“No contemplamos en este momento un confinamiento domiciliario” y si hay que modificar los toques de queda “se estudiará” porque cualquier restricción de derechos fundamentales como la movilidad debe hacerse con “todas garantías jurídicas”. Esto es todo lo que ha dicho el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pese a la expectativa que había generado su comparecencia este sábado para valorar la evolución de la epidemia.
Illa comparecía a petición propia después de haberse comunicado ayer viernes 40.200 contagios y 575 casos por 100.000 habitantes, el peor dato de toda la epidemia, y con todas las autonomías a excepción de Canarias con incidencias superiores al límite considerado por el propio ministerio de Sanidad como riesgo extremo y con hasta 7 autonomías superando los tres indicadores clave de saturación de UCI, hospitales y casos.
Todos los oídos estaban puestos en sus palabras, no en vano el Ministerio tiene sobre la mesa la petición formal de Andalucía, Castilla y León, Murcia y Asturias de permitir confinamientos domiciliarios a la luz de la evolución de la epidemia, a lo que el Gobierno se ha negado ya reiteradamente, y la súplica velada de otras autonomías como La Rioja o Galicia que han pedido a la población que se autoconfine. Pero Illa también tenía sobre la mesa el órdago de autonomías como Castilla y León que, pese al no ministerial, han decretado desde este sábado un toque de queda adelantado a las 20.00 h. aunque el decreto del estado de alarma actual sólo lo permitiría, según Sanidad, adelantar el toque de queda a las 22.00 h.
El ministro ha dejado entrever un debate en el Interterritorial sobre el posible cambio en las franjas horarias del toque de queda con un cambio que en todo caso tendría que contar con todas las garantías legales.
Illa, que comparecía desde Cataluña apenas un día después de conocerse que se retrasarán las elecciones catalanas a finales de mayo ante la situación de la epidemia y pese a la voluntad del PSC de mantenerlas el 14 de febrero con el propio Illa como candidato socialista, ha declinado opinar sobre el retraso electoral que prolongará su estancia durante meses en el ministerio en tanto siempre ha defendido que no lo abandonará hasta que comience formalmente la campaña electoral catalana y ha insistido en que está centrado “al ciento uno por ciento” en combatir esta tercera ola de la epidemia, que casi ha duplicado ya el número de hospitalizados e incrementado un 55% el de ingresados en UCI desde las vacaciones.
El ministro se ha referido también a la reducción del volumen de vacunas que anunció ayer Pfizer para todos los países europeos y que implicará que la próxima semana se reciban sólo el 56% de las dosis comprometidas. Ante esta situación y, como quiera que el lunes debe comenzar a administrarse la segunda dosis a los primeros vacunados, se ha acordado priorizar el reparto de las vacunas disponibles “de forma equitativa” para garantizar que la población ya vacunada con la primera dosis recibe a tiempo, tras 21 días, la segunda dosis.
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