El uso de la inmunoterapia en el cáncer no es una estrategia nueva, como pueda parecer por el reciente desarrollo de los fármacos oncológicos que bloquean puntos de control inmunitario (inhibidores de checkpoint).
Entre las estrategias pioneras para espolear al sistema inmune como una potente herramienta de lucha contra el cáncer se encuentran las vacunas, estimuladoras inmunológicas por excelencia. Y, de hecho, la primera inmunoterapia contra el cáncer aprobada por la agencia del medicamento estadounidense FDA es la vacuna contra la tuberculosis BCG. Administrada por vía intravesical, es desde hace más de cuarenta años el tratamiento de primera línea en el cáncer de vejiga no músculo invasivo (Nmibc, en sus siglas inglesas) de alto riesgo.
Sin embargo, la vacuna no es eficaz en aproximadamente el 40% de los pacientes, y se estima que la mayoría de los que sufren episodios de recurrencia después del tratamiento con BCG progresan a tumor T2 (con invasión muscular); en ese punto de la enfermedad, la cistectomía radical es prácticamente la única opción terapéutica.
En un estudio coordinado por el investigador Nacho Aguiló, del Grupo de Genética de Micobacterias del Departamento de Microbiología y Medicina Preventiva que dirige Carlos Martín en la Universidad de Zaragoza, ya se ha demostrado la capacidad de la candidata vacunal contra la tuberculosis MTBVAC como agente inmunoterápico para el cáncer de vejiga en un modelo experimental.
MTBVAC es la candidata vacunal para la TB construida en la Universidad de Zaragoza (Unizar) por este equipo científico y que tras más de dos décadas de investigación se encuentra de lleno en la fase III de ensayo clínico.
Al igual que la centenaria BCG, utiliza una forma viva atenuada de la micobacteria causante de la enfermedad (en concreto el patógeno humano Mycobacterium tuberculosis), un hecho que podría ser clave para obtener efectos beneficiosos más allá de la prevención de la TB, y que estos científicos exploran, entre otras enfermedades, en el cáncer de vejiga.
Ahora estos investigadores dan un salto “cualitativo” con un nuevo estudio que se publica hoy lunes en Journal for ImmunoTherapy of Cancer, la revista de mayor impacto en la inmunoterapia de cáncer. Así lo considera su autor principal, Nacho Aguiló, quien destaca a DM que “vamos un paso más allá en nuestra investigación, pues nos hemos centrado en uno de los problemas reales que se producen con el tratamiento de BCG y el cáncer de vejiga: hay un grupo de pacientes, entre el 30-40%, que no responden a esta vacuna, y en la mayoría de esos casos, para evitar recidivas la opción es la cistectomía, con todo lo que ello implica de morbilidad posoperatoria y pérdida de calidad de vida”, recuerda el científico.
En 2020, un inhibidor de checkpoint, el anti PD-1 pembrolizumab recibió la aprobación por parte de la FDA para administrarse en los no respondedores a la primera línea terapéutica con BCG. El fármaco exhibe una eficacia modesta (20% de los pacientes tratados en remisión al año). En esos pacientes también se recurre al quimioterápico valrubicina, con una tasa de respuesta aún más modesta (16% sin enfermedad durante doce meses), lo que justifica la necesidad de encontrar mejores tratamientos antes de optar por la extirpación.
Con ese objetivo, los investigadores de la Unizar han puesto a punto un modelo de ratón de cáncer de vejiga resistente al tratamiento con BCG. Aquí han comprobado que la candidata vacunal MTBVAC es un estimulador del sistema inmunológico superior a BCG. En este modelo experimental de tumor de vejiga, la BCG no funcionaba en ningún caso, mientras que en MTBVAC lo hacía en un 60-70% de los animales.
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