La Diputación de Málaga ha comenzado una experiencia piloto por la que los residentes de las poblaciones de Cútar y Júzcar, sin cajeros ni entidades financieras, podrán retirar dinero en sus farmacias cuando compren medicamentos u otros productos y paguen con tarjeta bancaria. Francisco Florido, presidente del COF de Málaga, señala a este medio que "este es el primer paso para complementarlo con otros servicios profesionales". Y lo concreta con un ejemplo: "En Júzcar se va a poner en marcha un servicio para elaborar sistemas personalizados de dosificación (SPD) en cuya financiación participará la Caixa" y la idea es desarrollarlo también en Cútar y en otros pequeños municipios que se adhieran a este proyecto de implementación de prestaciones de atención farmacéutica de servicios profesionales. "Y pueden venir otros, como el seguimiento farmacoterapéutico", añade.
"Este es el primer paso para complementarlo con otros servicios profesionales, como la financiación de SPD" (COF de Málaga)
Florido reconoce que han empezado con algo que no tiene mucho que ver con la atención farmacéutica, "pero es el comienzo del siguiente paso más importante", que supone la realización de servicios; además, considera que es una forma de reconocer la labor social de la farmacia a la población, más allá de la atención farmacéutica. El farmacéutico de un pueblo se convierte así en algo más".
Sin embargo, esta iniciativa no es vista con tan buenos ojos por Jaime Espolita, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar): "Cualquier medida que pueda aportar ingresos a las oficinas rurales nos parece bien pero, en este caso, que haya que recurrir a este tipo de servicios no sanitarios en nuestro modelo nos parece vergonzoso. No nos imaginamos a los médicos o enfermeros prestando este servicio".
"Recurrir a este tipo de servicios no sanitarios en nuestro modelo nos parece vergonzoso. No nos imaginamos a los médicos o enfermeros prestándolo" (Sefar)
Aun así, Espolita añade que este proyecto "sí que demuestra que, a día de hoy, el único servicio presente en los pueblos es la farmacia y, en muchos casos, prestamos servicios que van más allá de lo sanitario para ayudar a nuestros pacientes. Pero de ahí a que desde nuestras instituciones se promocionen estos servicios para la oficina rural sin haber tomado ninguna medida que garantice su viabilidad y, por tanto, su presencia y labor sanitaria en los pueblos, va un trecho".
En situación de "exclusión financiera"
Cútar y Júzcar, los municipios donde comenzará el proyecto (en Cútar ya ha comenzado), no superan los 400 habitantes y están situados en los dos extremos de la provincia: Cútar, en la parte oriental de la sierra de la Axarquía, y Júzcar en la occidental de la serranía de Ronda. Ambos municipios forman parte de un grupo de 13 localidades malagueñas consideradas por la Diputación en situación de exclusión financiera, ya que no poseen ni oficinas bancarias ni cajeros automáticos. El proyecto tendrá una duración de 6 meses.
También ha participado el Colegio Oficial y Asociación Andaluza de Graduados e Ingenieros Técnicos de Telecomunicación (COITTA/AAGIT) impartiendo formación, en lo que ha colaborado el COF de Málaga. Así, la entidad colegial ha organizado jornadas de formación y demostrativas sobre el uso de las nuevas tecnologías para gestiones bancarias y pagos con medios electrónicos. En concreto, han prestado asesoramiento y demostraciones a más de 40 personas de los municipios de Cútar, Salares y Júzcar, que han mostrado gran interés por conocer la banca electrónica y las aplicaciones bancarias (como Bizum) que pueden emplearse como mecanismos de pago alternativos al uso del dinero en efectivo.
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Cómo funciona el mecanismo
La recién presentada iniciativa con CaixaBank, que ha recibido el nombre de Cash out, permite al cliente pedir que se le cobre con la tarjeta una cantidad superior a la de la compra para recibir la diferencia del importe en efectivo. La cantidad a retirar oscilará entre un mínimo de 20 euros y un máximo de 150 euros; se podrá obtener dinero hasta tres veces al mes y hasta 1.000 euros al año.
"Caixabank ha puesto un terminal en punto de venta (TPV) en cada una de las dos farmacias de forma gratuita y sin coste ni para la farmacia ni para el público. El importe, tanto del producto como el dinero aparte que el usuario necesita, se carga a la tarjeta y el banco se lo reembolsa al farmacéutico", explica Florido.
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