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lunes, 3 de abril de 2023

Aumenta, de forma preocupante, el cáncer de colon en adultos jóvenes

Oncología
raquelserrano
Lun, 03/04/2023 - 08:00
Más casos entre menores de 40 y de 50 años
La incidencia del cáncer de colon aumenta; también en poblaciones de menor edad. Foto: DM.
La incidencia del cáncer de colon aumenta; también en poblaciones de menor edad. Foto: DM.

Las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) indican que en 2023 se diagnosticarán 43.000 personas de cáncer colorrectal. La incidencia en España ha ido aumentando en los últimos años y además de prevé un incremento marcado a partir de 2030. Dentro de estas estimaciones, uno de los aspectos que en estos momentos más preocupa a los profesionales dedicados a su abordaje es el aumento del cáncer de colon en población menor de 50 años.  

"Está aumentando de forma preocupante. Estamos viendo más diagnósticos en esta población y nos preocupa especialmente el subgrupo de menores de 40 años. Se observa un patrón diferente de la enfermedad. Parece además que está habiendo un retraso en los diagnósticos porque en estas franjas de edad un sangrado no se atribuía, inicialmente, a un cáncer de colon sino a otro tipo de patologías más benignas. Sin embargo, un sangrado o clínica digestiva en una persona menor de 40 o 50 años, debe mantenernos en alerta", indica Reyes Ferreiro Monteagudo, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Se desconoce actualmente, aunque ya se está estudiando, la causa o causas de este aumento. Las primeras sospechas, no obstante, se centran en la influencia del estilo de vida occidental -más sedentario, con tendencia al estreñimiento, con una dieta baja en fibra y rica en carne roja y productos procesado-, aunque ya están haciendo estudios preliminares que deriven a edades precoces, relacionados toma de antibióticos en la infancia, así como influencia de otros factores en los primeros años de vida –incluso desde si el parto es por vía vaginal o cesárea-, entre otros.  Se contemplan también otro tipo de procesos inflamatorias que puedan condicionar con el paso del tiempo alteraciones en la mucosa intestinal.  

La oncóloga ha participado en la IV edición de la Escuela de Pacientes de Cáncer Colorrectal, organizada en este hospital con motivo del Día Mundial de esta patología que se ha celebrado este fin de semana. Se trata de una iniciativa pionera cuyo objetivo entre otros, es promover y potenciar el papel activo del ciudadano en el cuidado de su salud y en la autogestión de su enfermedad; mejorar hábitos y estilos de vida de pacientes, cuidadores y ciudadanos, el cumplimiento terapéutico y la utilización de recursos y servicios sanitarios.

'Encender la bombilla'

Ante el aumento de la incidencia de esta enfermedad, los profesionales consideran que pueden ser útiles ciertas medidas o estrategias para equilibrar la situación.

Según Ferreiro, en primer lugar, y antes del diagnóstico precoz, que es fundamental, es promocionar hábitos de vida saludable. "Sabemos que hay factores de riesgo asociados al cáncer colorrectal como el estreñimiento, el sedentarismo, la dieta pobre en fibra y rica en carne procesada, el consumo excesivo de carne roja. Estos hábitos se deben trabajar y variar antes de llegar al diagnóstico". 

Reyes Ferreiro, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Foto: RYC.
Reyes Ferreiro, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Foto: RYC.

Pero, por supuesto, es decisivo un diagnóstico precoz, ya que hay personas de 40 años que aún teniendo hábitos de vida favorables desarrolla cáncer de colon. "Lo importante es, por tanto, consultar en cuanto haya síntomas. Todos debemos tener la 'bombilla encendida' de que, aunque una persona sea joven o no, la posibilidad de cáncer de colon está ahí. La detección temprana es decisiva porque tiene impacto en supervivencia, así como en las potenciales secuelas derivadas de los tratamientos".

En este sentido, la oncóloga subraya la necesidad de que el cáncer de colon sitúe la concienciación en el mismo rango de otras patologías, que como el cáncer de mama, por ejemplo, tienen un impacto social y mediático exitoso.

"En España, este tumor no tiene esa misma visibilidad cuando, si juntamos hombres y mujeres, es el tumor con mayor incidencia. Los profesionales que nos dedicamos a esta patología, medios de comunicación y, por supuesto, asociaciones de pacientes, tenemos por delante una labor fundamental: dar a conocer esta enfermedad y, por supuesto, estandarizar a nivel nacional los programas de detección precoz, cuya implantación es aún desigual entre las distintas comunidades autónomas". 

Medicina de precisión en marcha 

En lo que se refiere a innovación terapéutica en oncología médica -asociado además con tratamientos quirúrgicos y radioterapia-, Ferreiro considera que se está avanzando mucho en medicina de precisión, que una de las base del futuro. 

"Dentro de lo que es una misma enfermedad, no todos los pacientes se tratan igual. Se hacen estudios  dirigidos, con análisis moleculares de cada tumor para que los 'apellidos' de cada uno de ellos orienten del tratamiento más adecuado". 

La oncóloga también destaca como avance en los últimos años, en enfermedad localizada, y sobre todo en patología del recto -que en ocasiones, implica cirugías más agresivas con empleo de ostomía-, los tratamientos intensivos previos a la cirugía con el objetivo de que en aquellos pacientes que presenten una respuesta completa, realizar estrategias de preservación de órgano.

"A día de hoy, las terapias se basan en el empleo de quimioradioterapia y quimioterapia, aunque es muy esperanzador el papel de la inmunoterapia, sobre todo en pacientes con inestabilidad de microsatélites. Hay varios estudios, como el Niche presentado en ESMO, que señalaban la alta tasa de respuestas en pacientes inestables con inmunoterapia. Esta estrategia también se ha empezado a estudiar en pacientes sin inestabilidad de microsatélites". 

Desde el punto de vista de la prevención, uno de los mensajes clave que debe transmitirse a la sociedad es la importancia de adoptar hábitos de vida saludables, a lo que le seguirían el diagnóstico precoz y la implantación igualitaria y extendida de los programas de cribado, según Ferreiro.

Las pautas nutricionales y hábitos de vida adecuados no solo se considera esenciales como preventivos sino que siguen siendo de vital importancia cuando el cáncer colorrectal ya es un hecho. 

Patrón de dieta mediterránea  

Diversos estudios, publicados en revistas internacionales, relacionan la dieta, el estilo de vida y el ejercicio con el cáncer de colon.

En primer término y en líneas generales, concluyen que se necesitan más ensayos clínicos para tener una evidencia más sólida, pero desde luego, y coincidiendo con Ferreiro, María Garriga, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, quien también ha participado en la escuela de pacientes celebrda en este hospital, considera que "la piedra angular de las modificaciones del estilo de vida para el cáncer colorrectal consiste en promover un estilo de vida activo con una dieta bien balanceada y moderar o eliminar la ingesta de carnes procesadas y alcohol".

Así, los hábitos saludables, antes de llegar al diagnóstico, son esenciales para prevenir el desarrollo de cáncer colorrectal. Pero, con respecto a las pautas nutricionales más adecuadas cuando la enfermedad ya está instalada, Garriga señala que se recomienda se recomienda que los pacientes sigan un patrón de dieta mediterránea, "asegurando una buena ingesta de proteínas para evitar la pérdida de masa muscular, que es muy frecuente en ellos”.

La pérdida de masa muscular, explica la profesional, se asocia con frecuencia con aumento de la producción de citocinas proinflamatorias. "Para optimizar la síntesis proteica, además de consumir suficiente proteína, es importante la optimización antioxidante -asegurar una buena ingesta de fruta y verdura-, la optimización antiinflamatoria -consumo de omega 3; por ejemplo  pescado azul- y el ejercicio. También es muy importante una buena hidratación a lo largo del día".

María Garriga, del Servicio de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Foto: RYC.
María Garriga, del Servicio de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Foto: RYC.

Desde luego, la alimentación varía según la localización tumoral específica; la zona del intestino donde esté localizado el tumor, así como si tienen o no una ostomía. "Según el tratamiento que reciban y los efectos secundarios, pueden presentar diarrea o estreñimiento, flatulencia…, por lo que la dieta debe ir adaptándose a cada circunstancia. También se debe adaptar la dieta si presentan mucositis, alteraciones relacionadas con el sabor de los alimentos, como la disgeusia o ageusia, náuseas o vómitos, entre otros".

Garriga señala que, evidentemente, una adecuada nutrición apoya el proceso oncológico y favorece la recuperación. "Un buen estado nutricional puede ayudar a optimizar la eficacia del tratamiento y a tolerar mejor los efectos secundarios derivados del mismo. Por el contrario, la malnutrición puede tener un impacto negativo en la evolución y un peor pronóstico". 

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Adoptar hábitos saludables de vida suponen una de las formas de prevenir una patología cuya incidencia sigue creciendo. Off Raquel Serrano. Madrid Aparato Digestivo Cirugía General y del Aparato Digestivo Oncología-Radioterápica Farmacología Endocrinología Psicología Medicina Preventiva y Salud Pública Off

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