Las farmacias rurales saben lo que es lidiar con la despoblación y los problemas que se derivan de ella. Pero en este 2020 han tenido que hacer frente a un nuevo enemigo: la pandemia del coronavirus que, sin embargo, ha sido un revulsivo contra la España vaciada. Una España vaciada que la covid ha vuelto a llenar, aunque sea temporalmente, y ha hecho que más de una farmacia en viabilidad económica comprometida (VEC) haya mejorado su situación económica, aunque muy levemente.
España ha disminuido el número de farmacias VEC durante 2020 en al menos 35, según datos recopilados por CF y a falta de conocer la información de Andalucía y Asturias. En 2019 se registraron 822 farmacias VEC -el 92% fuera de capitales de provincia-, según el Consejo General de COF, 58 menos que en 2018, cuando hubo 880.
Entre enero y febrero la mayoría de las boticas solicitan ayudas si sus ventas anuales totales no superaron los 200.000 euros. Además, deben participar en programas de atención farmacéutica y no haber sido objeto de sanción administrativa o inhabilitación profesional. El Estado les aplica a su favor un índice corrector en función de las recetas dispensadas con cargo a fondos públicos, cuyo importe máximo mensual está en 833,33 euros, pero la media de estas ayudas se sitúa en 300 euros.
A día de hoy el Gobierno está trabajando en una actualización del Real Decreto 823/2008 de 16 de mayo, revisando cuantías y tramos de facturación para acceder al margen de compensación, según explica a CF Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar).
Ayudas insuficientes
Justo en febrero de 2020, antes del comienzo de la pandemia, Espolita se reunió con Patricia LaCruz, directora general de Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, para insistir en que las ayudas VEC son insuficientes y en la necesidad de tener un Fondo de Compensación.
A su vez, el pasado 5 de marzo el Senado aprobó una moción promovida por por el Grupo Socialista (con enmienda del Grupo Grupo Izquierda Confederal) para apoyar a la farmacia rural, actualizando las cuantías de las ayudas en función del IPC y los límites de facturación para acceder al margen de compensación.
“Nosotros siempre hemos pensado que debe cambiarse el modelo retributivo, que es de los años 40. Se ha quedado antiquísimo y supone un tiro en el pie. Es decir, queremos que una farmacia no viva sólo por dispensar más o menos”, explica Espolita, con una idea que no es compartida por muchos presidentes de COF, algo que el dirigente de Sefar tiene clarísimo y le gustaría que alguna vez se debatiera en la Mesa de la Profesión Farmacéutica. “Pero, dado que esto parece muy complicado, si no se cambia el modelo retributivo, hemos propuesto a la Administración ese Fondo de Compensación”, aclara.
Al problema de la despoblación, Espolita añade otros, como el bajo precio de los medicamentos y el que no se paguen las guardias, lo que augura un futuro negro para la farmacia rural: “Tenemos pocos pacientes, dispensamos pocos medicamentos, cada vez son más baratos y ahora nos quieren quitar los descuentos que nos dan los laboratorios, aunque a la farmacia rural no le afecta tanto...”, enumera Espolita a modo de letanía de dificultades.
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Más facturación con mascarillas
Mientras tanto, la pandemia ha servido para que las farmacias VEC aumentaran su facturación por venta libre gracias a los geles hidroalcohólicos y mascarillas. De esto da fe Mercedes Chacón, con farmacia VEC desde hace cinco años en Taracena, una pedanía de Guadalajara, con poco más de 500 habitantes: "He tenido más venta libre por mascarillas y por eso muchas farmacias VEC se han podido quedar este año fuera de las ayudas. Aun así, esto es algo puntual y en realidad es una subida de facturación ficticia”.
A su vez, Espolita señala que "todo esto no significa que la farmacia rural esté muy boyante”, pero sí admite que los geles y las mascarillas han subido la facturación por venta libre y, por tanto, la facturación total. “Se trata de algo coyuntural”, coincide.
En el caso de Mercedes Chacón la pandemia no le ha traído un aluvión de pacientes de la ciudad, ya que se trata de una farmacia de barrio, muy próxima a la capital, por lo que las ventas no varían apenas cada mes. Aparte de trabajar en su botica, los viernes por la tarde atiende dos botiquines: uno en Centenera y otro en Aldeanueva de Guadalajara. "Los botiquines también salen a concurso y se asignan a la farmacia de la zona farmacéutica que tenga menos habitantes. Yo me presenté y me los dieron", indica. "El Ayuntamiento de Guadalajara también ofrece ayudas, pero la farmacia debe estar en una localidad de menos de 500 habitantes", añade, lamentando que ella siempre se quede fuera por los pelos.
Chacón está ahora implantando servicios profesionales, pero reconoce que, en su caso, "la gente no los quiere si son remunerados".
Amenazas a la farmacia rural
Aun con estos puntos a favor que haya podido suponer la pandemia, la situación para muchas farmacias rurales es insostenible y en algunos municipios se están ofreciendo incluso a hacer de cajeros ante la falta de servicios, como está ocurriendo en Júzcar y Cútar (Málaga), algo que ha suscitado las críticas de muchos farmacéuticos, al considerar que infravalora la función del farmacéutico. Sin embargo, Francisco Florido, presidente del COF de Málaga, explica a CF que ello supone en realidad un modo de comenzar a financiar servicios profesionales: “Este es el primer paso para complementarlo con otros servicios. En Júzcar se va a poner en marcha uno para elaborar sistemas personalizados de dosificación (SPD) en cuya financiación participará la Caixa”.
Aun así, Espolita lo critica: “Recurrir a este tipo de servicios no sanitarios en nuestro modelo nos parece vergonzoso. No nos imaginamos a los médicos o enfermeros prestando este servicio. Sí que demuestra que, a día de hoy, el único servicio presente en los pueblos es la farmacia y, en muchos casos, prestamos servicios que van más allá de lo sanitario para ayudar a nuestros pacientes”.
A su vez, Javier Herradón, presidente del Consejo de COF de Castilla y León y del COF de León, tuvo que hacer frente, a finales de febrero, a un proyecto que, además de ser ilegal, hubiera sido una amenaza para la farmacia rural: la pretensión de la plataforma Telefarmacia App de aliarse con Correos para llevar medicamentos a domicilio en León: “Hubiera sido un ataque mortal a la farmacia rural, además de ser un servicio por el que habría que pagar”, subraya Herradón.
Al hilo de esta iniciativa abortada, Herrradón señala que “los farmacéuticos de León están dando la vida, se la están jugando y estamos resolviendo. El 95% de los municipios de León tienen farmacia, y en el 5% restante el farmacéutico realiza esta dispensación. Es hora de dar pasos para arreglar la atención farmacéutica domiciliaria. Esto me parece querer aprovechar un momento de crisis y de alarma”.
Menos VEC en las dos Castillas
Cuáles son las autonomías que más farmacias VEC han perdido durante 2020? Castilla y León y Castilla-La Mancha, con 10 menos cada una (la primera tiene 209 y la segunda 120), seguidas de Aragón, con 9 menos (ha pasado de tener 61 en 2019 a 52 en 2020) y Madrid, con siete menos (pasa de tener 27 a 20). Justo en estas tres comunidades la disminución de farmacias VEC ha sido mayor en 2020 que en 2019. Concretamente, Aragón tiene 206 farmacias que están en municipios de menos de 1.000 habitantes, y 123 de estos municipios tienen menos de 500 habitantes. Por ello, los tres COF aragoneses están preparando un documento con propuestas que presentarán en breve a la administración. Todo ello tras el apoyo unánime de las Cortes de Aragón a una proposición no de ley del Partido Popular instando al gobierno autonómico a considerar a la farmacia rural como establecimiento básico de carácter social y sanitario.
Aun así, Espolita cree que, en general, la disminución de farmacias VEC es algo menor que la vivida en años anteriores, cuando coincidieron varios concursos de farmacias: en Cantabria (33 nuevas farmacias, quedando 3 desiertas) y en Madrid (41 nuevas farmacias), ambos convocados en 2018. Esto se notó sobre todo en 2019, cuando muchos titulares cerraron sus farmacias por haber adquirido otra mejor situada, dejando atrás cadáveres de botiquines.
Castilla y León y Castilla-La Mancha tienen 10 farmacias VEC menos que en 2019
Estas farmacias VEC que desaparecen por su escasa rentabilidad convirtiéndose en botiquines han salvado, a su vez, a otras farmacias VEC a salir de su penosa situación, ya que han adquirido dichos botiquines. Espolita resume así los motivos que influyen: "Con la pandemia hubo más población en algunos pueblos durante el invierno, y también hay farmacéuticos que han participado en concursos de otras comunidades autónomas y han cerrado las suyas. Este año sé de compañeros en Guadalajara que han cerrado sus farmacias para irse a Madrid", pone como ejemplo.
Por tanto, Espolita, que tiene farmacia en el municipio leonés de Cabrillanes, subraya que se trata de una situación puntual: "Yo mismo he visto cómo antes de la pandemia la gente solía irse en septiembre, y ahora los abuelos se han quedado hasta Navidad. El año que viene, si Dios quiere, con la situación controlada, la gente en septiembre volverá a la ciudad".
Estrenar farmacia VEC en pandemia
Si hay un adjetivo que defina al farmacéutico rural es el de valiente. Una de ellas es Olga Cacicedo, que pasó de ser farmacéutica adjunta en Palencia capital a estrenar una farmacia VEC en las Rozas de Valdearroyo, un pueblo de Cantabria de unos 300 habitantes, a 80 kilómetros de Santander. Precisamente la mayoría de solicitudes (17) para las 33 farmacias de Cantabria que salieron a concurso eran de farmacéuticos de Castilla y León. Olga explica que su farmacia es ”de nueva apertura. A los seis meses de abrir la farmacia llegó la pandemia", resume sus comienzos con una de las 33 farmacias que salieron a concurso en 2018. Hubo otras tres farmacias que no quiso nadie (Los Tojos, Valdeprado del Río y Pesegueros), porque se quedaron sin apenas población. Todo un reto ante el que hay que echarle valor.
Pese a estos comienzos tan trágicos que nunca hubiera imaginado, Olga Cacicedo está contenta en su bonita farmacia de Cantabria, un local alquilado, que servía de almacén a las infraestructuras ferroviarias (Adif). "Pero te tiene que gustar. Se ha notado el cambio, pero yo venía de un barrio, que es como un minipueblo", explica.
¿Cómo recuerda los meses más duros de la pandemia? "He tenido mucho estrés. Trabajo no me ha faltado, porque se cerraron todos los consultorios, y tengo uno justo enfrente", señala, y añade que tuvo que resolver muchos problemas por teléfono con el médico. No ha tenido que hacer atención farmacéutica domiciliaria, porque sus pacientes, la mayoría jubilados, solían venir a la farmacia: "Aquí no hay tiendas y era el único sitio al que podían salir", recuerda.
Esta farmacéutica de Cantabria afirma que su nuevo pueblo es "un poco particular. Aquí se hizo el pantano del Ebro hace unos 60 años y hubo éxodo de gente porque se quedaron sin casas y sin tierras. Casi todos se fueron a Bilbao, y ahora vuelven por temporadas, aunque por la pandemia muchos se han quedado".
Cuando el médico se va....
Cáceres es una de las provincias que también ha perdido farmacias VEC durante 2020: en concreto, cinco, al pasar de 38 a 33.
Aurora Alvarado Pacheco es otra farmacéutica que decidió marcharse de Extremadura a Cantabria, al haber solicitado una botica en el citado concurso. Dicho concurso premiaba con más puntos el haber sido titular de una farmacia con menos de 1.000 habitantes, y ella lo cumplía. Dejaba atrás 15 años de experiencias vividas en su farmacia de Alcollarín, un municipio de 400 habitantes a 82 kilómetros de Cáceres, para abrir una botica en Suances, un pueblo de Cantabria de unos 8.000 habitantes: “Me fui en marzo de 2019 y ya entonces esa farmacia se transformó en un botiquín”, recuerda.
"En el concurso de Cantabria te premiaban si venías de una farmacia de un núcleo con menos de 1.000 habitantes"
Alvarado reconoce que no tiene nada que ver un sitio con otro, no sólo por población, sino también por el mayor poder adquisitivo de su nueva zona: “Cuando estaba en Alcollarín, yo veía que el consultorio cada vez abría menos tiempo. Pasó de estar abierto de lunes a viernes de 10 a 3 de la tarde a estar sólo dos días a la semana, de 9 a 11. Muchos abuelos se veían sin médico”, matiza. Y añade una triste coletilla: “La farmacia rural tiene su problemática, porque los pueblos de Extremadura cada vez se quedan más vacíos”.
Castilla y León es siempre la autonomía con mayor porcentaje de farmacias con índice corrector, como reflejan cada año las estadísticas del Consejo de COF (en 2019 fueron un 13,7%).
José Luis Nájera, secretario del Consejo de COF de Castilla y León, además de presidente del COF de Palencia, explica que este año "muchos madrileños y personas de otras comunidades han venido a pasar el confinamiento al medio rural, sobre todo personas jubiladas. En ese sentido, siempre hemos sido la comunidad con más recetas de otras autonomías, ya que lindamos con otras 11 provincias distintas”.
Nájera, con botica en el municipio de Paredes de Nava, ha sido testigo de la llegada de población en marzo de 2020, al igual que en verano. “Hay personas de una misma provincia que tienen casa en la ciudad y el campo, y este año se han quedado en el pueblo. Por ello la facturación de estas farmacias del medio rural ha aumentado", asegura Nájera.
La ayuda de las residencias
En cuanto a las farmacias VEC, afirma que la casuística es muy grande y que hay farmacias VEC que dejaron de serlo cuando se les vinculó el depósito de medicamentos de una residencia. Eso sucedió tras la firma, en mayo de 2019, de un decreto de atención farmacéutica en centros sociosanitarios de Castilla y León, que vinculaba la residencia a las farmacias de la zona: "Analizamos las farmacias del 2014 al 2019 y vimos que las boticas que eran VEC en 2014 dejaron de serlo cinco años más tarde en un 60%".
Olivia Martínez Monge es titular de una farmacia en Sotobañado, un pueblo de Palencia, a 71 kilómetros de la capital, a quien la pandemia no ha beneficiado en absoluto: "He pasado a ser VEC este año. Envié la solicitud en enero y estoy a la espera de la respuesta", resume quien el año pasado facturó 225.000 euros y este año se ha quedado en 197.000 euros.
"Hay meses que no compensa. Simplemente cubres gastos y no sacas sueldo ni para un adjunto", comenta sobre su situación, que comparten muchos farmacéuticos rurales.
A diferencia de otros lugares, en el caso de Olivia Martínez Monge, no ha tenido una mayor afluencia de público, al estar la comunidad autónoma cerrada por los confinamientos perimetrales y estar más alejada de la capital. Por ello afirma que la facturación por venta libre en la farmacia le ha bajado bastante: "A excepción del pasado mes de agosto, el pueblo ahora está vacío. Y falta la gente que solía venir antes todos los fines de semana", añade.
Murcia y Canarias, sin farmacias VEC
Ambas comunidades, Murcia y Canarias, destacan por no tener farmacias VEC. Sin embargo, la situación de muchas boticas turísticas de las islas es especialmente preocupante. Tanto es así que el COF de Tenerife ha asesorado a las farmacias para que reciban una subvención por parte de la Administración de 25.000 euros.
De las 389 farmacias de la provincia de Tenerife, un 3% (unas 12 o 13) estaría en condiciones de acceder a estas ayudas. ¿Los requisitos? Tienen que demostrar una bajada en la facturación de un 30% respecto a los ingresos del primer semestre de 2019: "En este caso las ayudas no se limitan a una zona concreta, aunque se dirigen especialmente a las turísticas", explica Manuel Ángel Galván, presidente del COF de Tenerife y del consejo canario de COF: "También hemos informado a laboratorios de análisis y ortopedias, por si les afectara".
Galván aclara que son ayudas que ofrece el Gobierno de Canarias a las pymes, “pero hasta ahora habían dejado fuera a las farmacias”.
“De mi farmacia dependen diez pueblos, algunos de 5 habitantes"
Hay farmacias VEC que han logrado salir de su situación, como le ha ocurrido a José Luis Sotillo, con farmacia en Saelices de la Sal, un pueblo con 115 habitantes censados y a una hora de Guadalajara capital. Dejó de ser VEC en 2020 justo antes de la pandemia, al adquirir un botiquín nuevo. "Pasé de facturar 190.000 euros al año a 213.000 euros. Fue una subida anecdótica, pero la subvención ya dejé de recibirla", explica.
Si bien Sotillo reconoce que atiende a muy pocos pacientes, matiza que son mayores y que no son los únicos a los que atiende él solo: "De mi farmacia dependen 10 pueblos de la zona (algunos tienen 5 y 10 habitantes), aparte de dos botiquines", enumera. Es un ejemplo de farmacia a la que el virus ha traído más pacientes, muchos de Madrid: "Con la pandemia llegaron muchas personas mayores y que podían teletrabajar. Ahora no vienen por las restricciones de movilidad y porque esperan la cita para vacunarse".
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