La brecha salarial que separa al médico que ejerce en el Servicio Navarro de Salud (SNS-O) de sus colegas mejor pagados de España no ha dejado de crecer en la última década, y enjugar esa diferencia de forma rápida exige habilitar o mejorar varios complementos retributivos de forma inmediata. Ésta es la esencia de la petición que el Sindicato Médico de Navarra (SMN) ha recogido en un estudio que, bajo el título de Situación del médico en Navarra a 2021, ha hecho llegar al Gobierno foral y a todos los partidos políticos con representación en el Parlamento navarro.
Según los datos recabados por el SMN para su estudio, esa diferencia salarial es de más de 10.000 euros brutos anuales con respecto a Murcia -que es la comunidad que mejor retribuye a sus médicos-, y está en la base de "la dramática pérdida de competitividad de Navarra para atraer, captar y fidelizar a los médicos, en un escenario nacional de escasa disponibilidad de facultativos". La Comisión Ejecutiva del SMN, que preside María Aurelia Mena, sentencia que "no podemos pretender que los médicos se queden en Navarra si van a cobrar casi mil euros menos al mes que en las comunidades vecinas, con similar coste de vida y menores cargas fiscales".
Entre las propuestas concretas que hace el sindicato con más peso en la Mesa Sectorial de Sanidad de Navarra está la de establecer un complemento retributivo fijo que "equipare la retribución básica del médico navarro con las mejores de las comunidades adyacentes, siendo ésta la fórmula más sencilla para equiparar retribuciones con el resto de comunidades", dice el estudio.
A la creación de ese nuevo complemento, habría que sumar, según la central, la mejora de retribuciones ya existentes, como el precio de la hora de guardia, que debería subir un 5,5% para igualarlo al mejor estatal [también Murcia, según el último estudio (2019) elaborado por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada]. A ese incremento lineal del 5,5%, el SMN suma un aumento del 8%, "acordado, firmado, publicado y pendiente de aplicar en Navarra desde enero de 2010". Con ambas subidas, un médico navarro pasaría a cobrar por una hora de guardia en día laborable 30,06 euros, frente a los 25,50 que percibe en la actualidad.
Además, la pandemia de la covid ha evidenciado, según el informe sindical, la "urgente necesidad" de aumentar la cuantía del llamado complemento de especial riesgo en la sanidad pública navarra.
Según el documento, mientras los sanitarios perciben entre un 1 y un 2% de sus retribuciones por el riesgo inherente a su trabajo, hay otros profesionales (ingenieros de obras públicas, oficial de mantenimiento del Museo de Navarra, oficial del centro de tecnificación deportiva...) en los que ese complemento supone hasta el 10% de sus retribuciones, "y no todos tienen actividades que justifiquen ese riesgo". Según la Ejecutiva del SMN, "el elevado porcentaje de sanitarios infectados en el último año demuestra que aumentar ese porcentaje hasta el 10% está plenamente justificado".
A la brecha retributiva existente con respecto al resto de las comunidades, el estudio sindical suma la elevada tasa de temporalidad existente en la Comunidad foral. Según datos del Instituto Nacional de Estadística del último cuatrimestre de 2020, Navarra es, con un 43,1%, la comunidad con mayor tasa de temporalidad en la Administración pública, "y esa temporalidad resulta especialmente significativa entre los profesionales de Salud y Educación", añade el informe.
Y si la temporalidad es significativa en Salud, es aún más acusada entre los médicos. El SMN recuerda que en los últimos 8 años los facultativos del SNS-O sólo han tenido oportunidad de concursar en dos OPEs (una ya finalizada y correspondiente a los años 2013-2016 y otra en curso, con plazas de 2017 a 2019). En esta última, "se suma, además, el incumplimiento del cronograma previsto, con el retraso en la realización de los exámenes de oposición, decidido unilateralmente por la Administración, a pesar de nuestra queja", añade la Ejecutiva sindical.
CONTRATOS
Entre 2015 y 2019, ver gráfico
Basta como ejemplo citar los datos facilitados por el Departamento de Salud en Mesa Sectorial sobre el gasto en contratación y productividad variable de la pandemia en el mes de mayo pasado. El gasto destinado al estamento médico en los primeros meses de COVID-19 fue solamente del 10% del total (el menor de todos, sumando contratos y productividad). El 90% del total se destinó al resto de profesionales del SNS-O, principalmente en nuevas contrataciones antes que en productividad. 45 contratos a médicos, frente a 957 para Enfermería.
TEMPORALIDAD
Aunque somos conscientes de que Navarra ha hecho un importante esfuerzo en consolidar las plazas estructurales y sacar a concurso las plazas de facultativos vacantes, lo cierto es que, una cosa es publicar OPEs, y otra muy distinta ejecutarlas.
EDAD
En Navarra, según el estudio del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) publicado en 2018, la edad media del médico era de 48,61 años y la proporción de médicos con edades superiores a 55 años era del 38,8%. En los próximos 10 años el número de jubilaciones previstas supone el 41% de los facultativos actuales de la plantilla. Sin embargo, esta estimación es aún inferior a los datos reales, dado que en los últimos años han aumentado las jubilaciones anticipadas de médicos que han preferido adelantar la finalización de su carrera profesional ante el deterioro imparable de sus condiciones laborales y de la Sanidad en Navarra.
Como consecuencia directa, el recambio generacional no está garantizado en nuestra Comunidad. Desde hace varios años, en algunas especialidades y en ámbitos como la Atención Primaria, es ya una realidad que se va extendiendo de forma cada vez más acelerada. Lo que hace un tiempo era una falta de sustitutos, hoy en día se ha convertido en una carencia permanente y establecida de las plantillas que se quedan sin cubrir.
Si al inicio de la crisis sanitaria por la COVID-19, entre un 7-10% de las plazas de facultativos en Atención Primaria estaban sin cubrir; en este momento más de 35 plazas de la plantilla fija de Atención Primaria y del Servicio de Urgencias Extrahospitalarias están en esa circunstancia, y no incluimos aquí el incremento de plantilla de facultativos que debía haberse producido para apoyar la asistencia durante la crisis,
La Administración debe dignificar y prestigiar las Jefaturas Asistenciales. Desde la unificación del CHN en que se intentó, de forma falazmente transitoria, elegir jefaturas mediante libre designación, hasta los nombramientos por “concurrencia competitiva” o mediante nombramientos provisionales no ajustados a normativa, los intentos de la Administración por controlar a estos facultativos han sido constantes.
Un jefe asistencial (Jefe de Servicio o Jefe de Sección) es una figura clave en la atención sanitaria, no solo a nivel organizativo sino también en tareas de planificación, docencia, garantías de seguridad asistencial y control de demoras. Además, el desarrollo de su proyecto de gestión debe extenderse durante varios años y no verse condicionado por criterios políticos.
Todos los puestos de responsabilidad deberían pasar por una selección sometida a criterios de igualdad, mérito y capacidad, con retribuciones acordes a la naturaleza de su trabajo y liberación de tareas asistenciales proporcional a la magnitud de sus obligaciones organizativas.
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