La Sindicatura de Cuentas valenciana ha realizado una auditoría operativa de la gestión del personal sanitario por la Consejería de Sanidad en los ejercicios 2016 a 2019. El informe, resultado de la evaluación con criterios de eficiencia, eficacia y economía de esta materia en los departamentos de salud gestionados por la Consejería de forma directa, ha revelado una tasa de temporalidad de sanitarios muy elevada durante ese periodo -50% en atención primaria y 60% en especializada-. Sin embargo Sanidad, que ha presentado alegaciones al informe a través de la Dirección General de Recursos Humanos, la sitúa por debajo del 30% porque, en su opinión, no deben recogerse situaciones “como sustituciones, promociones internas, acúmulos de tareas y atención continuada”.
Según recoge la Sindicatura, “las limitaciones presupuestarias, con el consiguiente impacto en la tasa de reposición de efectivos durante los últimos ejercicios, y los plazos excesivamente dilatados en el tiempo en la gestión de los procesos selectivos, no han permitido a Sanidad alcanzar el objetivo de reducir la temporalidad en los colectivos de personal facultativo y Enfermería”.
Por ello, estas tasas han crecido significativamente en el periodo objeto de fiscalización y se sitúan por encima del 50% en atención primaria y del 60% en atención especializada, “muy lejos de la temporalidad en la sanidad pública a nivel estatal, que está cercana al 33%”.
Ante este enfoque, Sanidad señala a DM que “dado el régimen administrativo que regula el trabajo estatutario sanitario, defendemos que la temporalidad que debe considerarse a estos efectos es exclusivamente la interinidad, sin recoger sustituciones, promociones internas, acúmulos de tareas, atención continuada…(inevitables en el funcionamiento ordinario de una plantilla fija bien dimensionada), en cuyo caso la temporalidad quedaría por debajo del 30% y, por tanto, perfectamente comparable a la que se da a nivel estatal”.
El plan de personal, "ineficaz"
El informe de la Sindicatura de Cuentas apunta que la crisis ocasionada por la covid-19 ha obligado a las autoridades sanitarias “a adoptar numerosas decisiones en cuanto a contratación y asignación de recursos que están teniendo un impacto significativo en la gestión del personal sanitario”.
Sin embargo, y a pesar de la relevancia de estos hechos, no es objeto de esta auditoría evaluar la gestión de la pandemia debida a la covid-19 realizada por Sanidad, “ya que excede su ámbito temporal”.
Tras este apunte, señala que el principal instrumento de planificación en materia de personal sanitario, el Plan de Ordenación de Recursos Humanos, “ha resultado ineficaz para conseguir una adecuada dimensión de la plantilla de personal médico y de enfermería, para reducir la temporalidad de los contratos y para evitar el envejecimiento de la plantilla”.
En cuanto al grado de avance de las líneas de actuación previstas en el PORH 2019-2021, en la fecha del trabajo la Sindicatura no tenía “constancia de que Sanidad haya terminado de elaborar las ratios de referencia para el personal facultativo y el personal de enfermería y, en consecuencia, no se puede conocer cuál es la estructura objetivo de la plantilla de la Consejería y, en su caso, las necesidades reales de personal”.
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Precisamente, la pandemia de la covid-19 es el argumento empleado por Sanidad para matizar esta denuncia: “La elaboración e implementación del PORH se ha visto truncada por la aparición de la pandemia, por lo que, propiamente, más que no resultar eficaz, hay que interpretar que no ha llegado a tener la oportunidad de desplegar su eventual eficacia”, al haber padecido la paralización en sus líneas de diseño, trabajo y proyección, “dado el disloque de prioridades y efectivos que ha supuesto la situación de crisis sanitaria que todavía persiste”, señalan fuentes de Sanidad.
Impacto económico del refuerzo en atención primaria
El informe también presenta otros datos interesantes, que ya no han tenido respuesta o reflexión por parte de Sanidad. Por un lado, se apunta que “para absorber el exceso de tarjetas asignadas a determinados facultativos en atención primaria sobre los cupos recomendados por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (1.500 tarjetas asignadas para médicos de familia y 900 tarjetas para pediatras), sería necesario incrementar la plantilla de facultativos en medicina familiar y comunitaria y pediatría”. El impacto económico de esta medida supondría un incremento de los costes salariales estimado “en unos doce millones de euros al año”.
En esta línea, en octubre de 2020 Sanidad culminó la estrategia de refuerzo de atención primaria iniciada en febrero de 2019 por la Dirección General de Asistencia Sanitaria, “por lo que el déficit en atención primaria estimado por esta Sindicatura ya ha sido parcialmente compensado”.
Por otra parte, la tasa de facultativos especialistas en la Comunidad Valenciana (134 facultativos por cada 100.000 habitantes) es inferior a la media estatal (144) según datos del Ministerio de Sanidad. El posible ajuste podría requerir un incremento de la plantilla en 318 facultativos y 445 en personal de enfermería, “con un impacto anual de 46 millones de euros en gastos de personal”.
Asimismo, otra de la conclusiones del informe es que la proporción de puestos de atención continuada (guardias en atención primaria) que están ocupados de forma permanente durante todo el año es del 56,8% en medicina familiar y comunitaria, e incluso 296 de los 389 puestos han sido ocupados por una misma persona durante al menos doce meses en el periodo 2016-2019, “por lo que hay indicios suficientes para concluir que existen necesidades permanentes cubiertas por personal temporal y, por tanto, es posible que proceda la creación de plazas estructurales en la plantilla”.
El informe alerta de otro dato para estar atentos: en 2019, la edad media del personal facultativo era de 49,2 años y el porcentaje de profesionales que superan los 60 años se situó en el 23% del total de la plantilla, incluyendo tanto el personal con relación laboral fija como temporal. Resulta especialmente preocupante, “por las previsibles salidas por jubilación en los próximos años, la edad media del colectivo de facultativos de medicina familiar y comunitaria (58,9 años) con un 55,9% de ellos mayores de 60 años”.
El grado de envejecimiento entre el personal de Enfermería es ligeramente inferior, “pues la proporción global de mayores de 60 años baja hasta el 18% y la edad media se sitúa en 45,9 años”.
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