quality of life in patients with myasthenia gravis. Journal of clinical neuroscience : official journal of the Neurosurgical Society of Australasia, 50, 41–44. https://doi.org/10.1016/j.jocn.2018.01.011
16. Guarino, S. R., Canciani, A., & Forneris, F. (2020). Dissecting the Extracellular Complexity of Neuromuscular Junction Organizers. Frontiers in molecular biosciences, 6, 156. https://doi.org/10.3389/fmolb.2019.00156
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18. Howard J. F., Jr (2018). Myasthenia gravis: the role of complement at the neuromuscular junction. Annals of the New York Academy of Sciences, 1412(1), 113–128. https://doi.org/10.1111/nyas.13522
19. Lazaridis, K., & Tzartos, S. J. (2020). Autoantibody Specificities in Myasthenia Gravis; Implications for Improved Diagnostics and Therapeutics. Frontiers in immunology, 11, 212. https://doi.org/10.3389/fimmu.2020.00212
20. Thanvi, B. R., & Lo, T. C. (2004). Update on myasthenia gravis. Postgraduate medical journal, 80(950), 690–700. https://doi.org/10.1136/pgmj.2004.018903
21. Meriggioli, M. N., & Sanders, D. B. (2009). Autoimmune myasthenia gravis: emerging clinical and biological heterogeneity. The Lancet. Neurology, 8(5), 475–490. https://doi.org/10.1016/S1474-4422(09)70063-8
22. Jayam Trouth, A., Dabi, A., Solieman, N., Kurukumbi, M., & Kalyanam, J. (2012). Myasthenia gravis: a review. Autoimmune diseases, 2012, 874680. https://doi.org/10.1155/2012/874680
23. AMES. Manual práctico Día a Día de la Miastenia. Available here. Accessed May 2023.
24. Schneider-Gold, C., Hagenacker, T., Melzer, N., & Ruck, T. (2019). Understanding the burden of refractory myasthenia gravis. Therapeutic advances in neurological disorders, 12, 1756286419832242. https://doi.org/10.1177/1756286419832242
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