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domingo, 7 de marzo de 2021

Las tres mellizas

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Dom, 07/03/2021 - 12:06
Curiosidades médico-lingüísticas
Las tres mellizas
Ana, Teresa y Elena: las tres mellizas de Roser Capdevila.

Como derivados del latín gemĭnus (dos iguales, doble, duplicado, en número de dos) tanto ‘gemelo’ (latín gemellus, diminutivo de gemĭnus) como ‘mellizo’ (también de gemellus, a través del latín vulgar gemellicius y el castellano antiguo emellizo) se entienden normalmente entre nosotros como referidos a los nacidos en un parto doble. Dos mellizas, pues, es lo esperable; no una ni tres ni cuatro: dos y solo dos.

Las tres mellizas, no obstante, es el título de una famosa colección de historias infantiles concebidas por la escritora e ilustradora infantil Roser Capdevila a partir de 1983. Las protagonistas son unas traviesas trillizas idénticas (claramente inspiradas en las trillizas de la propia autora: Anna, Helena y Teresa Batet Capdevila, nacidas en 1969). Las tres son tan tan parecidas que únicamente se diferencian por el nombre, el color de la ropa y algún rasgo de carácter: Ana, de azul, es romántica y dulce; Elena, que viste de verde, es glotona y siempre tiene hambre; Teresa, de rosa, es decidida y tiene madera de líder.

Si Ana, Elena y Teresa no son mellizas, sino trillizas, ¿por qué las llamamos *las tres mellizas*? La cosa nos viene del catalán, lengua en que se escribieron originalmente estas historias. La lengua catalana, igual que la castellana, distingue con claridad entre bessons (mellizos) y trigèmins (trillizos), pero Roser Capdevila optó por titular Les tres bessones en lugar de Les trigèmines para evitar que alguien pudiera asociar sus tiernos cuentos a la dolorosísima y molestísima neuralgia del trigémino.

Y sí, en catalán la explicación tiene cierta lógica. Pero no acabo de entender por qué se calcó esa solución cuando los relatos de Les tres bessones se tradujeron al español: ‘trillizas’ es una palabra preciosa en nuestra lengua, sin riesgo de que nadie la asocie a ningún lastimoso padecimiento, y además es más corto. De hecho, cuando las historias de las famosas trillizas catalanas hubieron de traducirse al inglés, las llamaron The Triplets (lógico: ¿se imagina alguien haber traducido *The Three Twins*?). Y lo mismo hicieron en Brasil (As Trigêmeas), en Suecia (Trillingarna), en los Países Bajos (De Drieling).

Mucho me temo, no obstante, que el desaguisado ya tiene mal remedio a estas alturas. La adaptación de los cuentos a dibujos animados para la televisión, con 104 capítulos en dos temporadas (1997-1999 y 2003) se tradujo a 35 lenguas y se emitió con éxito en 158 países, con lo que es, probablemente, la producción audiovisual catalana más exitosa de la historia. Me parece que, en español al menos, eso de las *tres trillizas* va para largo.

Fernando A. Navarro

Como derivado del vulgar 'gemellicius' (procedente a su vez de 'gemĭnus': dos iguales, doble, duplicado, en número de dos) el término "mellizo" se entiende normalmente en español como referido a los nacidos en un parto doble. Dos mellizas, pues, es lo esperable; no una ni tres ni cuatro. Off Fernando A. Navarro Off

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