Un 6,87% de los fumadores diarios (de un total de 17.017) dejaron de fumar durante el confinamiento provocado por la pandemia del coronavirus y un 5,96% de los ocasionales redujeron su consumo. Esta reducción fue mayor en determinados subgrupos de población, como en los estudiantes y las personas en paro o con situación laboral de Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Estos son los datos preliminares del estudio Tabaco, otras formas de consumo y confinamiento, una investigación transversal de muestreo no probabilístico realizado por el Ministerio de Sanidad, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo y las comunidades autónomas de Murcia y La Rioja durante el mes de mayo de este año.
Esta encuesta fue presentada ayer lunes por Cristina Nuez, psicóloga del Servicio de Drogodependencias y Otras Adicciones de la Dirección General de Salud Pública, Consumo y Cuidados de la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja, durante un debate sobre tabaquismo y Covid-19 organizado por Fundación Más que ideas.
Los autores de esta investigación preguntaron a los participantes cómo habían dejado de fumar y a quién habían pedido ayuda (si a un médico de Atención Primaria, farmacéutico...), y el 70% afirmó que lo habían logrado solos.
Nuez, también ha indicado que el 81% de los encuestados es consciente del mayor riesgo que tiene consumir tabaco con contraer la Covid-19 o con el agravamiento de los síntomas, siendo menor (un 66%) la creencia de la influencia del consumo de cigarrillos electrónicos sobre la enfermedad. No es desdeñable el dato que muestra que el 14,40% consideraba que no guardaba relación alguna fumar con el riesgo de infectarse y un 22,88%, que no tiene relación con los cigarrillos electrónicos.
Según el trabajo, la exposición al humo ambiental del tabaco en los hogares durante el confinamiento disminuyó. Así, “el 61% de las personas que habían indicado estaban expuestas al humo antes del confinamiento, dejaron de estarlo durante la etapa de confinamiento”.
Mariano Pastor, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Pacientes Alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (Fenaer), reflexionó sobre estos resultados y comentó que en las semanas más duras del confinamiento mucha gente tenía miedo al contagio y dejaron de fumar por ello porque solo salían para hacer gestiones imprescindibles. En su opinión, el componente económico también influyó en el abandono, pues el razonamiento podría ser que se ahorraba dinero para destinarlo a otras cuestiones que ahora son más importantes.
Según Esteve Fernández, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona, reconoció que fumar es algo muy complejo e intervienen múltiples factores y muchos están relacionados con el componente psicológico y social. De hecho, recordó que el abordaje del tabaquismo comprende tratamiento farmacológico y refuerzo psicológico para trabar, entre otros aspectos la motivación, la resilencia, etc.
Tras el confinamiento
¿Esta tendencia a la baja se habrá mantenido en los meses posteriores al confinamiento? Joseba Zabala, médico de Salud Pública y miembro de Porque nosotros sí! (XQNS), comentó que no lo cree, pues, como "se ha constatado en Reino Unido el consumo se ha disparado, aunque no tenemos datos al respecto".
Para Nuez, los consumos volverán aumentar porque muchos de los que lo dejaron no estaban preparados para romper con el hábito, fue algo accidental, por lo que tienen más probabilidades de recaer. A su juicio, sería un buen momento para llevar a cabo una buena intervención en tabaquismo.
De la misma opinión es África Alcorta, neumóloga del Hospital Universitario Infanta Leonor, de Madrid. y miembro de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid), quien cree que es momento de recurrir a la teleasistencia para intervenir frente al tabaquismo, como por ejemplo mantener consultas telefónicas y las aplicaciones móviles. En este sentido, afirmó que antes de la pandemia estaban validando una aplicación móvil para dar soporte a los pacientes en diferentes momentos del proceso de forma más continuada y no como la atención asistencial tradicional, en la que se ve a la persona una vez y hasta dentro de tres semanas no se le vuelve a ver.
Farmacia y enfermería
Alcorta pone en valor el papel de los enfermeros en las intervenciones para dejar de fumar, y Pastor añade a los farmacéuticos: "La red de farmacias cuenta con profesionales muy bien formados para ofrecer el apoyo que necesita la persona para dejar de fumar. Además, es accesible y muy cercano".
Medidas escasas
Respecto a las últimas medidas adoptadas relacionadas con la Covid-19 y el hábito tabáquico, "como la prohibición de fumar a menos de 2 metros de distancia, siguen siendo insuficientes para conseguir el objetivo por y para el que el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) trabaja cada día. El tabaquismo debe ser abordado desde todas las esferas posibles con medidas contundentes, extensivas a todas las personas fumadoras y mantenidas en el tiempo”, defendió Andrés Zamorano Tapia, presidente del CNPT.
En relación a la medida de no fumar en espacios públicos al aire libre, Fernández declaró que “es insuficiente en su forma actual, ya que, con la salvedad de islas Baleares, sí se puede fumar si hay una distancia de 2 metros y sabemos que el aerosol exhalado por los fumadores puede tener una mayor dispersión. Sería más sencillo no fumar sin excepciones, pues en las terrazas, por ejemplo, las distancias se respetan poco o nada”.
Tabaquismo y Covid-19
Los expertos expusieron la evidencia científica que muestra cuál es la relación entre fumar y Covid-19. En este sentido, el catedrático de la Universidad de Barcelona, confirmó que fumar aumenta el riesgo de transmisibilidad, "porque las fumadores se llevan constantemente la mano a los labios en el acto de fumar, y en ese momento no llevan mascarilla y los hace vulnerables o transmisoras si están infectadas. Y añade que también tienen las defensas debilitadas a nivel pulmonar; de hecho los epitelios pulmonares se ven alterados por el tabaco y los cilios dejan de producir moco, por lo que el organismo se defiende peor de una agresión vírica respiratoria.
La neumóloga hizo hincapié en que el tabaco es un factor de riesgo relevante para el agravamiento y peor pronóstico de la Covid-19: “Las personas fumadoras presentan mayor grado de severidad de la enfermedad, ingresan en cuidados intensivos, son intubadas y mueren en mayor proporción que las no fumadoras, habiéndose descrito en las personas que fuman un riesgo 1,45 veces más alto de desarrollar una forma grave de los síntomas”.
Terapia sustitutiva de nicotina
Respecto a un estudio que arrojaba que la terapia sustitutiva con nicotina podría inducir un mejor pronóstico de la enfermedad, los expertos coincidieron en desmentirlo. Zabala resaltó que fue un estudio que se desacreditó porque había conflicto de intereses; de hecho, Alcorta constató que fue una hipótesis que no se pudo demostrar, pues no se hicieron ensayos clínicos y tenía muchos interrogantes. "Nosotros, de hecho, no recomendamos la terapia sustitutiva co nicotina para el tratamiento de la infección".
Para el experto de la Universidad de Barcelona, los estudios realizados hasta ahora sobre coronavirus suelen ser limitados, con pocos pacientes y solo con personas enfermas, cuando lo que se necesita también es incluir a sanos para poder llevar a cabo estudios de seguimiento de cohorte. Por otra parte, tampoco recogen información sobre historial tabáquico. En su opinión, se está tratando de mejorar en este aspecto y se están llevando a cabo metanálisis con las investigaciones ya en marcha.
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