La actividad quirúrgica de los hospitales paró en seco durante la primera y la segunda ola de la covid en 2020. Las cifras ministeriales muestran los estragos que teóricamente produjo este parón en las listas de espera. Sin embargo, el impacto de la covid podría haber sido mucho mayor de lo que reflejan las cifras a primera vista, ya que al incremento en las listas de espera oficiales se añade la lista de espera invisible de los que no llegaron a ser diagnosticados y no entraron en las listas de espera oficiales, por no haber tenido acceso a consultas para su diagnóstico. Esta lista de espera invisible podría rondar las 500.000 personas, según se desprende de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad.
Concretamente en el primer semestre de 2020 la demora media para ser intervenido quirúrgicamente subió desde los 121 días hasta los 170 días en junio de 2020, aunque en el segundo semestre del año consiguió reducirse algo esta cifra hasta situarse de media en 148 días a diciembre de 2020.
La bolsa de pacientes en lista de espera, sin embargo, se redujo respecto a 2019, precisamente por ese enorme volumen de pacientes que probablemente no llegó siquiera a ser diagnosticado ni entró por tanto en lista de espera para ser intervenido.
Así, si en diciembre de 2019 había 704.997 pacientes a la espera de una intervención quirúrgica, es cifra fue menor, 685.175, en diciembre de 2020 pese a la covid.
Al analizar las cifras de actividad quirúrgica, sin embargo, puede observarse que este descenso en la bolsa de los que están sometidos a demoras se debe, en la práctica, a un menor volumen de diagnósticos ya que el número de entradas en la lista de espera se contrajo en más de 500.000 personas en 2020 respecto a los años anteriores.
Así, si en 2019 entraron en la lista de espera 2.469.230 personas (en línea con lo ocurrido también en 2018), en 2020 sólo hubo 1.977.099 personas a las que se les prescribió esa intervención quirúrgica programada y entraron en lista de espera, es decir en 2020 hubo 519.131 personas menos a las que se les indicó una intervención quirúrgica programada y que habrían pasado a formar parte de la lista de espera invisible para para ser operados, la lista de espera de los que ni siquiera han acudido al médico para ser diagnosticados ante el colapso del sistema sanitario que se produjo por la pandemia.
Las cifras ministeriales muestran también, de hecho, que la actividad quirúrgica real en las listas de espera se contrajo un 20% en cercad de 400.000 intervenciones: si en 2019 se realizaron 2.050.146 salidas de la lista de espera por haberse realizado ya la operación, en 2020 esta cifra se redujo a 1.647.303, es decir, unas 400.000 operaciones menos realizadas.
Es decir, pese a una menor actividad en 2020 (400.000 operaciones menos que en 2019) la lista de espera oficial no creció respecto al año anterior (704.997 personas en espera en 2019 e incluso menos, 685.175 en 2020) como consecuencia del importante número de personas que no llegaron siquiera a ser diagnosticadas y no entraron a formar parte de la bolsa de pacientes en espera oficial (las entradas en la lista se redujeron en más de 500.000 personas).
Impacto desigual por autonomías
Por otra parte, los datos ministeriales de listas de espera muestran un impacto desigual en las demoras por autonomías. Si la media nacional se sitúa en los 148 días de espera para un intervención quirúrgica, esta cifra llega a alcanzar los 286 días en el caso de Castilla-La Mancha, los 188 días en Andalucía, los 180 en Aragón, los 175 en Extremadura, los 155 en Cataluña, los 145 de Cantabria, los 152 en Castilla y León o los 151 en Canarias.
Por debajo ya de la media nacional de 148 días de demora media para ser intervenido se situarían Baleares (135), Ceuta (126), la Comunidad Valenciana (125), Murcia (98), Navarra (93), Madrid (80), Rioja (75), Galicia (73), País Vasco (68), Asturias (60) o los 40 de Melilla. Así, la demora media de algunas autonomías, como Castilla-La Mancha llega a casi quintuplicar la de otras como Asturias.
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Casi 100 días para primera consulta de especialista
En el caso de las consultas de especialidades, las cifras ministeriales muestran que los pacientes esperaron a cierre de 2020 hasta 99 días de media para tener su primera consulta con un especialista, frente a los 88 días de media registrados en diciembre de 2019.
Las cifras en esta ocasión no registran las nuevas entradas y las nuevas salidas de la lista de espera para consulta, lo que impide ver con claridad la potencial lista de espera invisible para consultas, pero teniendo en cuenta la bolsa de pacientes a la espera de una consulta, ésta se habría reducido en 2020 en algo más de 400.000 personas.
La demora media para ser atendido por primera vez por un especialista es también muy desigual según las autonomías, desde los 152 días de media de Cataluña los 147 de Aragón o los 134 de Canarias, a tan sólo 30 en País Vasco, 37 en Asturias o 40 en La Rioja.
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