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lunes, 1 de marzo de 2021

Solucionar los problemas de la Pediatría actual para encarar un futuro mejor

Opinión
franciscogoiri
Lun, 01/03/2021 - 09:55
Elecciones presidenciales en la AEP
Por primera vez un candidato a la Presidencia de la Asociación Española de Pediatría es un especialista de primaria (FOTO: DM).
Por primera vez un candidato a la Presidencia de la Asociación Española de Pediatría es un especialista de primaria (FOTO: DM).

Los pediatras españoles afrontamos un reto importante el 4 de junio de 2021: decidir quién liderará las decisiones en la Asociación Española de Pediatría (AEP), la asociación pediátrica nacional más importante, con más de 14 000 socios. La AEP ha sido, es y deberá ser siempre la casa común de todos los pediatras en España, donde todos y cada uno de ellos tengan cabida y se sientan representados, valorados y defendidos.

Estas elecciones tienen una particularidad: por primera vez, un candidato a presidente es pediatra de atención primaria. No debería ser algo remarcable, cuando primaria constituye el ámbito más común donde trabajamos la mayoría de nosotros. Sin embargo, históricamente, este peso de la Pediatría de primaria en el conjunto de la Pediatría no ha tenido su equivalencia en los puestos directivos de la AEP, y nunca en la Presidencia. El motivo no es sencillo de explicar; quizá una opinión equivocada de una menor complejidad en su desempeño o una menor importancia de su misión.

Luis Carlos Blesa, candidato a presidir la AEP.
Luis Carlos Blesa, candidato a presidir la AEP.

Nada más lejos de la realidad, el modelo pediátrico español, de reconocido prestigio más allá de nuestras fronteras, con evidencias científicas francas de su mayor eficacia, efectividad y eficiencia respecto a otros modelos sanitarios, y especialmente valorado por las familias de nuestras niñas, niños y adolescentes, se basa en la presencia de especialistas pediatras en los centros de salud, consultorios y clínicas de primaria y en los servicios pediátricos específicos de los hospitales, tanto en los más pequeños o comarcales, como en los más complejos y de referencia autonómica o nacional. La explicación es fácil, los pediatras somos los profesionales médicos mejor formados y preparados para la atención integral de la infancia y adolescencia.

Defender este modelo es prioritario y urgente, es un problema real del pasado reciente, del presente y, si no se soluciona con rapidez, lo será de forma definitiva en el futuro, muchos años ya denunciado y anticipado por nuestro colectivo, especialmente por las sociedades científicas pediátricas de primaria, englobado en la desatención y la falta de inversión que ha sufrido el conjunto de la sanidad, y particularmente la primaria, en todo el país, sobre todo en los últimas dos décadas.

Por  primera vez en la historia de la AEP, un candidato a presidente es pediatra de AP

Nuestros gestores, de uno y otro color, no han querido escucharlo ni implementar las medidas necesarias para su solución, o cuanto menos, para evitar su progresión inexorable. En estos momentos, el peligro es máximo y próximo en el tiempo, pues no somos capaces de visualizar la reversión mientras se mantengan las condiciones presentes. Necesitamos una visión distinta desde la AEP, que exija en todos los ámbitos los cambios y las mejoras necesarias para impulsar y atraer a nuestros compañeros pediatras más jóvenes hacia todas las parcelas pediátricas.

Ahora bien, que un pediatra de primaria acceda a este puesto de responsabilidad máxima, no persigue un ánimo de confrontación o de desplazamiento. La atención hospitalaria también tiene sus problemas específicos, a los que habrá que seguir dedicando una atención fundamental.

La Pediatría es global y compleja, con una gran dependencia e interacción mutua entre primaria y la atención hospitalaria; su coordinación y entendimiento son básicos para el ejercicio de nuestra profesión. Es más, una pediatría pública potente y completa, con unos adecuados recursos humanos, tecnológicos y económicos, puede convivir y potenciarse recíprocamente con la pediatría privada, opcional y voluntaria para aquellas familias que así lo deseen.

Todos nosotros, trabajadores del sector público o fuera de él, en el centro de salud, el hospital, la policlínica o la consulta particular, en el medio urbano o en el rural, somos importantes y necesarios; nos complementamos. La salud infantojuvenil depende del conjunto que representamos. Unidos siempre nos irá mejor que por separado y, por supuesto, seremos mucho más fuertes.

Tengo el privilegio de encabezar una candidatura extraordinaria y plural, compensada y representativa de la diversidad pediátrica, con calidad, experiencia, capacidad de trabajo e ilusión máxima, que sabrá liderar y dirigir esta ardua tarea de reconducir una preocupante y peligrosa situación actual que nos permita encarar un futuro más esperanzador y satisfactorio para la salud y el bienestar de la infancia y adolescencia. Honestidad, transparencia y capacidad de trabajo son premisas mínimas que os ofrecemos, como no puede ser de otra forma.

Gestores de uno y otro color obvian la exigencia de defender nuestro modelo pediátrico

Preferiría que mis cualidades personales fueran expuestas por otros compañeros, pero, si he de hacerlo yo, con modestia y humildad, destacaría mi labor como integrante de numerosos grupos de trabajo y comités profesionales. Trabajar en equipo es algo que me apasiona y me motiva para dar lo mejor de mí mismo, a veces como coordinador del proyecto y otras veces como un integrante más. Los que me conocen más de cerca sabrán también de mi pasión por la docencia y la investigación, sin dejar de lado la faceta asistencial.

Durante mis casi 30 años de profesión médica y, como muchos de vosotros, a veces por decisiones propias y otras por motivos ajenos a mí, he ejercido la profesión pediátrica en ambulatorios, centros de salud y policlínicas, en diferentes hospitales públicos y privados, desarrollando mi labor como especialista en primaria, pero sin abandonar mi especialidad de Digestivo y Nutrición Infantil, siempre presente en mi trabajo. Todo ello lo considero muy provechoso y formativo, pues me ha permitido en primera persona ver la Pediatría con la visión integral y global a la que antes hacía referencia.

Puedo aportar mi experiencia y mi papel como presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP) durante los últimos 4 años. Con un equipo y un proyecto similares al actual, pero a nivel autonómico, creemos haber logrado muchos de los objetivos que nos impusimos al inicio de nuestro mandato. De lo que más orgullosos nos sentimos, dentro de nuestras limitadas posibilidades de acción, pero reflejo del excelente trabajo realizado por los miembros de mi junta directiva, es del aumento del apego y del sentimiento de pertenencia a la SVP que tienen ahora los pediatras valencianos.

Trasladar esos logros al conjunto de la AEP será una de nuestras mayores preocupaciones. Os podemos prometer, si así lo decidís, que esfuerzo, dedicación y compromiso nunca faltarán. Tengo la inmensa fortuna de estar rodeado de unos compañeros estupendos que, a sus muchos méritos profesionales, unen otras cualidades para mí imprescindibles: humildad, capacidad de trabajo en equipo, compañerismo, sinceridad y sentido crítico constructivo, que nos harán mejorar constantemente y huir de la autocomplacencia.

Apego a la sociedad científica

La mejora de la profesión, el aumento de nuestra presencia y relevancia en la comunicación con las familias, las instituciones y la sociedad en general, el reconocimiento de las áreas de capacitación específicas (ACEs) de la Pediatría, la potenciación de la formación, la docencia y la investigación en todos los ámbitos asistenciales -por supuesto, en el fundamental del periodo MIR-, el aumento de la coordinación atención primaria-atención hospitalaria, el trabajo conjunto con la Enfermería Pediátrica y otros estamentos sanitarios, el aumento de las relaciones con otras sociedades científicas nacionales e internacionales, y favorecer el apego e identificación que todo pediatra sienta por la AEP, entre otros, serán objetivos irrenunciables.

Este proyecto no es personal. Nuestro mayor activo es el conjunto, la ilusión y el empuje que gran parte de la Pediatría ha depositado en nosotros, para potenciar y consolidar los logros y aciertos de anteriores juntas directivas, que los ha habido y muchos, pero también para proceder a los cambios necesarios para que la AEP tenga una sensibilidad diferente hacia otros temas que, hasta el momento, han sido menos exitosos en su gestión. Parte destacada tendrán las sociedades regionales y especializadas que forman la esencia de nuestra asociación.

Renovarse y cambiar hacia mejor, sin renunciar a todo lo positivo que ya tiene nuestra AEP, será nuestra mentalidad. El primer paso, antes del 4 de marzo, solicitar la credencial para votar. Después, si te identificas con nuestro proyecto, Un paso necesario, nuestra candidatura, será tu decisión.

Off Luis Carlos Blesa. Pediatra y candidato a la Presidencia de la Asociación Española de Pediatría (AEP). opinión opinión opinión Off

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