El Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau (IIB-Sant Pau) de Barcelona ha anunciado hoy que inicia el ensayo clínico de fase I de una CAR-T de desarrollo propio (académica, que no tiene implicación de la industria farmacéutica) para pacientes con algunos tipos de linfoma (linfoma B difuso de célula grande, linfoma folicular, linfoma de células del manto) no respondedores a terapias aprobadas para ellos. El linfoma es el cáncer de la sangre más frecuente en España (informe anual de la Sociedad Española de Oncología Médica-SEOM) y la innovadora propuesta terapéutica de Sant Pau sería para más del 80% de todos los linfomas.
En el estudio clínico inicial, sobre una muestra de diez pacientes, colabora el Servicio de Hematología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en el marco de la Red de Terapias Avanzadas (una de las Redes de Investigación Cooperativa Orientadas a Resultados en Salud-Ricors impulsadas por el Instituto de Salud Carlos III).
El Sant Pau, con ese anuncio, demuestra su apuesta decidida por el desarrollo y producción propios de este tipo de terapias avanzadas. Forma parte del proyecto europeo T2Evolve (alianza de líderes académicos y de la industria en inmunoterapia contra el cáncer bajo la Iniciativa de Medicamentos Innovadores-IMI de la Unión Europea) y, en colaboración con el Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, obtuvo en 2020 el certificado de cumplimiento de Normas de Correcta Fabricación para la producción de un medicamento de terapia avanzada, emitida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), que permite la producción y control de calidad de medicamentos celulares tipo CAR-T en una sala blanca (equipamiento especialmente diseñado para el desarrollo de medicamentos de terapia avanzada). Esa certificación la renovó en 2022 (entonces duplicó su capacidad de producción).
Esta nueva CART-19, que es como se llama, está enriquecida con linfocitos T de memoria. El director del Grupo de Inmunoterapia Celular y Terapia Génica (GITG) del IIB-Sant Pau y jefe de la Unidad de Hematología Clínica del Servicio de Hematología del Hospital de Sant Pau, Javier Briones, ha explicado a este diario que la diferencia de esta CAR-19 respecto a otras es que en su producción, de acuerdo con un procedimiento innovador, se seleccionan de entrada los linfocitos T de memoria.
Ha precisado asimismo que en el ensayo clínico, que ya ha empezado, no se selecciona a los pacientes por el número de linfocitos T que tengan en sangre –“suelen tener pocos, pero sería raro que tuviesen cero”- sino por no haber respondido a tratamientos previos. Y la terapia se les administra en su sola dosis, tras la cual, si es preciso (por posible aparición de la temida complicación síndrome de liberación de citocinas), se trata con un anticuerpo que bloquea las citocinas.
La CART-30 está ya en ensayo de fase II
El IIB-Sant Pau está trabajando en paralelo en el desarrollo clínico de su primera CAR-T, la CART-30 (la CART-19 es la segunda), igualmente con linfocitos T de memoria, para linfoma de Hodgkin y linfoma T.
En abril del año pasado dio a conocer los resultados positivos del ensayo de fase I en el que evaluó la seguridad, dosis óptima y eficacia preliminar de esa terapia avanzada dirigida al antígeno tumoral CD30. Demostró, en concreto, que las células T de memoria CAR30 (HSP-CAR30) poseen “un excelente perfil de seguridad; es decir, que tienen muy poca toxicidad, además de lograr una alta eficacia, ya que un 50% de los pacientes tuvieron una respuesta completa al tratamiento con desaparición del linfoma”, según el instituto de investigación barcelonés. Participaron 10 pacientes refractarios a todos los tratamientos convencionales aprobados, procedentes de diversas comunidades autónomas y de otros países europeos, y colaboraron la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia y el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, aportando dos millones de euros.
Briones ha indicado al respecto que para este ensayo de fase II siguen reclutando pacientes en toda España y Europa en fases avanzadas de sus enfermedades (sometidos previamente a entre 5 y 7 tratamientos sin éxito). “A finales de este año o principios del que viene podremos dar a conocer resultados. Estamos muy contentos”, ha declarado.
Proceso de esta terapia personalizada
Volviendo a la terapia avanzada CART-19, para producirla se extraen de la sangre del propio paciente (por aféresis) los denominados linfocitos T de memoria. Estas células se multiplican en la sala blanca durante 8-10 días y se modifican genéticamente (integrándoles el CAR -receptor quimérico de antígenos- mediante un virus) para que, dentro del organismo, cada vez que detecten una célula tumoral, la eliminen. Esas células modificadas vuelven a multiplicarse; se ponen en una bolsa en la cantidad necesaria y, previo control de calidad, se infunden directamente en el torrente sanguíneo del paciente, para que lleguen a las células cancerosas y actúen en su contra.
Resumiendo mucho: se trata de modificar genéticamente los linfocitos T del propio paciente para que éstos ataquen a las células cancerosas. Antes del tratamiento, el paciente se somete a quimioterapia, con el fin de eliminar todos sus linfocitos T, que ya fracasaron contra el cáncer, e impedir que compitan en el organismo con los nuevos (los modificados genéticamente) por los mismos nutrientes.
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