La sordera súbita afecta al oído interno, provocando la pérdida de audición en cuestión de días. Sus causas pueden ser fenómenos isquémicos con pérdida de riesgo sanguíneo en los pacientes de más edad o, más frecuentemente, infecciones víricas. Por este motivo, y debido a que la covid-19 también es provocada por un virus, el SARS-CoV-2, desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) pensaron que era probable que este nuevo virus pudiera causar más casos de sordera súbita de los esperados. Desde la comisión de audiología de la Sociedad, y bajo la dirección de Mª José Lavilla, surgió un proyecto de registro nacional de casos de sordera súbita que tuvieran que ver con la covid-19, al que ya se han unido 69 hospitales. "Estamos observando que durante 2020 ha habido una serie de casos de sordera súbita asociados a covid que tenemos que definir caso a caso si esa asociación es coyuntural o si realmente es causal", ha comentado a este periódico Guillermo Plaza, uno de los autores del registro.
"Es pronto para decir si los casos son debidos a la covid-19 o si la covid-19, como pandemia que ha modificado nuestra pautas de conducta (hacer menos ejercicio, aumentar el estrés y el insomnio), ha podido producir un aumento de los casos de sordera súbita", comenta Plaza.
El estudio de los datos, además de analizar los casos producidos en 2020, durará tres años para hacer seguimiento en 2021, 2022 y 2023 tanto a los pacientes que se infecten en este tiempo por el SARS-CoV-2, como aquéllos que padezcan sordera súbita. "Nuestro objetivo es conseguir un registro amplio prospectivo que nos ayude no sólo a conocer la relación de la sordera súbita con la covid-19 sino conocer más la sordera súbita en sí misma, porque es una enfermedad rara, desconocida para muchos médicos y personas".
Una de las diferencias que han encontrado entre los casos de sordera súbita relacionados con covid-19 es el fenotipo de pacientes. El paciente típico de esta enfermedad, sin tener nada que ver con la covid-19, es varón, de 60 años, hipertenso o con algún factor de riesgo cardiovascular como la diabetes, lo que hace que tenga un componente isquémico. Sin embargo, los casos de sordera súbita en pacientes con covid-19 es un perfil más joven, de ambos sexos y sin factores asociados de hipertensión o diabetes. "Pensamos que el tipo de paciente que asocia sordera súbita a la covid-19 no es el paciente estándar que asocia la sordera súbita a otros factores de riesgo que no sean la covid".
El experto es prudente: "Todo indica que puede ser una consecuencia de la covid-19, pero hacen falta más datos antes de aseverar que la covid tiene relación o no con la sordera súbita. Estamos estudiando esta patología que es nueva y muy desalentadora porque tiene muchas consecuencias y hay que saber si la sordera es debida a ella o asociada a ella".
El amplio abanico de síntomas de la covid-19 hace que cualquier cosa pueda ser un síntoma, aunque según el experto es arriesgado decir que la sordera súbita es uno de ellos con los datos actuales. "El paciente que tiene covid tiene tantos síntomas que la sordera se nos olvida. Debemos ser conscientes de preguntarle al paciente cómo tiene la audición cuando tiene covid".
Tratamiento de la sordera súbita
El principal tratamiento para este tipo de sordera son los corticoides, principalmente por vía oral, aunque, según explica el experto, en los casos graves se puede administrar de forma intravenosa y en determinados casos seleccionados de forma individual se aplica de forma intratimpánica para que se absorba del oído medio directamente al oído interno.
Otra alternativa terapéutica es la cámara hierpárica. "Se ha demostrado que se puede recuperar la audición en pacientes que no han respondido a corticoides o incluso en un tratamiento inicial, si uno tiene a su alcance una cámara hiperbárica que no es tan común como los corticoides", ha dicho Plaza.
Sin embargo, la ventana terapéutica para revertir la sordera es corta, tan solo de 7 o 10 días. "Si en esos días instauramos medidas eficaces conseguiremos que muchos pacientes recuperen la audición", apunta el experto.
En pacientes con covid-19, en la mayoría de los casos el diagnóstico es tardío debido a la atención que se pone en otros síntomas más graves y por tanto no se puede curar. "Por eso hay que sensibilizar que un síntoma más de la covid podría ser la sordera y que si se diagnostica precozmente se puede tratar, pero aproximadamente más de la mitad de los pacientes no recuperan la audición".
Prevalencia en España
La Organización Mundial de la Salud acaba de publicar un informe con motivo del día Mundial de la Audición, que se celebra el 3 de marzo, en el que asegura que en 2050 una de cada cuatro personas tendrá problemas de audición. Y destaca la "necesidad de actuar con rapidez para prevenir y resolver las pérdidas auditivas, invirtiendo y ampliando el acceso a los servicios de atención otológica y a la pérdida de audición".
En palabras de Plaza, la pérdida de audición "va a ser un problema creciente". En España hay cuatro millones de personas con hipoacusia "y muy pocos se pueden permitir un audífono", ya que no están subvencionados salvo para los menores de edad. Por ello aboga por "un plan a largo plazo que ayude a financiar esta adaptación auditiva que va a ser necesaria y masiva" y solicita a las instituciones sanitarias y al gobierno que plantee "un programa de subvenciones para estos pacientes que están abandonados sin audífonos".
La prevalencia de la sordera súbita oscila entre los 20-60 casos por cada 100.000 habitantes. "Es una incidencia similar a la de la enfermedad de Meniere o la otosclerosis, más conocidas y que todos tratan. La sordera súbita es la gran desconocida, tanto por pacientes que no consultan como por los médicos".
En cuanto a la prevención, hay estudios que asocian la hipoacusia a factores como el insomnio, la diabetes o la hipertensión y algunos incluso evidencian más casos en el ambiente urbano frente al rural. Pero el factor más fácil de combatir, según el experto, es la disminución de la exposición a ruido intenso. "Hay que concienciar desde la juventud en el uso de aparatos auditivos como los cascos en un uso moderado. Esto es importante no tanto en la intensidad como en la duración. No pensemos que un sonido intenso es lo peor para los oídos; puede ser peor un sonido no tan intenso que dure más".
"Hay que concienciar a la población de cuidar los oídos, son dos órganos que tenemos para toda la vida, no se regeneran y todo lo que hagamos va a dejar su huella en ellos".
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