Un estudio realizado por el Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Valme, de Sevilla, dirigido por Esther Márquez, concluye que es necesario un abordaje multidimensional de los pacientes con VIH y con una farmacoterapia compleja, de tal manera que se vaya más allá del control de la carga viral, con el fin de mejorar los resultados en salud.
Como explica a CF Ramón Morillo, coordinador del trabajo, se trata de un estudio observacional, prospectivo, en el que han incluido a todos los pacientes en seguimiento en las consultas de Atención Farmacéutica durante el periodo de enero a marzo de 2020. En total forman parte de la muestra cerca de 500 pacientes con tratamiento antirretroviral, con una edad media en torno a los 50 años. "Identificamos los patrones más presentes de polifarmacia -continúa el experto- y vimos que fundamentalmente eran patrones cardiometabolicos (hipolipemiantes, antihipertensivos, diuréticos) y de depresión-ansiedad (ansiolíticos, antidepresivos, benzodiacepinas, neurolépticos)". Según Morillo, esto coincide con lo publicado en otros proyectos multicéntricos en España, como el proyecto Point u otras cohortes a nivel internacional".
De hecho, en España el número de personas con VIH mayores de 50 años ha crecido en casi un 40% como consecuencia directa de la mejora de la eficacia del tratamiento antirretroviral, permitiendo el aumentado de sus expectativas de vida. Sin embargo, como resultado de la prolongación de su supervivencia aparecen otras enfermedades que suponen sumar más terapias al tratamiento antirretroviral de base y el consiguiente aumento del grado de complejidad de la medicación
En todos los pacientes del estudio se evaluó desde el punto de vista cuantitativo y también cualitativo cómo la complejidad del fármaco prescrito afecta a la adherencia, los resultados médicos y la calidad de vida. "Nos centramos en los objetivos en relación a la farmacoterapia a conseguir -añade-, para cada paciente, en cada momento y el alineamiento de las intervenciones a llevar a cabo para alcanzar esos objetivos tanto a corto como a medio largo plazo. Para llevar a cabo esa estrategia utilizamos el modelo de estratificación del paciente VIH publicado por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), dentro de la metodología CMO".
El estudio, publicado en la Revista Española de Quimioterapia, defiende que es necesario un nuevo plan de atención multidimensional para pacientes VIH dirigido a optimizar la atención general del paciente, y no limitado solo al logro de la meta de carga viral, sino también en su complejidad farmacoterapéutica y calidad de vida. "Entendemos que debemos ser expertos en la relación del paciente con su farmacoterapia (no solo expertos en el medicamento como clásicamente se ha declarado) y para ello debemos conocer qué dimensiones de salud de los pacientes están más afectadas y pueden condicionar el éxito terapéutico (aspectos cognitivos, socioeconómicos, nutricionales, condicionales etc.). Este abordaje, novedoso, es sin embargo, el que más responde a las necesidades del paciente en la actualidad".
Entre las medidas que se podrían implementar en ese abordaje multidimensional, Morillo propone, además de la estratificación asistencial; el abordaje según entrevista motivacional; el uso de las nuevas tecnologías para el contacto permanente con los pacientes, y la medición rutinaria de los patient report outcomes y los patient report experience measure para identificar esas dimensiones en salud y trabajar para afrontar las discrepancias internas que encontremos o mantener las fortalezas identificadas".
Preguntado por cuál debería ser el cicuito asistencial de estos pacientes, Morillo responde que uno en el que "se aporte valor en cada uno de los puntos de interacción que el paciente tenga con el entorno sanitario que le atiende. Entendemos la nueva atención farmacéutica como un trabajo dual, con una actividad presencial y otra digital y en cada interacción tenemos que hacer que cada contacto cuente". Asimismo, señala que como lo ideal es ofrecer abordaje multidisciplinar, "cuantos más profesionales trabajemos en equipo y coordinados más beneficios para el paciente".
Del dicho al hecho
Este estudio ha servido para introducir cambios en la forma de trabajar en el hospital con las personas que tienen VIH, confirma Morillo a este medio. "Definitivamente hemos incorporado a nuestra rutina la medición de la complejidad farmacoterapéutica, la medición de los PRO (fundamentalmente PAM y el EQ5D-5L) y la valoración de criterios nuevos como el Pimdinac (medicación potencialmente inadecuada+interacciones+no adherencia a la medicación concomitante) como señal de alarma para potenciar el seguimiento farmacoterapéutico a los pacientes de edad más avanzada". Asimismo, declara que siguen trabajando y que esperan "contar con resultados de nuevos proyectos en relación al seguimiento de pacientes con polifarmacia y alta complejidad farmacoterapéutica en los próximos meses".
Y concluye que esta labor es posible "gracias al equipo de Farmacia, los doctores Contreras, Gutierrez y Márquez, así como los compañeros de Enfermedades Infecciosas con los que colaboramos y agradecemos siempre su apoyo incondicional".
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