Las Unidades de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) se han revelado como un puntal en el manejo del paciente con covid. El Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) ha aumentado su apuesta por estas unidades intermedias, multiplicando por siete sus camas (se han pasado de 46 antes de la pandemia a 316, repartidas en quince hospitales, entre ellos el Hospital Isabel Zendal) y elaborando un protocolo con la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (NEUMOMADRID).
En este documento se sientan los requisitos para la implantación de las UCRI, así como los criterios de ingreso (de cualquier tipo de paciente que lo necesite, con covid o no), las intervenciones que se ofrecen y el perfil de los profesionales que deben integrarlas.
La presidenta de NEUMOMADRID, y una de las coordinadoras del consenso, María Jesús Rodríguez Nieto, expone a DM que con él se marcan las “bases para el desarrollo de estas unidades y los protocolos consensuados para el manejo óptimo de los pacientes”, pero, sobre todo, refleja el respaldo de los gestores, a través de la Consejería, para que estas unidades intermedias estén implantadas con criterios homogéneos en los hospitales madrileños.
Desescalada
Sobre el manejo de los pacientes, destaca que el protocolo incluye “cómo efectuar la desescalada de los pacientes que proceden de las unidades de vigilancia intensiva”, una fase asistencial que no siempre ha estado delimitada de forma unívoca en los centros hospitalarios.
Y recuerda que las UCRI reciben también a esos pacientes que han superado la fase crítica de la enfermedad, en los que “de forma coordinada con cuidados intensivos” se puede efectuar el proceso de retirada de la ventilación mecánica invasiva o la decanulación cuando se practica una traqueotomía con el tiempo y la dedicación necesaria para lograr una recuperación óptima.
La neumóloga también hace hincapié en el impulso, a raíz de los buenos resultados constatados en pacientes covid, que han recibido las técnicas no invasivas de soporte respiratorio, como la oxigenoterapia de alto flujo, la ventilación mecánica no invasiva y la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP).
Otro aspecto relevante del consenso es que se detalla la ratio del personal sanitario por paciente, “con formación específica y bajo la coordinación de un neumólogo”, así como la necesidad de que exista “una guardia presencial”.
Unidades de alta calidad
Todos estos detalles no eran desconocidos por los especialistas antes de la pandemia del coronavirus. De hecho, las UCRI se llevan empleando desde hace años en pacientes respiratorios crónicos con hipercapnia, expone Pedro Landete, coordinador de la UCRI del Hospital Enfermera Isabel Zendal y también autor del documento.
Con la covid, “hemos visto que las medidas que tomábamos en esos pacientes mejoraban mucho su supervivencia y evitaban en gran parte que tuvieran que ingresar en las UCI”. El dato esgrimido es que se reduce en un 70% esos ingresos, si bien, matiza Landete en el Enfermera Isabel Zendal el porcentaje alcanza incluso el 75%.
La UCRI del Hospital Isabel Zendal es la mayor de este tipo de Europa. “Tenemos una capacidad de 96 camas, de las que están ocupadas a día de hoy 45”, apunta a DM, síntoma de que la incidencia en la Comunidad de Madrid está bajando.
“Estamos orgullosos de que se le estén dando a las UCRI su lugar: los estudios ya han demostrado que salvan muchas vidas, al evitar ingresos en UCI y las consecuencias posteriores. Son unidades de alta calidad en el manejo de pacientes con bajo coste y con bajas complicaciones”, apostilla.
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