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domingo, 7 de marzo de 2021

¿Qué problema hay con la vacuna de Oxford/AstraZeneca?

Carmen Fernández
carmenfernandez
Dom, 07/03/2021 - 09:00
Covid-19
Viales de la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca.
Viales de la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca.

Todos los focos están ahora, que parece que por fin dejamos atrás la tercera ola de la pandemia en España, sobre si el Ministerio de Sanidad se decide o no a autorizar la inmunización de mayores de 55 años con la vacuna de Oxford/AstraZeneca, algo que le han pedido que haga, entre otros, comunidades autónomas y el Consejo General del Colegio de Médicos. Éste último emitió el viernes un comunicado en el que le recrimina que no lo haya hecho aún, “a pesar de que tanto la Agencia Europea del Medicamento como la OMS no plantean ninguna limitación por edad por arriba, autorizándolas para mayores de 18 años. Tanto Alemania como Francia ya han rectificado su error inicial, ampliando su uso hasta los 65 años”.

¿A qué espera? Si hay algún motivo de peso para no autorizarlo, que lo haga público. La aprobación reglamentaria o autorización de uso en emergencia de las vacunas contra la covid-19 es un proceso tan excepcional como la necesidad a la que responde y, en éstas, el único camino es ser riguroso con la seguridad y efectividad pero, al mismo tiempo, pragmático.

Así lo entendieron desde el principio los organismos supranacionales y, por ello, la OMS y Chubb Limited (la mayor aseguradora del mundo de daños y bienes) firmaron el pasado 17 de febrero un acuerdo en nombre del Mecanismo COVAX para la administración de un programa de indemnización sin culpa dirigido a los 92 países y economías (ahí no están los estados más ricos, como es el caso de España) que pueden optar a apoyo a través del compromiso anticipado de mercado (AMC). “Este programa, el primer y único mecanismo de indemnización por lesiones debidas a las vacunas que funciona a escala internacional, ofrecerá a las personas que cumplan ciertos requisitos en los países y economías que pueden optar al AMC un proceso rápido, justo, sólido y transparente para ser indemnizadas por eventos adversos raros pero graves relacionados con las vacunas distribuidas por COVAX hasta el 30 de junio de 2022”, informó días atrás la OMS (el programa de indemnización sin culpa de COVAX se pondrá en marcha el 31 de marzo a través de su portal www.covaxclaims.com).

Y es que todas la vacunas aprobadas para uso general pueden, en casos excepcionales, causar reacciones adversas graves, y las de la covid-19 no serán una excepción, y más teniendo en cuenta el proceso como se han desarrollado y aprobado, el volumen en que se producen, cómo se distribuyen y conservan y las prisas por administrarlas cuanto antes nada menos que a la mayor parte de toda la población mundial.

En ese contexto, no parece haber indicios de que la de AstraZeneca sea peor que las de Pfizer/BioNTech y Moderna (las dos primeras en aprobarse). Un estudio que forma parte del proyecto EAVE II, de la Escuela de Salud pública de Escocia y las universidades de Edimburgo, Strathclyde, Aberdeen, Glasgow y St Andrew, ha analizado datos recopilados entre el 8 de diciembre y el 15 de febrero, cuando se administraron 1,14 millones de vacunas y el 21% de la población escocesa recibió una primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. Y sus conclusiones son: que, a la cuarta semana después de recibir la dosis inicial, las vacunas de Pfizer y AstraZeneca reducen el riesgo de hospitalización por covid-19 hasta en un 85% y 94%, respectivamente; y que, entre las personas de 80 años o más (uno de los grupos de mayor riesgo), la vacunación se asoció con una reducción del 81% en el riesgo de hospitalización en la cuarta semana, cuando se combinaron los resultados de ambas vacunas.

AstraZeneca, todo hay que decirlo, fue la primera multinacional farmacéutica en unirse a COVAX (junio de 2020) para contribuir al acceso global y equitativo a las vacunas de la covid-19. Su vacuna frente a la covid-19 fue inventada, conjuntamente, por la Universidad de Oxford y su compañía asociada, Vaccitech.

"La vacuna utiliza un vector viral de chimpancé de replicación deficiente basado en una versión debilitada de un virus del resfriado común (adenovirus) que causa infecciones en los chimpancés y contiene el material genético de la proteína espiga del virus SARS-CoV-2. Después de la vacunación, se produce la proteína espiga, lo que prepara al sistema inmunitario para atacar el virus SARS-CoV-2 si posteriormente infecta al cuerpo", según información de la propia compañía. Además del programa dirigido por la Universidad de Oxford, se está realizando un ensayo clínico en Estados Unidos y a nivel mundial con una muestra de hasta 60.000 participantes.

Esta vacuna ha recibido la autorización de comercialización condicional o uso de emergencia en más de 50 países y, con la lista de uso de emergencia presentada por la OMS, puede llegar a hasta 142 países a través de COVAX.

A estas alturas, si hubiese evidencia científica irrefutable para rechazar su uso en mayores de 55 años, señora ministra Carolina Darias, deberíamos conocerla ya, ¿no le parece?

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