Se abre la puerta a una nueva vía de trasmisión de los virus gastrointestinales, como el norovirus y el rotavirus: la saliva, según un nuevo trabajo que ha constatado trasmisión en ratones a través de este fluido. Las conclusiones aparecen en el último Nature en una investigación llevada a cabo por investigadores del National Heart, Lung and Blood Institute, de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), de Estados Unidos.
Este trabajo describe una ruta de transmisión en principio no demostrada hasta ahora para este grupo de virus, lo que puede dar lugar, según los autores, a que sea necesario pensar en nuevas estrategias para tratar de contener la propagación de los mismos.
Los virus gastrointestinales, también denominados entéricos, causan dolores de estómago, vómitos y diarrea, y su vía hasta ahora conocida de transmisión es la ruta fecal-oral, de modo que los virus en las heces de un huésped ingresan a otro individuo, a través de alimentos contaminados, por ejemplo, se replican en su intestino y luego se deprenden a través de las heces, continuando el ciclo de replicación.
Los norovirus son la segunda causa vírica más frecuente de gastroenteritis, después de los rotavirus, según explica Santiago Melón, jefe de Laboratorio de Virología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). "Son virus de pequeño tamaño, sin envuelta y que resisten bastante bien a las condiciones externas, por eso pueden permanecer tiempo en superficies", precisa este experto.
Vía constatada en modelo animal
Aunque se ha detectado ARN genómico de virus entéricos en la saliva de individuos infectados, tales observaciones han sido atribuidas a contaminantes intestinales. Sin embargo, Nihal Altan-Bonnet y su equipo de Biología Molecular del citado instituto han presentado evidencia de que los virus entéricos infectan glándulas salivales de ratones y que la saliva puede trasmitir la infección de unos individuos a otros.
Los investigadores observaron que unos días después de que las crías de ratón fueran inoculadas con norovirus murino o rotavirus, sus madres también mostraron signos de infección.
Así, se encontró ARN genómico de norovirus murino y rotavirus en las glándulas mamarias de las madres, lo que indica que este puede ser el sitio de replicación del virus entérico y, por lo tanto, el contacto derivado del amamantamiento la ruta de trasmisión.
Santiago Melón considera que a pesar de que se pueda plantear la trasmisión por contacto de un individuo a otro "realmente la vía de trasmisión habitual es la fecal-oral; no es tan extraño que este tipo de virus, como otros, pueda trasmitirse por contacto pero el contacto tiene que ser muy, muy estrecho. Y suelen cursar en brotes".
Así, recuerda un episodio vivido hace unos años en un partido de rugby en el que uno de los equipos participantes estaba infectado por un norovirus resultado de haber ingerido algún alimento contaminado "y fueron contagiados también los integrantes del otro equipo por ese contacto estrecho que se produjo”, recuerda el profesional.
Siguiendo con el nuevo estudio de Nature, en el caso de los ratones adultos observados en la investigación se demostró que algunas cepas de norovirus murino o rotavirus, aunque no todas, se replican en las glándulas salivales y la inoculación en cachorros de saliva de adultos infectados condujo también en ellos a la infección.
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