Javier Soldevilla Agreda es enfermero gerontológico y un experto en úlceras por presión y heridas crónicas desde 1994. Entonces decidió poner en marcha el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento sobre Úlceras por presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP) en respuesta a una necesidad sentida de conocimiento para el abordaje en primera instancia de este gran síndrome geriátrico, “donde confluía, junto al desconocimiento, una variabilidad en su abordaje preventivo y terapéutico y especialmente una invisibilidad interesada sobre un verdadero problema de salud pública evitable en la mayor parte de los casos”, asegura Soldevilla, que además de dirigir este grupo también es profesor de Enfermería Geriátrica en la E.U. Enfermería de Logroño (Universidad de la Rioja).
Desde este tipo de heridas crónicas, el director de GNEAUPP explica que se fue avanzando en el interés y la investigación sobre otras lesiones, especialmente heridas con escasa o nula tendencia a cicatrizar de forma espontánea y sobre las que también se cernía un escaso conocimiento epidemiológico, etiológico… “Nacimos fruto de una necesidad declarada por los profesionales sanitarios para encarar con criterios de calidad estos frecuentes procesos, de una manera distinta, basada en la evidencia científica que tan alejada había estado hasta fechas muy recientes”, explica.
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Veintisiete años después, GNEAUPP es un grupo multiprofesional que supera los 7.000 asociados entre España y América Latina. “Mayoritariamente está integrado por enfermeras, quienes hemos venido en nuestro entorno sosteniendo con autonomía la responsabilidad de la atención directa de estas heridas, pero nos enriquecen y engrosas sus filas miembros de distintas disciplinas como la Medicina (con varias de sus especialidades, como Cirugía Vascular, Endocrinología, Dermatología…), así como la podología, la nutrición, TCAES, etc.”.
-PREGUNTA: Los conocimientos en este campo no se cubren en el Grado de Enfermería. ¿Cuáles son las consecuencias?
-RESPUESTA: A pesar de los avances acaecidos en estos últimos años, seguimos entendiendo que el conocimiento que requiere el abordaje de las heridas -especialmente de las que son crónicas y complejas- en todos los contextos asistenciales no está suficientemente cubierto con la formación incluida en el Grado de Enfermería. Así se lo recordamos a los responsables universitarios, con propuestas concretas de asignaturas obligatorias u optativas sobre esta rica materia. Estas indicaciones y fórmulas de mejora son compartidas con organizaciones europeas en este ámbito, como la European Wound Management Association.
-P: ¿Hace falta más especialización en el Grado y posgrado?
-R: Falta la necesaria capacitación en este campo. Las amplias competencias enfermeras que se precisan para la atención de estos pacientes, no cubiertas como decíamos en la formación de Grado, ha visto una respuesta en la oferta y en la demanda de actividades de posgrado, que en la última década han aflorado en numerosas universidades, con convocatorias de sesudos y atractivos másteres oficiales y cursos de experto universitarios en heridas en sus distintas vertientes. Ello ha generado un número elevado de egresados expertos en su atención.
-P: ¿Cuántas enfermeras expertas en este campo hay en España y cuántas hacen falta? ¿Cuáles son las consecuencias de la falta de enfermeras con formación en esta área?
-R: Afortunadamente podemos presumir de la intervención de nuestro grupo científico en la hechura de la casi totalidad de la oferta posgraduada del país (y también al otro lado del océano). Enfermeras con máster o expertía en heridas complejas en nuestro país pueden superar sin duda el millar y todavía, al menos, se precisarían otras tantas para ir completando los escenarios como enfermeras referentes, líderes de clínicas-unidades de heridas o enfermeras de práctica avanzada (EPA), entre otros perfiles donde esta enfermera experta se necesita.
Desde el GNEAUPP se expide desde hace más de quince años un Certificado de Experto que acredita, con un riguroso sistema de méritos, la expertía de los profesionales con un elevado crédito por parte de los empleadores sanitarios, ante la inexistencia de una especialidad específica y oficial como existe en otros países de nuestro entorno.
-P: ¿Es suficiente la investigación enfermera en el campo de las úlceras y heridas? ¿Cómo se puede fomentar?
-R: La cantidad y calidad de investigaciones lideradas por enfermeras en torno a las heridas ha ido creciendo de una manera destacada en los últimos lustros. Competencias en investigación negadas durante mucho tiempo, pero ahora ganadas junto a una formación más recia en metodología de la investigación de nuestra disciplina. El número creciente de enfermeras doctoras ha contribuido a esta elevada producción científica.
-P: ¿Cuáles son las últimas novedades científicas para prevenir y curar las úlceras por presión y heridas crónicas?
-R: Al unísono con ese mayor conocimiento sobre las heridas, se ha prodigado una multiplicación de materiales preventivos y terapéuticos utilizados en las distintas lesiones y fases por las que transcurren. De apenas unas pocas opciones hace dos décadas, a centenares y millares de materiales que se emplean en estos momentos en estos pacientes, apoyados en investigación. Se ha experimentado un gran avance en el desarrollo de superficies especiales para el manejo de la presión, sistemas y herramientas de monitorización y registro de estas heridas complejas. Se trata de opciones avanzadas en el plano terapéutico, desde sistemas de vacío, factores de crecimiento, electroterapia, oxigenoterapia, roles de nutrientes en la cicatrización, antibacterianos y heridas. También hay nuevos marcos conceptuales en la génesis de lesiones por presión, cizalla, fricción y humedad, o el paradigma del biofilm en herida crónicas son solo algunas de las líneas abiertas de investigación y realidad consumada en el ejercicio especializado de esta atención.
-P: ¿Cuáles son los principales errores en los cuidados de las úlceras por presión y heridas crónicas?
-R: Todavía penden recomendaciones y utilización no contrastada porque siempre se ha hecho así en esta materia por parte de muchos profesionales. Las heridas han permitido y mantenido durante demasiado tiempo el cada maestrillo tiene su librillo, cuando únicamente los dictados científicos son los que deben sostener cualquier intervención. En este sentido, hemos dado a luz en los últimos años diferentes documentos científicos que recogidos en nuestra Biblioteca Alhambra sobre Que no hacer en heridas crónicas, tanto en adultos como en pediatría-neonatología, que señalan de manera didáctica lo que no debe de hacerse en numerosos escenarios preventivos y curativos, y todo ello dictado según las últimas evidencias disponibles.
-P: Celebran su próximo congreso en noviembre en Toledo, ¿qué novedades y últimos avances van a presentar?
-R: Después de tres aplazamientos por motivo de esta eterna pandemia, durante los días 10 al 12 de noviembre próximo, en formato presencial y también virtual, Toledo acogerá nuestro XIII Simposio Nacional. La idea es reunir cerca de un millar de profesionales sanitarios en torno a este mundo de las heridas, con un programa novedoso donde se exploran las arterias de prácticamente la totalidad de las distintas lesiones que integran esta familia de las heridas crónicas complejas (pie diabético, quemaduras como herida crónica, lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia, lesiones quirúrgicas, neoplásicas, etcétera). Desde heridas de guerra hasta el liderazgo de los últimos avances diagnósticos y terapéuticos a la presentación de numerosos documentos técnicos y de posicionamiento de nuestro grupo (Antibacterianos en Heridas Crónicas, Monitorización de heridas crónicas, el Dolor de las Heridas Crónicas, Abordaje en Tatuajes, Breve y fácil en heridas, etc ). Se trata de un programa denso con conferencias, mesas de debate, sesiones temáticas, más de seiscientas comunicaciones científicas aceptadas y un muy valioso escenario de exposición comercial con las últimas novedades en el mercado y simposios de la propia industria. Una cita que creemos que todos los amantes o interesados en este mundo no deben perderse.
-P: ¿Por qué decidió hacerse enfermero? ¿Y especializarse en Enfermería Geriátrica?
-R: Siempre existe un punto de inflexión que te acerca a una realidad y ese fue mi caso en un verano prólogo al inicio de mis estudios universitarios todavía por definir, cuando un trabajo en un centro geriátrico abrió de par en par una vocación desconocida hacia el poder cautivado del cuidar de los demás, después de tres largos días llorando de cansancio e impotencia y el encuentro con un equipo profesional que consiguió visibilizar ese gran trabajo de cuidar del grupo de los mayores de nuestra Sociedad. Me enseñaron la esencia de ese arte y quise ampliar mis conocimientos sumando ciencia a esa misión del cuidado de los ancianos, que ya nunca he abandonado. Una especialidad mayoritariamente no muy apreciada y a menudo denostada que he descubierto precisa de la mayor preparación, de actualización permanente y de una reválida de esa gran dosis de vocación que constituye la mitad de este ser enfermero gerontológico.
Después de más de tres décadas de ejercicio en este arte y ciencia del cuidado, no renuncio a esa aleación ni tampoco a ese componente inseparable de la vocación unida al conocimiento científico sobre una materia de enorme y creciente riqueza, justificado por el creciente número de mayores, pero especialmente por las diferentes y numerosas situaciones por las que atraviesan y necesitan de cuidados enfermeros, desde el envejeciente, al anciano sano, desde el anciano frágil hasta el gran dependiente.
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