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miércoles, 14 de julio de 2021

“Necesitamos un Plan Nacional de Gran Catástrofe”

Microbiología y Enfermedades Infecciosas
raquelserrano
Mié, 14/07/2021 - 08:00
Emilio Bouza, 'padre' de la Microbiología e Infectología española
El microbiólogo Emilio Bouza realiza un análisis de la situación originada por la covid-19- FOTO: José Luis Pindado.
El microbiólogo Emilio Bouza realiza un análisis de la situación originada por la covid-19- FOTO: José Luis Pindado.

"La de ‘jubilado activo’ es la situación ideal, la mejor etapa de mi vida", asegura Emilio Bouza, ex­-jefe del Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y uno de los padres de la Microbiología e Infectología española, título al que se suma otro grande, Fernando Baquero, al que Bouza considera “un auténtico visionario”.

Su nombre estuvo muy  presente como candidato de los últimos premios Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, a pesar de que él mismo señala “era difícil. Se busca más la ciencia básica y mi trabajo ha sido más traslacional”. Y acertó; el galardón recayó este año en los investigadores que han contribuido al desarrollo de las actuales vacunas para la covid-19, un ámbito que, no obstante, no le es ajeno, pues la Microbiología ha sido y sigue siendo un punto referencial en el abordaje del SARS-CoV-2. 

El actual asesor del Comité Científico sobre covid-19 del Colegio de Médicos de Madrid y el que fuera el portavoz oficial para covid-19 entre Gobierno y comunidad de Madrid más efímero de la historia - dimitió 48 horas después de su nombramiento en plena pandemia, porque “no era mi sitio. No existía el espíritu de concordia esperado”-, hace un repaso de lo que supuesto la pandemia por coronavirus, del lugar en la que ésta ha situado a la especialidad y los retos que quedan por alcanzar.

P. ¿Cuál sería el resumen del papel que ha jugado y juegan Microbiología e Infecciosas en la pandemia?

R. El trabajo de esta especialidad cambia mucho el pronóstico de las cosas. No olvidemos que nuestra patología se puede diagnosticar y, normalmente, curar. Pero hay que invertir. Desde luego, está claro que se ha hecho un esfuerzo extraordinario. Nadie que sea sensato puede asegurar que tenía la preparación y la estructura necesarias para hacer frente a una pandemia, un fenómeno que, casi por definición, desborda.

"Nadie que sea sensato puede asegurar que tenía preparación y estructura necesarias para hacer frente a una situación desbordante"

No obstante, el hecho de que en España hubiera una importante construcción de especialistas en Infecciosas, que la Microbiología, tanto hospitalaria como extrahospitalaria y básica, tuviera el grado de desarrollo que tiene, ha ayudado mucho a hacer frente a esta pandemia. La comunidad de Madrid puso a sus hospitales a hacer PCR con carácter masivo en menos de 15 días, por ejemplo.

La respuesta de las personas y de las instituciones ha sido extraordinaria, lo cual no implica que tengamos mucho que aprender y muchas lecciones que extraer: una pandemia de esta  dimensión causada por un microorganismo, un virus en este caso, puede poner boca abajo al mundo del siglo XXI. Lo acabamos de ver.

P. Usted, que se contagió el pasado mes de enero y que tuvo que ser ingresado, ¿qué reflexiones ha realizado?

R. Nos ha ayudado a recibir una cura de humildad. Tenemos un sistema sanitario bueno que ha aguantado bien el temporal, pero desde luego, no es perfecto. Hay muchos aspectos que se deben modificar, como el entrenamiento frente a grandes catástrofes y no sólo las relacionadas con la infección. Necesitamos un Plan Nacional de Gran Catástrofe, que se ejecute, que esté ensayado y que nos prepare para otras muchas cosas.  

Desde el punto de vista de la formación, siendo España un país con magníficos especialistas y superespecialistas, esta pandemia nos ha recordado que hay que mejorar la formación básica; eso de que hay cosas que ‘no son de lo mío, estrictamente, pero que tengo que saber hacer’.

También hemos aprendido a que se puede hacer mucho trabajo electrónicamente, que en patología infecciosa se puede atender a muchos pacientes telefónicamente, que se pueden enviar y recibir imágenes a distancia; todos estos cambios van a hacer que haya ‘un después’ distinto a todo lo previo.

P. Actualmente es el coordinador del Comité Científico del Colegio de Médicos de Madrid para covid-19 ¿Cuál es su objetivo?

R. En estos momentos, estamos preparando nuestro octavo documento. Esta institución ha hecho una fuerte apuesta en este sentido para participar en actividades científicas, de interés para los colegiados. Se trata de vehicular opinión y conocimientos en áreas de máximo interés para los médicos. Estoy disfrutando y aprendiendo mucho.

Emilio Bouza, sentado, en una reunión clínica actual, junto a Marta Kestler, Víctor González y Patricia Muñoz, actual jefa de Microbiología e Infecciosas del Gregorio Marañón. FOTO: José Luis Pindado.
Emilio Bouza, sentado, en una reunión clínica actual, junto a Marta Kestler, Víctor González y Patricia Muñoz, actual jefa de Microbiología e Infecciosas del Gregorio Marañón. FOTO: José Luis Pindado.

P. En los albores de la pandemia de coronavirus fue nombrado ‘intermediario’ científico entre el estado central y la comunidad de Madrid, cargo del que dimitió a las 48 horas. ¿Qué le llevó a tomar esa decisión?

R. Fui nombrado portavoz para conjugar un espíritu de colaboración profesional y científica, menos politizada, entre Estado y comunidad de Madrid. Se me pidió que hiciera esa labor al menos unos meses y que pusiera mi experiencia al servicio de mis compañeros y de la sociedad ante el inmenso problema que era la pandemia.

Con este planteamiento está claro que no podía decir que no. Soy un emérito de la universidad española y asistencial de la comunidad de Madrid y ante una situación de tal magnitud mi obligación era estar ahí. Pero, en las 48 horas siguientes, unos y otros, se encargaron de demostrar que ese espíritu de concordia no existía y, por tanto, ese no era mi sitio; no podía llevar a cabo la labor que oficialmente se me propuso. Cuando se mete la pata hay que sacarla prontito.

P. ¿Qué hace un veterano lidiador de la asistencia pública diaria cuando no está ya en primera línea de fuego?

R. Me levanto a la 7 de la mañana. A las 8 vengo a mi hospital, el Gregorio Marañón, donde discuto y analizó con mis compañeros de servicio casos de enfermos, como en los viejos tiempos, acudo a ver ‘in situ’ a algunos de los pacientes, participo en todas las sesiones de investigación, donde coordino mis propias áreas.

Sigo plenamente activo salvo que, como es lógico, por ley y por deseo, no soy jefe de  Servicio y no tengo labores administrativas, que ha asumido mi discípula y siempre amiga y colega, Patricia Muñoz, hoy jefa de Microbiología e Infecciosas del Gregorio Marañón. Este contexto me permite trabajar en un ambiente cómodo, ocupar mi sitio, que es el que debe ser, y seguir trabajando con mis compañeros, con los que disfruto mucho. Sin olvidar mis ocupaciones fuera del hospital y mi familia.

"Sigo plenamente activo, aunque por ley y por deseo, no soy jefe de Servicio. Pero, sigo trabajando con mis compañeros, con los que disfruto mucho"

P. Jubilado en activo; una situación ideal.

R. Ahora mismo, si no fuera por la salud, esta situación es la mejor de la vida si lo comparo con otras etapas de mi vida profesional e incluso personal, en la que puedes disfrutar de una nueva generación, como son los nietos, una experiencia única.

Además, si te puedes dedicar a lo que te gusta sin presión, seguir siendo creativo y a cultivar aficiones -como ciclista razonable que soy-  para las que no tenías tiempo… ¡es maravilloso! Hay una frase que me impresionó mucho: “el viejo, si tiene una relativa salud y si huye de la melancolía conoce un momento idílico de su vida”. El problema es que muchas de estas cosas no se cumplen en todos los casos.

P. La esencia, en su caso, sigue ahí, a juzgar por los apoyos que avalaron su candidatura para los últimos premios Princesa de Asturias:  Real Academia de Medicina, Consejo General de Médicos, el Consejo de Estudiantes de Medicina, 40 sociedades científicas y 20 asociaciones de pacientes….

R. Sin duda, ese es ‘mi premio. Es una profundísima satisfacción que tus colegas te apoyen. No tengo palabras de gratitud. Pero, partir de cierta edad, (señala jocoso) el interés profundo y único que uno tiene es el de la salvación de su alma. Todo lo demás es relativo.

Sanitarios y científicos bregaron muy eficientemente contra el ‘tsunami’ covid-19. Pero, coherencia y prudencia alertan de que una situación similar, con otros componentes, se puede reproducir. Urge, por tanto, “el diseño y ejecución de un Plan Nacional de Gran Catástrofe”. coronavirus Off Raquel Serrano Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica Formación Profesión Profesión Medicina Preventiva y Salud Pública Off

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