Las médicas se siguen enfrentando a la discriminación, pero de forma indirecta y no tanto en el día a día como sí cuando se trata de participar en las esferas de poder. Por eso es importante visibilizar a las expertas (porque haberlas, haylas) y seguir trabajando en la conciliación. Es una de las conclusiones de la jornada Avanzando hacia el liderazgo femenino en la profesión médica, organizada por la Organización Médica Colegial (OMC).
En la sede de la OMC se ha organizado una mesa de debate donde tres mujeres han compartido su experiencia y sus impresiones sobre cómo potenciar ese liderazgo femenino que vaya más allá de una cuestión de imagen: María Isabel Moya, presidenta del Colegio de Médicos de Alicante, Anna Casanovas, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Lleida, y Margarita Arandía García, vicesecretaria del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Ourense (ICOMOu).
Las tres coincidieron en que la mochila de los hijos y el cuidado de los mayores pesa mucho; Moya y Casanovas reconocieron explícitamente que hasta que no estuvieron más liberadas de estas responsabilidades no se plantearon dar el paso para ocupar sus cargos actuales.
Moya destacó que hay causas sociales por periodos inherentes a fisiología de la mujer como el embarazo, parto y lactancia, pero también sesgos personales en cuanto a las prioridades de cada persona y sesgos educaciones "en los que incluyen los estereotipos porque no educamos igual".
Arandía recordó que entre el trabajo, las propias guardias y el cuidado de la familia, la sensación es que las 24 horas del día no eran suficientes. "¿Dónde estaban ellas? Pues haciendo malabarismos", lamentó, recordando que en su época el permiso de paternidad era de 4 días.
"Hemos ido ganando terreno, pero ahora tenemos que ganar poder y mejorar las condiciones de trabajo y conseguir la conciliación de la vida laboral y el resto de la vida, que es mucha. Es lo que nos permitirá avanzar en la igualdad dentro de la profesión. No busquemos más, no hay otro camino".
Otro problema es salir de ciertas inercias a la hora de pensar en expertos o grandes gestores, para lo que las tres coincidieron que poner como requisito un mínimo de presencia femenina es un recurso necesario para ir avanzando en esta visibilidad.
Arandía mencionó que, según un estudio de la Sociedad Española de Medicina Interna de 2018, las mujeres suponían más de la mitad de las asistentes a reuniones, pero sólo eran un 31% de las ponentes. "De hecho han decidido hacer un listado de mujeres referentes en cada área de la Medicina Interna. Especialistas y expertas las hay en todos los ámbitos, pero muchas veces la inercia hace que no pienses en otras personas..."
Por su parte, Casanovas señaló que actualmente la universidad está revisando los planes de estudio para introducir la perspectiva de género en las asignaturas donde tenga sentido, un aspecto que además también tendrá en cuenta la Agencia de Calidad de Cataluña.
Otro problema es la falta de apoyo real desde las instituciones, apuntó Moya. "Ahora parece que hay mucha sensibilidad con la perspectiva de género, pero mi impresión es que muchas veces es cuestión de imagen. El Instituto Europeo de Igualdad de Género señaló hace poco que menos del 1% de los fondos de la UE se dedican a este tema. Podemos hacer leyes, acciones, pero todo cuesta dinero..."
Pocas líderes en un sector feminizado
Hay que tener en cuenta que las tres son rara avis. Según las cifras aportadas por Moya, entre las directivas colegiales sólo hay un 37% de puestos ocupados por mujeres (de ellas, 4 presidentas colegiales en 52 provincias), "si bien hay algunos colegios que destacan como Valladolid, con un 71%, o Las Palmas, con un 60%".
El mundo académico tampoco va mucho mejor. Casanovas es una de las 8 mujeres decanas de Medicina de 42 facultades en España. Pero no es un mal exclusivo de esta ciencia. En 2019, había 9 rectoras en las 76 universidades españolas.
No obstante, al bajar la nivel de los vicerrectorados, la proporción era de 169 de 423. "Las mujeres tienen menos acceso a los poderes de decisión más altos pero a su vez tienen más carga en la gestión", valoró. Aunque señaló que parece haber cierto sesgo enfocado al cuidado, de alguna forma, puesto que la participación más destacada era los vicerrectorados de estudiantes o de universidad y sociedad, frente a los de profesorado o investigación.
Por otra parte, en el entorno universitario de Cataluña, las profesoras contratadas doctor o lectoras, el primer paso para promocionar a titulares o catedráticas, son un 44% del total, pero a medida que avanzan en la carrera profesional, su peso académico va disminuyendo: las féminas sólo son el 39% de los profesores titulares y un 20,8% de los catedráticos. Con el personal docente investigador, a partir de los 30 años el porcentaje de mujeres va bajando.
Por otra parte, Moya señaló su preocupación de que, pese a la feminización de la carrera de Medicina, el poder resida en carreras más tecnológicas, mayoritariamente ocupadas por hombres, y que esto influya en el ejercicio profesional en el futuro, tendente a la digitalización.
"Como radióloga, sé por experiencia lo positivo del teletrabajo, pero que mal implantado tiene sus riesgos. Aunque ayuda para conciliar y evitar el presentismo, también se convierte en más horas de trabajo en casa y no se remunera de la misma forma, porque las empresas de telerradiología dicen que la implicación con el paciente no es la misma. Ojo si el poder va por otros derroteros en los que las mujeres no estamos".
La OMC se adhiere al manifiesto #DóndeEstánEllas
Tomás Cobo, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, y María Andrés, directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, han firmado hoy la adhesión de la corporación al manifiesto #DóndeEstánEllas, que tiene como objetivo aumentar la presencia y promover la visibilidad de las médicas como ponentes en ámbitos formativos, conferencias, debates y actos de comunicación de la corporación.
La Oficina del Parlamento Europeo creó esta iniciativa en marzo de 2018 para alentar y animar a las mujeres del mundo científico o médico, especialmente a las generaciones más jóvenes, a participar en debates públicos, conferencias y actos de comunicación. Supone un compromiso para que siempre, que sea posible, se cuente con la participación de mujeres expertas en conferencias y debates (evitando los actos integrados por expertos solo masculinos, conocidos como ‘allmale panels’).
Los sectores más castigados por la crisis del coronavirus también están muy feminizados. Por eso, este año decidieron dar un golpe de timón y crear referentes en el liderazgo femenino también en el mundo sanitario y contar con la adhesión a la firma de 40 hospitales españoles (de momento lo han hecho 12) y la OMC.
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