Los 10 millones de euros presupuestados para formación sanitaria continuada en el Plan de Recuperación que el Gobierno de España ha remitido a la Unión Europea son una cantidad poco menos que irrisoria en comparación con las necesidades reales en este ámbito. Según las cifras que hoy ha hecho públicas la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme), sólo en formación médica continuada el gasto anual se sitúa en una horquilla que oscila entre los 340 y los 876 millones de euros (dependiendo del número de actividades formativas computadas).
El dato, que ha puesto sobre la mesa Benjamín Abarca, secretario de Facme, forma parte del Posicionamiento Estratégico que en materia de formación médica continuada ha elaborado la Federación que agrupa al grueso de las sociedades médicas, y que, en esencia, se cierra con una conclusión que su presidenta, Pilar Garrido, ha formulado en tono casi reivindicativo: "Las sociedades son, y quieren seguir siendo, el agente clave y decisor en este campo, porque es en ellas donde reside la mayoría del conocimiento científico-médico, y las que más preparadas están para asegurar la actualización de ese conocimiento en sus campos específicos".
Facme se reivindica como agente "decisor" en materia de formación médica
Frente a esa "mínima cantidad" -como la ha definido Abarca- de diez millones de euros que el Gobierno de Pedro Sánchez reserva para contribuir a la necesaria formación del personal sanitario, el informe de Facme multiplica las necesidades inversoras en función de un cálculo muy sencillo, que ha explicado el propio secretario de la Federación: si las actividades formativas que un médico realiza al cabo de un año oscilan entre 4 y 12 (incluyendo entre ellas el congreso anual de su sociedad) y el coste medio de cada una se sitúa entre 1.300 y 1.500 euros, basta con cruzar ambas cifras con los algo más de 267.000 médicos colegiados que hay actualmente en las 17 comunidades autónomas para estimar las necesidades financieras en una horquilla nunca inferior a los 340 millones anuales y, en muchos casos, cercana al tope de 876 millones.
Ahora bien, tanto la presidenta como el secretario de la Federación han recalcado que estos cálculos son meras estimaciones a la baja, porque no se incluyen los costes indirectos de la formación continuada, ni las cifras de las sociedades (nacionales, autonómicas, regionales o supranacionales) que no han participado en el estudio, ni las de aquellas entidades que no están asociadas a Facme.
"No se deben poner límites a la financiación sin presentar alternativas"
La gota de la aportación gubernamental (vía fondos de recuperación) en el mar de las necesidades reales es, no obstante, la tónica que preside la estructura habitual de financiación de este tipo de formación, a tenor de quién aporta el dinero y en qué porcentaje: "El 75% de los fondos destinados a financiar estas actividades proviene de la industria farmacéutica, el 20% de las cuotas que los médicos pagan a sus respectivas sociedades y el 5% restante de una amalgama de varios, en los que se incluirían las fundaciones y la propia Administración", ha desgranado Abarca.
Con este mapa de financiación tan desproporcionado, el secretario de Facme no ha perdido ocasión de lanzar un aviso a navegantes: "No se deben pone barreras a la financiación sin presentar alternativas viables y realistas, sin más límite que la transparencia y la ética".
Financiación al margen, el Posicionamiento Estratégico de Facme apela a la "independencia organizativa", la "experiencia" y la "solvencia" de las sociedades científicas como receptoras del conocimiento especializado para que nadie les discuta su papel como "agente clave" en este campo. "Las sociedades son las entidades mejor posicionadas para garantizar y consensuar, entre otras cosas, la distribución proporcional y equitativa de los recursos de financiación de este tipo de formación", sentencia Abarca. Y eso, cuando los recursos son escasos y la aportación de la Administración a la formación sigue siendo muy cicatera, no parece algo baladí.
El posicionamiento, en el que Facme lleva trabajando algo más de dos años y cuyas conclusiones han presentado a la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, se ha elaborado con datos de 1.600 actividades formativas realizadas entre 2018 y 2019 por 37 sociedades científicas. El 80% de esas actividades -ha resaltado Abarca- estaban acreditadas por la Comisión de Formación Continuada del SNS, ECTs u otros sistemas, pero es que, además, "el 80% de las sociedades que integran Facme tienen en proceso de desarrollo un modelo propio de recertificación", ha remachado Garrido. Por si alguien pide más avales de solvencia.
Lejos de confrontar
Pero reivindicarse como cabeza visible no quiere decir confrontar con otros agentes proveedores de formación (colegios de médicos, universidades, fundaciones, Administración...), y así de claro lo ha dejado la propia Garrido: "Todo suma, y el espíritu que alienta en Facme es trabajar de forma colaborativa. Me parece que colegios y sociedades, por ejemplo, tenemos muy bien definidos nuestros respectivos campos de actuación y, además, junto con los representantes de las universidades, formamos parte de un órgano común como es el Foro de la Profesión Médica".
En la misma línea, Abarca ha asegurado que "nosotros no queremos buscar confrontaciones con nadie, y la idea de este posicionamiento estratégico es sólo fijar, negro sobre blanco, nuestra postura". Ahora bien, para que no queden dudas, el secretario de la Federación concluye que "es un hecho que las sociedades científicas son las encargadas de la formación en sus respectivos campos".
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