Ahora que las comunidades están haciendo planes para recuperar la actividad presencial en los centros de salud, los médicos de Familia insisten en el mensaje de que nunca estuvieron parados, aunque su trabajo se hiciera en la sombra... o, mejor dicho, por teléfono. Un trabajo publicado en la revista nueva Revista Clínica de Medicina de Familia de la Semfyc señala, mediante un sondeo, que los médicos de Familia mantuvieron durante las distintas olas más de 40 consultas diarias, atendiendo más el 70% de las mismas de manera no presencial.
El artículo se titula “El reto de la pandemia de la COVID-19 para la Atención Primaria” y está firmado por el presidente de la Semfyc, Salvador Tranche; la secretaria de Semfyc, Remedios Martín; el vocal de investigación,Ignacio Párraga, y cuenta con el conjunto de miembros de la Junta Permanente y la Junta Directiva de la Semfyc como equipo colaborador.
Según Tranche, "la actividad no presencial no sólo depende del momento de la situación epidemiológica de la región, sino de factores organizativos. Por ejemplo, en algunos centros donde la demanda estaba muy bien organizaba veían las sospechas de covid en el circuito respiratorio, y lo que no era covid se gestionaba entre administración, Enfermería y Medicina de Familia. Había también comunidades donde la actividad de rastreo estaba dentro de la actividad ordinaria de los médicos".
Este estudio complementa la encuesta realizada en marzo de 2020 a 1.063 profesionales en el que los datos apuntaban a una media nacional de 35-40 pacientes atendidos al día en consultas por los médicos de Familia durante la primera ola epidémica, de los cuales al menos 27 fueron atendidos por teléfono (sin incluir en este caso a los pacientes covid o sospecha, cuyo seguimiento era compartido con Enfermería).
El dato más impactante de estos resultados, según los autores, fue el elevado número de pacientes con criterios clínicos de COVID-19, que eran diagnosticados por Medicina de Familia y que seguían en su domicilio: una media semanal de 37 pacientes, un "amplio grupo de pacientes invisibles a las estadísticas y que recibían el soporte, acompañamiento y control en su domicilio, de forma telemática por parte de su equipo de atención primaria, evitando visitas innecesarias a urgencias hospitalarias".
La desescalada
Se ha hecho otras tres olas del estudio, coincidiendo con la desescalada (julio de 2020), la segunda ola (noviembre de 2020) y la tercera (enero de 2021), si bien sólo se han publicado los resultados de 2020.
Según siguientes fases de esa encuesta, de media en julio de 2020 los médicos de Familia habrían tenido unas 43 consultas diarias, con 32,5 consultas telefónicas (el 75,58% del total). El ratio en Enfermería habría estado más equilibrado, puesto que habrían atendido 16,75 consultas al día por teléfono frente a 14,66 visitas presenciales.
Por comunidades, las autonomías donde los médicos habrían atendido de manera no presencial con más frecuencia durante el mes de julio serían Cataluña (80,48% de las consultas diarias), Asturias (78,94%) y Cantabria (78,08%). En cambio, la que más habría mantenido la presencialidad sería Murcia, con un 66,66%.
En el contexto de salud pública, la figura del rastreador de contactos "no se implantó con la agilidad y facilidad que la situación requería". A pesar de las recomendaciones por parte de la OMS y de las autoridades en Salud Pública, aún no se disponía de esta figura en gran parte de los equipos de Atención Primaria y su incorporación fue heterogénea y dispar.
La encuesta desveló que para entonces el 36% de los equipos primaria seguía sin disponer de equipos de rastreadores covid, por lo que estas tareas se incorporaron a los equipos con la consiguiente sobrecarga asistencial. En aquellos entornos en los que se incorporó la figura del rastreador, se integró en los equipos de primaria (32%) y en otros formaba parte de equipos externos (32%).
La segunda ola
En noviembre de 2020, haciendo una media de los datos disponibles (todas las autonomías menos Canarias), la media de consultas diarias es de 47,5, de las cuales el 75,65% serían no presenciales. Por autonomías, Cantabria y Valencia son las que mantuvieron en mayor medida las consultas telefónicas (un 84%), mientras que La Mancha (con un 60%), Asturias y País Vasco y La Mancha (un 66,66%).
"Desde el ámbito profesional, de abajo arriba, se iban proponiendo cambios organizativos, se asumían — bajo el principio de subsidiaridad— nuevas competencias, se redujeron actividades de escaso valor y se incorporaron nuevas figuras, todo lo cual modificó sustancialmente la organización tradicional de los equipos de salud", explican los autores.
La excepcionalidad y gravedad de la situación "difuminó los límites competenciales y facilitó la puesta en marcha de iniciativas de equipo" entre las que destacaron: la dispensarización de la consulta de pacientes "respiratorios", el triaje de Enfermería, triaje de las demandas por parte de las unidades de administración, la coordinación con especialistas hospitalarios a través de consulta telemática, gestión de los casos leves de covid-19 por parte de Enfermería, y gestión de los contactos por parte de gestores covid y rastreadores y mejoras en el circuito de la receta electrónica.
Según el estudio, aproximadamente en el 70% del primer nivel se produjo un leve aumento de las plantillas, especialmente de profesionales de Enfermería (72%), técnicos auxiliares de enfermería (52%) y personal administrativo (57%). El incremento fue muy inferior, del 23% en el caso de Medicina de Familia, "una dotación claramente insuficiente, puesto que el punto de partida prepandemia ya era muy deficitario tanto en lo relativo a la salud pública como a la Atención Primaria".
En esencia, "se incorporaron nuevos recursos, pero también nuevos cometidos, muchos de los cuales recayeron en atención primaria como el rastreo de los contactos, gestores covid de los centros escolares, de los centros de mayores y de los propios equipos. El déficit de médicos se resolvió, en la mayoría de las CCAA, aumentando el número de consultas asignadas o ampliando el horario".
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Más demanda no presencial
En la práctica, aunque la situación haya mejorado en las últimas semanas, "a día de hoy tenemos un 20-30% más de consulta que antes de la pandemia", señala Tranche. "Lo sorprendente es que a la salida de la pandemia ha habido como mucho énfasis en la presencialidad. Creo que es un debate intencionado, porque los centros de salud siempre han estado abiertos y se ha hecho actividad presencial".
"Ahora las propias administraciones han definido agendas cerradas y han quitado autonomía organizativa a los profesionales de Medicina y Enfermería. Y sorprende que lo que vemos semanas después de poner en marcha esto es que la población solicita más actividad no presencial y las demoras se están produciendo ahí. Nos da la razón en que hay un volumen importante de actividades que no necesitan que el paciente se desplace a consulta, bien porque son actividades que pueden resolverse en unidades administración o Enfermería, o bien que no precisan que el paciente esté ahí".
Para el presidente de la Semfyc, "estamos en un momento de oportunidad para dar autonomía en la gestión de la demanda. Que ojo, no es demanda de Medicina de Familia, sino de los pacientes, cuyas necesidades deben clasificarse para ver qué personal debe resolverla. El equipo de primaria es un equipo y como tal debe resolver las demandas diferentes de cada paciente".
En opinión de Tranche, "diría que el 40% de las consultas serían subsidiarias de no ser presenciales, pero depende de elementos organizativos: si hay una buena capacidad de triaje desde Administración y Enfermería, si hay una alta competencia por parte de las enfermeras con gran capacidad de resolución de algunos problemas..."
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